Especialistas y realizadores convergen por primera vez en esta central ciudad cubana, en un inusual encuentro que pretende llenar el vacío conceptual existente entre el audiovisual y el pensamiento y contribuir a la producción de obras capaces de provocar cambios en la conciencia social.
Violencia, migraciones y género centraron los debates de la jornada inaugural en Cienfuegos de la Primera Muestra Temática del Festival Internacional del Cine Pobre de Humberto Solás, una propuesta cultural que desde 2003 apuesta por el uso de la tecnología digital para la realización de un cine de bajo presupuesto, pero de alta calidad artística.
«En la estrategia pragmática del festival está incidir en el incremento de la producción audiovisual alternativa y con un tratamiento cuidadoso, ético, social y cultural de los temas, pero en primer lugar artístico», señaló a IPS Sergio Benvenuto, director del encuentro que se extenderá hasta este próximo.
En este camino, la cita en Cienfuegos sesiona en las modalidades de debates abiertos con especialistas, a partir de la proyección de materiales premiados en ediciones anteriores, y talleres a puerta cerrada con cinco guionistas seleccionados entre un amplio listado de proyectos aspirantes.
Se trata de «una sacudida» al guión original, afirmó el cineasta Enrique Pineda Barnet, uno de los integrantes del equipo de especialistas, formado además por la presidenta de la Cátedra de la Mujer de la Universidad de La Habana, Norma Vasallo, y la profesora del Instituto Superior de Arte de Cuba, Danae Diéguez.
Este es el espacio «más importante de la muestra de cara al futuro», consideró Benvenuto, quien reveló que, una vez finalizado el taller, los guiones deberán estar terminados en tres meses y recibirán el apoyo del Festival Internacional del Cine Pobre en el proceso de búsqueda de financiamiento para su realización.
La responsabilidad social del arte en la visualización de los problemas que aquejan a la sociedad marcó los debates que sucedieron a la proyección de las propuestas cubanas «Video de Familia», de Humberto Padrón, «Buscándote Habana», de Alina Rodríguez, y «¿Grandes ligas?», de Ernesto Pérez Zambrano.
«Se sigue pensando que, si no se habla de un problema, no existe», sostuvo la cineasta Belkis Vega, al contar las dificultades que debió enfrentar el equipo realizador de «Buscándote Habana» durante el proceso de grabación y también para la exhibición del documental de 21 minutos de duración.
La obra, que es una mirada cruda a la realidad de las personas que llegan a la capital de Cuba para vivir en los asentamientos marginales que rodean la ciudad, debía incluir escenas en las provincias emisoras del oriente del país que nunca pudieron ser filmadas por la incomprensión de las autoridades locales.
Si pretendemos avanzar hacia «un tipo de sociedad diferente» tenemos que «visibilizar los problemas desde una visión crítica», provocar la reflexión y contribuir así a la búsqueda de soluciones, añadió Vega, directora de «Viviendo al límite», un documental sobre un grupo de personas seropositivas al virus de inmunodeficiencia humana (VIH, causante del sida).
Lo mismo sucede con la violencia de género, un tema insuficientemente tratado por los medios de comunicación en Cuba y que, según estudios especializados, se presenta en todas sus variantes en la isla, aunque quizás a niveles estadísticos inferiores a los de otros países latinoamericanos como México.
No sólo se trata de tocar estos temas socialmente sensibles sino de hacerlo bien. «Lamentablemente, no siempre se trata bien. Hace poco una telenovela cubana incluyó escenas de violencia de género sin ninguna visión crítica, como lo más normal del mundo, como si fuera el derecho de un hombre sobre la mujer», comentó Vasallo.
«La única manera de cambiar a un hombre y a una mujer es, precisamente, demostrar que lo que creemos una verdad, no lo es», añadió la psicóloga al intervenir sobre la necesidad de ir desmontando los estereotipos que durante siglos han conformado la manera de ser femenina o masculino y, de alguna manera, incidido en la violencia de género.
En este sentido, destacó la realización de «Für María» de los cubanos Armando Guerra y Waldo Capote. El cortometraje de ficción muestra una relación sexual, amorosa y cargada de erotismo que, entendida en un inicio como una relación heterosexual, termina siendo el encuentro de dos parejas en cuartos vecinos: una de gays y otra de lesbianas.
«Si hablamos de diversidad, ésta tiene que ser también de las ideas. Si todos pensáramos igual, no habría desarrollo», afirmó la actriz Verónica Lynn, una de las protagonistas de «Video de Familia», la historia de una típica familia cubana dividida por la emigración de uno de sus miembros, la intolerancia y la prevalencia de patrones patriarcales.
La obra de Humberto Padrón muestra la transformación de un padre de familia que, desde su posición de poder, rechaza al hijo que decidió emigrar al punto de no hablarle, le niega la entrada a la casa cuando sabe de su orientación homosexual y termina llorando tras pedirle perdón a su mujer.
«No puedo sacar este dolor que tengo por dentro; es más fuerte que yo», dice el personaje, interpretado por el actor Enrique Molina, en una muestra clara de la presión social que afrontan los hombres desde que nacen y que les llevan a ocultar sus sentimientos y ejercer el poder y la violencia en el seno de la familia, en aras de probar su masculinidad.
«¿Cuántas veces queremos llorar y no lo hacemos? Se nos impone una forma de ser bien machos, fuertes, proveedores. Es una violencia contra los hombres y muy fuerte», opinó Gabriel Coderch, coordinador general del no gubernamental Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar Arnulfo Romero (OAR).