Recomiendo:
0

La guerra de los aviones

Nace la ballena voladora

Fuentes: Rebelión

La democratización del turismo ha propiciado un auge insólito del tráfico aéreo. Dos compañías se disputan actualmente los mercados para la venta de transportes aéreos, la norteamericana Boeing y la europea Airbus. El suministro de grandes aviones para largas distancias transoceánicas había estado dominado por la Boeing desde la aparición del Jumbo B-747, en 1970, […]

La democratización del turismo ha propiciado un auge insólito del tráfico aéreo. Dos compañías se disputan actualmente los mercados para la venta de transportes aéreos, la norteamericana Boeing y la europea Airbus.

El suministro de grandes aviones para largas distancias transoceánicas había estado dominado por la Boeing desde la aparición del Jumbo B-747, en 1970, del cual se han vendido 1,400 aparatos. Sin embargo, ahora la Boeing está basando su estrategia de ventas futura en la concepción de que el desarrollo de la aviación turística demanda aviones medianos, de cien asientos, para vuelos directos entre ciudades medianas y pequeñas. Los pasajeros rechazan las molestias de las conexiones entre aeropuertos y las incómodas transferencias. Airbus, en cambio, acaba de lanzar con gran aparato publicístico, su nuevo avión, el A-380 concebido para grandes distancias entre urbes populosas.

La guerra entre las dos grandes compañías se ha movido en las esferas de gobierno. El régimen de Bush, con sus habituales artimañas sucias, denunció a la Airbus, ante la Organización Mundial de Comercio, por recibir subsidios gubernamentales, enrareciendo la «sana competencia»de las leyes del mercado. Airbus contraatacó denunciando a la Boeing por recibir subsidios disimulados en forma de proyectos para el Pentágono y la Nasa. En 2003 la Airbus superó a la Boeing vendiendo 320 aparatos mientras que su rival estadounidense comerció 285 equipos.

El monstruo recién nacido ha sido bautizado como la ballena voladora. El A-380 podrá conducir hasta 840 pasajeros a una distancia de 14,800 kilómetros con 1200 toneladas de carga. Cuenta con tres pisos donde se dispondrá de tiendas libres de impuestos, restaurante, bar, gimnasio, baños espaciosos, como los de un hotel de lujo, y hasta literas para los que quieran dormir horizontalmente en un vuelo trasatlántico. El avión tiene casi una cuadra de largo y la altura de un edificio de siete pisos. El amplio espacio entre filas y el ancho holgado de las butacas garantizan una mayor comodidad para los viajeros que son comprimidos como sardinas en los actuales aviones para aumentar costeabilidad, con desdén del bienestar del viajero. El A-380 es un verdadero navío de los aires

La Airbus es una compañía propiedad conjunta de los gobiernos de Francia, Gran Bretaña, Alemania y España y por ello los jefes de estado de esos cuatro países coincidieron en la ceremonia del lanzamiento del nuevo avión. Cada uno de esos países manufactura partes del aparato que luego son ensambladas en Toulouse. Chirac, Blair, Schröeder y Zapatero estaban exultantes por lo que parece un gran negocio perspectivo para la Unión Europea. Muchos temen, en cambio que se renueve el fracaso de otro megaproyecto, similar al del Concorde, pero en aquél caso Europa apostó por la velocidad y el transporte de pasajeros de elite a un alto costo. A aquél proyecto le faltó sentido de masividad y proyección democrática, que es lo que tiene el A-380.

El bosquejo de la ballena voladora costó 10 mil millones de euros y Airbus considera que comenzará a generar utilidades a partir de la venta de 250 equipos, la cual será dentro de tres años, después de la puesta en operaciones de la primera línea, en marzo de 2006. Hasta el momento hay 149 pedidos para 14 líneas aéreas. La Airbus considera que el mercado potencial para ese tipo de avión asciende a 1250 aparatos. La versión de carga comenzará a volar en 2008.

La creciente población mundial y la democratización del turismo ha creado una demanda para este tipo de transporte aéreo que responda a la multiplicación de los viajeros. Se considera que en los próximos veinte años el tráfico aéreo será triplicado. La velocidad no importa ahora tanto como la comodidad. La época en que un galeón español tomaba tres meses para llegar de Cádiz a Veracruz, en medio de riesgos y vaivenes, y los migrantes sufrían fatigas y malestares en su empeño peregrino, ha quedado definitivamente enterrada

[email protected]