Traducido por Àlex Tarradellas
Este martes, día 4 de marzo, cerca de 900 mujeres de la Vía Campesina ocuparon la hacienda Tarumã, de 2.100 hectáreas, en el municipio de Rosário do Sul, a aproximadamente 400 Km. de Porto Alegre. Llegaron alrededor de las 6 de la mañana e inmediatamente iniciaron la tala de eucaliptos y la planta de árboles nativos. En una nota distribuida a la prensa, las mujeres declararon:
«Nuestra acción es legítima. La Stora Enso es lo que es ilegal. Plantar ese desierto verde en la franja de frontera es un crimen contra la ley de nuestro país, contra el bioma pampa y contra la soberanía alimentar de nuestro estado que está cada vez con menos tierra para producir alimentos. Estamos arrancando lo que es ruin y plantando lo que es bueno para el medio ambiente y para el pueblo gaucho [1].»
La multinacional está actuando ilegalmente en Brasil
La empresa Stora Enso es sueco-finlandesa y, por la legislación brasileña (ley nº 6.634 de 1979; y el artículo 20, parágrafo 2 de la Constitución Federal), los extranjeros no pueden adquirir tierras en una franja de 150 Km. de la frontera de Brasil con otros países. Sin embargo, esta multinacional está comprando decenas de áreas en Rio Grande do Sul próximas a la frontera con Uruguay, donde la empresa también tiene plantaciones. La meta es formar una base forestal de más de 100.000 hectáreas e implantar fábricas en la región.
Inicialmente la Stora Enso adquirió las tierras en nombre de la empresa Derflin, que es el brazo de la multinacional para producir materias primas. Como la Derflin también es extranjera no consiguió legalizar las áreas. Por eso, la Stora Erson creó una empresa tapadera: la agropecuaria Azenglever, de propiedad de los brasileños João Fernando Borges y Otávio Pontes (director forestal y vicepresidente de la Stora Enso para América Latina, respectivamente). Actualmente son los dos mayores latifundistas de Rosário do Sul.
Cerca de 50 haciendas, que totalizan más de 45.000 hectáreas, ya están registradas en nombre de la agropecuaria Azenglever. Entre esas áreas está la Tarumã, ocupada por las mujeres. Hay un proceso abierto en la Policía Federal responsable de investigar el crimen, pero la empresa continúa actuando libremente.
Pauta de reivindicaciones
– Anulación de compras de tierra hechas ilegalmente por la Stora Enso en la franja de frontera y expropiación de esas áreas para la reforma agraria. Sólo en las 45.000 hectáreas que están en nombre de Azenglaver daría para asentar 2.250 familias, generando 6.750 empleos directos. Actualmente 2.500 familias están acampadas en Rio Grande do Sul y el INCRA [2] alega no tener tierras donde asentarse.
– Retirada de los proyectos en el Senado y en la Cámara Federal que proponen la reducción de la franja de frontera. En la evaluación de las mujeres, esa medida sólo beneficia a empresas extranjeras como la Stora Enso.
Esta acción marca el inicio de la Jornada Nacional de Lucha de las Mujeres de la Vía Campesina Contra el Agronegocio y Por Soberanía Alimentar en el estado. La Vía Campesina es una articulación internacional de organizaciones del campo. En Brasil, los integrantes de la Vía Campesina son los movimientos sociales del campo. La mayoría de las mujeres que participan en esa asociación en el área de la Stora Enso proviene de acampamentos y asentamientos del Movimiento Sin Tierra -MST en Rio Grande do Sul.
Asesoría de Comunicación de la Vía Campesina, Porto Alegre: 51 9994-6156 y Rosário do Sul: 51 9992-7674
MANIFIESTO DE LAS MUJERES DE LA VÍA CAMPESINA
Nosotras, mujeres de la Vía Campesina de Rio Grande do Sul, nos movilizamos una vez más, esta semana del 8 de marzo, para intensificar nuestra lucha contra el agronegocio y en defensa de la soberanía alimentaria de la población brasileña.
La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos de producir su comida respetando la biodiversidad y los hábitos culturales de cada región. Hoy en día, en nuestro país las riquezas naturales están bajo el dominio de las empresas multinacionales del agronegocio y la población cada vez tiene menos acceso a la tierra, al agua y a los alimentos.
Nosotras, mujeres, somos las primeras en ser expulsadas de las actividades agrícolas en las áreas donde avanza el agronegocio. Nuestro trabajo es importante en una agricultura campesina porque sabemos producir alimentos. Sin embargo, las empresas del agronegocio no están preocupadas en producir comida, sólo les interesa producir beneficios transformando el campo en desiertos verdes (de eucalipto, de soja, de caña). Uno de los desiertos que más crece en nuestro Estado es el de eucalipto para celulosa.
Las empresas de celulosa están cerrando fábricas en los estados Unidos y en Europa y viniendo a América Latina. Aquí encuentran mucha tierra, agua, clima favorable y gobiernos dispuestos a atender sus intereses. Más del 90% de la producción de celulosa de Brasil es para exportación. De ese modo, reducimos la producción de comida, destruimos la diversidad, aumentamos la pobreza y la desigualdad para atender la demanda de beneficios de las empresas y un estilo de vida consumista en los países ricos. Ese es el papel horroroso que Brasil cumple hoy en el mundo.
Una de las empresas responsables del avance del desierto verde en Rio Grande do Sul es la Stora Enso, multinacional sueco-finlandesa. Por la ley brasileña de extranjeros no pueden tener tierra en una franja de 150.000 Km. de la frontera de Brasil con otros países. Sucede que la Stora Enso ya tiene millares de hectáreas plantadas en Uruguay y es exactamente cerca de la frontera gaucha con este país que esa gigante del ramo de papel y celulosa quiere formas una base forestal de más de 100.000 hectáreas.
Inicialmente, la Stora Enso intentó comprar las tierras en nombre de la empresa Derflin, el brazo de la multinacional para producción de materia prima, que por ser extranjera no consiguió legalizar las áreas.
Para hacer viable su implantación, la multinacional creó una empresa tapadera que está comprando las tierras en su nombre: la agropecuaria Azenglever Ltda.., cuyos dueños son dos importantes funcionarios de la Stora Enso. Éstos se han convertido en los dos mayores latifundistas del estado, siendo «propietarios» de más de 45.000 hectáreas. Esa operación ilegal es conocida por los Ministerios Públicos Estatal y Federal., el INCRA y la Policía Federal, pero no se ha hecho nada concreto para impedir el avance del desierto verde. Por tal motivo, decidimos romper el silencio que se cierne sobre ese crimen.
Nuestra acción es legítima. La Stora Enso es lo que es ilegal. Plantar ese desierto verde en la franja de frontera es un crimen contra la ley de nuestro país, contra el bioma pampa y contra la soberanía alimentar de nuestro estado que está cada vez con menos tierra para producir alimentos. Estamos arrancando lo que es ruin y plantando lo que es bueno para el medio ambiente y para el pueblo gaucho.
Algunos parlamentarios gauchos, en vez de luchar contra la invasión de los extranjeros, están proponiendo reducir la Franja de Frontera para legalizar el crimen. Usan el argumento de que la franja de 150 Km. impide el desarrollo económico de los municipios. Sin embargo, eso es una gran mentira. Todos saben que la Metade Sul no se desarrolla a causa del latifundio y de los monocultivos. Hasta el punto que la franja frontera también se encuentra en la Metade Norte [3] del estado y en esa región la economía es dinámica.
Las empresas de celulosa prometen generar empleo y desarrollo. Sin embargo, donde éstas se instalan sólo aumenta el éxodo rural y la pobreza. Los trabajos que generan son temporales, sin derechos laborales, en condiciones precarias. Un ejemplo es la Hacienda Tarumã en Rosário do Sul, de 2.100 hectáreas, donde la Stora Enso genera solamente dos empleos permanentes y algunos empleos temporales. Si esa área fuera destinada a la reforma agraria podrían ser asentadas 100 familias que generarían un mínimo de 300 empleos directos permanentes. Por tanto, la Reforma Agraria y la Agricultura Campesina son la mejor alternativa para preservar la biodiversidad, generar trabajo y renta para la población del campo y alimentos saludables y más baratos para quien vive en las ciudades.
El proyecto en trámite en el Senado que promete reducir la Franja de Frontera brasileña no incluye la Amazonia porque entiende que eso sería una amenaza para la floresta. O sea, admite que la reducción de la Franja de Frontera aumentará la destrucción ambiental. Para nosotras, todos los biomas brasileños son importantes y entendemos que Cerrado y Pampa también necesitan ser preservados.
Nosotras, mujeres de la Vía Campesina, reivindicamos a las autoridades brasileñas:
– La anulación de las compras de tierra realizadas ilegalmente por la Stora Enso en la franja de frontera y expropiación de esas áreas para la reforma agraria. Sólo en las 45.000 hectáreas que están en nombre de la empresa tapadera, la Agropecuaria Avenglever, daría para asentar a cerca de 2.000 familias, generando 6.000 empleos directos. Actualmente, 2.500 familias que están acampadas en Rio Grande do Sul y el INCRA alega no tener tierras donde asentarse.
– Retirada de los proyectos en el Senado y en la Cámara Federal que proponen la reducción de la Franja de Frontera. Esa medida sólo va a beneficiar a empresas como la Stora Enso que quieren apropiarse de las tierras para transformarlas en desierto verde, destruir nuestras riquezas naturales como el acuífero guaraní y el bioma Pampa. Para el pueblo gaucho, esa reducción de la franja de frontera sólo va a provocar un aumento del éxodo rural, desempleo, destrucción ambiental y el fin de la soberanía alimentaria, pues va a faltar tierra para producir alimentos.
Sabemos que por luchar contra el desierto verde podemos sufrir la represión del gobierno gaucho. Es práctica de ese gobierno tratar a los movimientos sociales como criminales y proteger a empresas que cometen crímenes contra la sociedad. Vamos a resistir. Nuestra lucha es en defensa de la vida de las personas y del medio ambiente. Estamos aquí 900 mujeres, pero cargamos con nosotras la energía y el coraje de las miles de campesinas que en todo el mundo luchan contra la mercantilización de las riquezas naturales y de la vida. Como decía la compañera sin tierra Roseli Nunes, asesinada cobardemente en marzo de 1987, aquí en Rio Grande do Sul, «¡preferimos morir luchando que morir de hambre!»
Mujeres de la Vía Campesina de Rio Grande do Sul,
Brasil, 4 de marzo de 2008.
Siga los hechos a lo largo del día a través de la página web: www.esquerdasocialista.org (en portugués).
[1] Gaúcho – Nombre genérico dado a los naturales de Rio Grande do Sul.
[2] INCRA – Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria.
[3] Metade Sul y Metade Norte son dos regiones de Rio Grande do Sul.
Àlex Tarradellas es miembro de Rebelión, Tlaxcala, y Cubadebate. Esta traducción se puede reproducir libremente, a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, al traductor y la fuente.