Recomiendo:
0

Nicaragua, a un año sin neoliberalismo

Fuentes: Rebelión

A solo un año de haber llegado al poder, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha alcanzado más logros económicos y sociales que durante los anteriores 16 años de gobiernos neoliberales que desde 1990 se turnaron en la presidencia de esta República. Los gobiernos neoliberales que se sucedieron en el poder apoyados directamente por […]

A solo un año de haber llegado al poder, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha alcanzado más logros económicos y sociales que durante los anteriores 16 años de gobiernos neoliberales que desde 1990 se turnaron en la presidencia de esta República.

Los gobiernos neoliberales que se sucedieron en el poder apoyados directamente por Estados Unidos, (Violeta Chamorro 1990-1996, Arnoldo Alemán 1997-2001 y Enrique Bolaños 2002-2007) vendieron el país al mejor postor y dejaron al 80% de las personas en la pobreza, 45% en la indigencia, sin derecho a la atención médica ni a la educación.

En ese período, las compañías transnacionales se adueñaron de más de 350 empresas estatales, fundamentalmente las principales de los sectores financieros nacionales como la generación de electricidad, teléfonos, bancos, agua, construcción.

El desempleo alcanzaba en 2006 al 25% de la Población Económicamente Activa (PEA), aunque varias fuentes como el economista Néstor Avendaño, asegura que la cifra llegaba al 68% pues existe un 26% de desocupación abierta y 42% que sobrevive en el sector terciario de la economía. La suma establece que 1 496 000 personas estaban desempleadas o subempleadas de un total de 2 200 000 en condiciones de trabajar.

El analfabetismo que prácticamente se había erradicado durante el primer período sandinista de 1979 a 1990, afectaba en 2006 al 35% de la población y 800 000 niños se encontraban fuera del sistema escolar, mientras en las calles cada vez se observaba mayor cantidad de menores pidiendo limosna, vendiendo periódicos o limpiando parabrisas de autos en los semáforos para tratar de llevar algún córdoba a sus familiares.

El presidente Daniel Ortega, desde que asumió su cargo, el 10 de enero de 2007, se abrazó a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) como el vehículo indispensable para llevar adelante las transformaciones necesarias que deberán sacar de la pobreza a la inmensa mayoría de esa población centroamericana.

Ortega, durante las III Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de PETROCARIBE, realizada el pasado agosto, en Caracas, aseguró que tanto esa institución, como el ALBA, se convirtieron en la salvación de su país, ante la grave crisis energética que azotó a esta nación. «Aún los más críticos a la revolución bolivariana y al Frente Sandinista en Nicaragua, dicen que sin esta cooperación no teníamos esperanza. Nuestra economía habría colapsado. En los racionamientos de 14 o 16 horas de energía eléctrica que sufría nuestro pueblo, nunca Estados Unidos o (el presidente) Bush dijeron absolutamente nada para ayudarnos», agregó.

Pese a los enormes tropiezos naturales que debió enfrentar en el 2007 como fueron el huracán Félix en el Caribe norte, y las inundaciones provocadas por intensas lluvias en el occidente que dejaron daños por más de 600 millones de dólares, sumado a la crisis energética y la especulación con los precios de productos básicos, la economía nicaragüense logró crecer un 3,7% en su Producto Interno Bruto (PIB). Además, con la ayuda solidaria de Cuba, se logró controlar un peligroso brote de leptospirosis ocurrido en el Caribe tras el paso del Félix.

Este pequeño crecimiento no indicaría absolutamente nada si no se tienen en cuenta los adelantos obtenidos en el bienestar de la sociedad en esta nación considerada la segunda más pobre de la región, dependiente de su atrasada agricultura y con un PIB de solo 5 700 millones de dólares.

En primera instancia, se impidió el colapso eléctrico y económico del país con el suministro de 32 plantas de energía entregadas por el gobierno de Venezuela y el los próximos meses llegarán a Managua otras plantas bolivarianas que generarán 120 Megavatios.

Los convenios establecidos dentro de PETROCARIBE, le permite al país importar combustible a precios mucho más barato con créditos bajos y a largos plazos. Con los precios del combustible rondando los 100 dólares el barril hubiera sido muy difícil obtener el crudo necesario para el país.

El gobierno restableció los servicios de salud y educación gratuitos para toda la población. Se eliminaron las consultas privadas en los dispensarios y hospitales públicos y se ofertan sin costo alguno los medicamentos, las operaciones quirúrgicas y los análisis y pruebas en dependencias del Estado.

La Operación Milagro coordinada a través del ALBA con médicos cubanos que laboran en Managua, ha devuelto la visión a 32 000 personas que padecían de cataratas, pterigium y otras enfermedades visuales y que no tenían medios para sufragar la operación.

Asimismo, varios hospitales de campaña con galenos cubanos y nicaragüenses que estudian el último año de medicina en la Isla del Caribe, prestan servicios en las zonas más pobres del país, en especial en el Caribe Norte devastado por el huracán.

Con el apoyo La Habana-Caracas, Nicaragua retomó la campaña nacional de alfabetización con el método cubano Yo Si Puedo para la erradicación del analfabetismo en los próximo cinco años. Al declarar la gratuidad en la educación, el gobierno prohibió el cobro de matriculas cursos y materiales escolares en los centros públicos.

Ortega adoptó varias medidas de austeridad dentro del gobierno como reducir el sueldo del presidente a 3 200 de los 10 000 de sus antecesores, el de los ministros a 2 800 de los 6 000 estipulados, y también redujo el de los directores ejecutivos de órganos y empresas del Estado.

El gobierno estableció el programa Hambre Cero mediante el cual se le entrega a cerca de 70 000 familias campesinas, insumos y materiales, ganado vacuno, porcino y aves de corral a la par que en las ciudades como en el campo se asigna a los educandos la merienda escolar gratuita en aras de erradicar la desnutrición infantil.

Nicaragua cerró el 2007, a pesar de todas las dificultades internas y externas como la inflación que se situó en 12%, con una ejecución presupuestaria por encima del 90%, mientras que la inversión pública terminó con 80%, y se han sentado las bases para el despegue económico y social a partir del año recién iniciado.

La experiencia vivida durante el primer año de gobierno Sandinista, demuestra que solo mediante la integración de los pueblos latinoamericanos, y con voluntad política, se puede mejorar la situación de los pueblos que han sufrido durante años las políticas neoliberales y de privatizaciones impuestas en la región por Estados Unidos y los organismos financieros internacionales.