Las compañías multinacionales, atraídas por la enorme cantidad de personas con talento y los bajos costos, están invirtiendo montañas de dinero en investigación y desarrollo en China, una tendencia que promete ampliar el gran papel que juega el país asiático en la economía mundial.
La cantidad de centros de investigación y desarrollo (I&D) de capital extranjero en el país aumentó de 200 a 750 en los últimos cuatro años, según el Ministerio de Comercio de China. En un sondeo entre multinacionales realizado en septiembre por Naciones Unidas, China es el lugar mencionado con más frecuencia para la ampliación de la I&D, muy por delante de EE.UU. y de India, situada en tercer lugar y principal rival de China.
Sin embargo, el crecimiento de China como centro mundial de I&D enfrenta dificultades. Entre ellas, la débil protección que ofrece el país a las patentes y los derechos sobre propiedad intelectual. Esto ha llevado a algunas compañías extranjeras, que temen arriesgar sus secretos comerciales, a mantener la investigación de vanguardia fuera de China, dicen los analistas.
Otros, sin embargo, se han apresurado a ampliar aquí el alcance de sus esfuerzos de desarrollo. La inversión en I&D en China inicialmente se centró en adaptar productos y tecnologías existentes al mercado chino, pero compañías como Procter & Gamble Co., Motorola Inc. e International Business Machines Corp., entre muchas otras, han comenzado a ampliar sus operaciones chinas de I&D para desarrollar productos para el mercado mundial.
P&G abrió una filial de investigación en China en 1988, que contaba con dos docenas de empleados dedicados al estudio de los hábitos de lavado de ropa e higiene oral de los consumidores chinos. Hoy, la compañía opera cinco instalaciones de I&D en China, con unos 300 investigadores que trabajan en innovaciones desde la pasta dental Crest a la loción facial Oil of Olay.
Las instalaciones chinas fueron el lugar donde se desarrolló una nueva fórmula para combatir la grasa del detergente Tide, que se vende en Asia, Europa del Este y América Latina. «Estamos desarrollando un potencial en China que podemos usar a escala mundial», dice Dick Carpenter, director de P&G Technology.
Es el gobierno de China quien está dando impulso a la ampliación de la I&D, en sectores como biotecnología, farmacéuticos y semiconductores. Tras conseguir inversión extranjera para transformar a China en una potencia industrial, Pekín ahora está organizando una campaña para fortalecer la innovación.
El gabinete de ministros dijo recientemente que el país intentará ampliar la inversión en I&D al 2% del Producto Interno Bruto hacia 2010, y al 2,5% en 2020. La semana pasada, altos funcionarios del gobierno resaltaron las exenciones tributarias y otras herramientas que planean usar para lograr ese objetivo.
El año pasado, el gasto en I&D en China, sin incluir la inversión extranjera, alcanzó US$29.400 millones, casi tres veces más que los US$11.130 millones de 2000.