En 2020 la división de armamento de Rheinmetall obtuvo sus mayores beneficios desde la segunda guerra mundial. Los accionistas se felicitaron por ello en la junta general de accionistas celebrada el martes. Con 414 millones de euros, los beneficios aumentaron un 21%. Al mismo tiempo, Rheinmetall Defence registró otro récord con un volumen ventas de […]
En 2020 la división de armamento de Rheinmetall obtuvo sus mayores beneficios desde la segunda guerra mundial. Los accionistas se felicitaron por ello en la junta general de accionistas celebrada el martes. Con 414 millones de euros, los beneficios aumentaron un 21%. Al mismo tiempo, Rheinmetall Defence registró otro récord con un volumen ventas de más de 3.700 millones de euros (un 5,7% más). El producto más conocido de la empresa de Düsseldorf es el tanque «Leopard 2». Sin embargo, también construye y realiza el mantenimiento de municiones «inteligentes», transportes blindados y el «sistema Panzergrenadier», en el que los vehículos de combate de la infantería y los soldados operan conectados electrónicamente entre sí.
En cualquier caso, cada vez más gira en torno a la electrónica y la interconexión entre las fuerzas armadas, la transmisión de datos y la inteligencia artificial. A modo de ejemplo, el centro de formación de alta tecnología del Bundeswehr (ejército federal) en Unterlüss, situado en el noreste de la Baja Sajonia, en las landas de Lüneburg, está gestionado por Rheinmetall. Sin embargo, la empresa, que opera a nivel internacional, también ofrece programas de formación y educación personalizados «para cada misión», incluso en lejanos países en conflicto.
El año pasado, la división de armamento de Rheinmetall también registró la mayor entrada de pedidos, con 6.390 millones de euros, lo que supone un aumento del 23%. El coronavirus tuvo poca repercusión en las ventas, ya que la mayoría de los contratos son a largo plazo.
En todo el mundo se gastaron más de 1.600.000 millones de euros en armamento en 2020, según informó recientemente el instituto de investigación para la paz con sede en Estocolmo, SIPRI. Desde 1988 no se había gastado tanto dinero en el ejército. Y entonces aún existía la guerra fría. Hay una serie de razones por las que el sector espera que las carteras de pedidos estén llenas en el futuro: es posible que el número de conflictos políticos y militares en el mundo, en general, siga aumentando. Además de los clásicos focos de tensión, como Oriente Medio, con sus permanentes conflictos entre Irán y Arabia Saudí, surgen constantemente otros nuevos. Por ejemplo, la expansión de China está impulsando el gasto en armamento de sus vecinos. Las crecientes tensiones sociales también están llevando a la ampliación de los servicios policiales y de seguridad en muchos países. El negocio con proveedores de servicios militares privados y grupos mercenarios también está en auge. Solo unos pocos países, como Chile o Rusia, han reducido sus presupuestos militares en la pandemia.
Al mismo tiempo, Gran Bretaña también pretende de nuevo un papel geopolítico de peso. Los militares recibirán el equivalente a 20.000 millones de euros más en los próximos cuatro años. Con este extraordinario compromiso plurianual, el primer ministro Boris Johnson pretende proporcionar a la economía una «mayor previsibilidad», según un análisis del Bundeswehr. «El aumento del presupuesto de defensa es, al mismo tiempo, una inversión en las industrias propias, así como un programa de desarrollo tecnológico y de empleo». Pero Rheinmetall también se beneficia de ello. El lunes de esta semana, el Ministerio de Defensa británico encargó al grupo alemán la modernización de la flota de carros de combate británica hasta 2027.
El argumento de la política industrial de Johnson también se escucha con frecuencia en boca de los políticos y representantes de la industria alemana como, también a principios de esta misma semana, en la 12ª Conferencia Marítima Nacional de Rostock. Los proyectos de defensa deben explorar nuevas dimensiones como la cibernética, la información y el espacio, y en última instancia también, para uso civil. En cualquier caso, los límites entre lo militar y lo civil son cada vez más difusos. Según la revista especializada «Marineforum», el presupuesto de defensa, ya aumentado de forma vertiginosa, ha sido ampliado en otros 3.200 millones de euros por la ministra federal Annegret Kramp-Karrenbauer (CDU) con el paquete de estímulo económico por el coronavirus. Sobre todo, se va a seguir «fortaleciendo» la Armada para las misiones de larga duración en el extranjero.
Al mismo tiempo, el sector armamentístico alemán se está abriendo a nuevos grupos de clientes. Hasta hace poco, los estados de la UE cuidaban celosamente de sus industrias nacionales. Sin embargo, la complicada tecnología y los precios extremadamente altos han roto las fronteras nacionales. Alemania coopera con Noruega y los Países Bajos en la construcción de submarinos y fragatas; con Francia se está planeando un nuevo avión de combate. Y Rheinmetall, Krauss-Maffei Wegmann (KMW) y la multinacional francesa Nexter han formado un consorcio para un futuro «supertanque». A la parte alemana no le falta confianza en sí misma: «Alemania es líder, sin duda, en tecnología militar moderna», afirma el director general de KMW, Ralf Ketzel.
En Rheinmetall, por su parte, la anterior separación organizativa en dos sectores independientes de tamaño similar, «defensa» y «automoción», pronto será cosa del pasado. La sociedad anónima sigue adelante con su transformación en un «grupo tecnológico integrado». Una nueva estructura con cinco divisiones gestionadas directamente por el consejo de administración pretende ayudar a aprovechar las sinergias entre los proyectos militares y civiles. «La nueva estructura del grupo nos da todas las oportunidades para ampliar nuestro espectro tecnológico y reforzar nuestras posiciones en los mercados mundiales», explica el director general Armin Papperger. Esto sitúa a la empresa en una excelente posición para alcanzar sus ambiciosos objetivos de alta rentabilidad.
Hermannus Pfeiffer es sociólogo y economista. Escribe para «Neues Deutschland» entre otros y es autor de varios libros sobre temas financieros.
Texto original: https://www.neues-deutschland.de/artikel/1151888.rheinmetall-kriegsgeschaefte-mit-zukunft.html
Traducción: Jaume Raventós