Finalmente se han realizado las elecciones municipales en el país, para elegir a 337 autoridades; 335 alcaldes regulares y dos alcaldes mayores o metropolitanos. Antecedentes Las últimas elecciones municipales en el país se produjeron en el año 2008, en coincidencia con las de gobernadores. En aquella ocasión las fuerzas del chavismo acumularon 17 de las […]
Finalmente se han realizado las elecciones municipales en el país, para elegir a 337 autoridades; 335 alcaldes regulares y dos alcaldes mayores o metropolitanos.
Antecedentes
Las últimas elecciones municipales en el país se produjeron en el año 2008, en coincidencia con las de gobernadores. En aquella ocasión las fuerzas del chavismo acumularon 17 de las 23 gobernaciones en disputa, pero perdió en las de mayor peso poblacional. Lo mismo ocurrió con las alcaldías, dado que con el 54% de los votos alcanzó 263 alcaldías de las 326 en disputa. 78% de las alcaldías con 54% de los votos. Esto se debe a la diferente cantidad de votantes que eligen cada alcalde. La ciudad de Caracas es muestra de ello: en Chacao hay cerca de 56 mil votantes, mientras que en Libertador hay 1 millón 625 mil. Cada uno de esos disímiles grupos genera un alcalde.
En el año 2010 hubo elecciones parlamentarias, con un resultado también parejo en la totalización de votos, pero que arrojó 98 diputados para el chavismo, contra 67 de la oposición. La razón es la misma. Los circuitos electorales tienen distinto número de votantes.
En 2012 hubo elecciones regionales, y el chavismo obtuvo 20 de las 23 regiones, consolidándose en todo el país, excepto en los estados Amazonas, Lara y Miranda. Ese mismo año, en las presidenciales Hugo Chávez le dio una paliza a Capriles (a la postre gobernador de Miranda), sacándole 11 puntos de ventaja..
En 2013 debido al fallecimiento del presidente Chávez, hubo elecciones presidenciales, con un resultado muy parejo, que comento en este mismo blog en la entrada Receta para perder 700 mil votos . Maduro ganó, pero la ventaja de 11 puntos obtenida anteriormente se redujo, en ausencia del lider fundamental del proceso, a menos de 2 puntos.
Así que estas elecciones municipales son las primeras que se realizan sin la presencia física del Comandante Chávez y también fueron planteadas por la oposición como una suerte de plebiscito, dado que sus dirigentes estaban convencidos de que seguirían remontando la cuesta y que en esta ocasión, por fin, tendrían la mayoría numérica y estarían listos para ir a un referendum para convocar a una constituyente.
Esta pretensión ha quedado definitivamente desdibujada.
Cuánto gané, cuánto perdí
Aunque aún se están totalizando y definiendo concejales, se puede decir que el resultado está claro: con el 98% de los datos escrutados el PSUV y sus aliados se quedan con 250 (75%) alcaldías, mientras que la oposición acapara 69 (21%). Otras están en manos de grupos independientes. Es una victoria contundente por parte del chavismo. De las capitales de estado, el GPP se queda con 14 de las 24 posibles.
Pero cuando observamos los resultados con mayor detalle, encontramos algunos indicios preocupantes.
No pudimos recuperar Maracaibo, ni conquistar la Alcaldía Mayor de Caracas; hemos perdido Barinas, bastión natural del chavismo; igualmente Barquisimeto, con lo que ahora no sólo la gobernación, sino que también esa capital queda en manos opositoras. Maturín se pierde debido a la división; perdimos Mérida, al igual que 5 alcaldías en Táchira, incluyendo una paliza recibida en San Cristóbal. Suerte similar tuvimos en Valencia, en donde el ex alcalde Edgardo Parra (aclaro que no es familiar mío) del PSUV, salió bajo acusaciones tremendas de corrupción.
Otro importante detalle es que antes de las elecciones, el chavismo controlaba 263 alcaldías (así que hemos perdido 13), con lo que la oposición logró aumentar el número de alcaldías que tenía y también el porcentaje de votos obtenidos, en relación con las municipales de 2008, cuando alcanzó el 35%. Esta vez lograron el 45%.
Tuvimos una abstención del 40%, mientras que en 2008 fue de 35%.
Tomando en cuenta toda el agua que ha corrido bajo el puente en estos años, la determinante ausencia del presidente Chávez, y la minúscula brecha de abril de 2013, el resultado es magnífico. Pero el PSUV como organización política hegemónica, y el pueblo organizado, afiliado de múltiples formas al Gran Polo Patriótico (GPP), debemos hacer valer nuestro aprendizaje e iniciar un proceso importante de defensa de nuestros derechos como electores y como parte de una revolución que se hace día a día y no sólo durante los comicios. Porque a pesar de la victoria numérica, hay un problema ético subyacente que, de no corregirse, puede destruir no al partido, sino a la revolución. Son cosas muy distintas, y perpetuar a un partido, cualquiera éste sea, sin mantener la revolución, es equivalente a destruir el trabajo del Comandante Chávez.
El dilema ético: la candidatura forzada
Tras el batacazo de abril, cuando casi nos quitan la presidencia, en cada municipio se organizó la gente para definir quién sería candidato a la alcaldía correspondiente. Cada partido involucrado tiene sus propios métodos y modelos para escoger a su representante y luego tendrían que venir los acuerdos. Para el año 2008 se realizaron unas elecciones primarias dentro del PSUV y sólo en dos casos hubo que definir las cosas por medio de la intervención de la directiva del partido.
En 2013 este proceso fue abruptamente interrumpido y el PSUV nombró de manera inconsulta a todos los candidatos, correspondientes a las 337 alcaldías en disputa. En los casos de Guarenas y Guatire, quedaron mas de 8 precandidatos del PSUV por fuera de toda posibilidad, y algunos de ellos se lanzaron por su cuenta. Se había cercenado la participación popular en el nivel más cercano al pueblo. Debido a la toma de las tarjetas por parte de los candidatos «a dedo» muchos venezolanos dejamos de votar por nuestros candidatos naturales para optar por una tarjeta de un partido político X.
Como se ve el resultado de esta decisión fue dispar. En algunos lugares la división significó perder plazas, como en el municipio Samuel Darío Maldonado (del estado Táchira) en donde ganó el candidato de la MUD, con 48% de los votos, siendo que los votos del chavismo superaron esa cifra, pero había dos candidatos, que sacaron cerca del 25% de los votos cada uno.
En no pocos casos la experiencia produjo el fortalecimiento de fuerzas revolucionarias distintas al PSUV, como Vanguardia Revolucionaria, que obtuvo la alcaldía mayor de Alto Apure, desplazando tanto a la alianza del GPP como a la MUD. El PCV, por su parte, logró que 2 de sus candidatos independientes del GPP obtuviesen alcaldías. Otros 7 candidiatos del PCV triunfaron dentro de la alianza en todo el país.
Para muchos de nosotros, los nombres escritos en la tarjeta del PSUV, el PCV, el PPT y otros partidos de la alianza, no significaban nada. Thaís Oquendo resultó favorecida en Guatire pero apenas con el 2% de ventaja. Quien escribe, tras 25 años vinculado al municipio, jamás había visto o escuchado nombrar a la candidata. Por suerte, la postulación de dos candidatos de oposición la favoreció. En otros casos, se postuló a personas rechazadas anteriormente por las fuerzas vivas de la ciudad, como ocurrió en Guarenas con Rodolfo Sanz (cuya gestión en el Ministerio de Minas es duramente criticada). Mucha gente emitió su voto con los dedos puestos en la nariz.
Son notables las postulaciones de Pérez Pirela, Wiston Vallenilla y Antonio Álvarez (El Potro), por tratarse de genuinos paracaidistas, venidos de la pantalla de televisión. En el primer caso hay una vinculación clara con la política, dadas las características de su programa «Cayendo y Corriendo», dedicado al análisis de medios. Su caso se parece al de otro mediático: Mario Silva, quien también perdió al intentar la gobernación de Carabobo en 2008.
Los otros dos parecen sacados de la papelera de reciclaje de Sábado Sensacional. Uno fue el animador de innumerables jornadas de embrutecimiento televisivo en la extinta RCTV., y el otro pasó de ser pelotero de Grandes Ligas a ¿cantante? de reguetón.
Ninguno de los dos tiene trabajo político realizado ANTES de las campañas en las que participaron; es decir, no están vinculados con Chávez sino que aparecieron cuando éste ya estaba en las últimas. Pero son niños bonitos… el esquema con el que habíamos perdido 700 mil votos en abril, se repitió en pequeña escala en plazas clave para el control de Caracas y Miranda.
¿Qué habría pasado en Caracas de tener un candidato convincente en el municipio Sucre? ¿Cómo sería Caracas si nuestro alcalde mayor y el alcalde de Sucre fuesen genuinamente revolucionarios? ¿Se imaginan las posibilidades de coordinación entre un alcalde revolucionario y Pdvsa? ¿Y los consejos comunales?
Otro caso tremendo es el de Mérida, en donde la división le regaló la alcaldía a la oposición. Y lo mismo ocurrió en Maturín. Esas plazas eran nuestras de manera natural, y hablamos de capitales de estado, con cientos de miles de habitantes que ahora correrán con las consecuencias de las decisiones de un cogollo político, que atropelló a su propia militancia.
Quitarle los liderazgos naturales a una revolución es jugar en su contra, aunque electoralmente hayamos vencido. Tarde o temprano esos liderazgos deberán retomar su espacio y es urgente que el GPP comience a tender puentes hacia esos sectores, a fin de incluirlos en la dinámica de gobierno local.
Fuente: http://www.eduparra75.com/2013/12/muchas-alcaldias-importantes-perdidas.html