Unicef alerta de que en España se registran tasas de pobreza infantil «considerablemente superiores» al promedio del mundo desarrollado
Joven mendigo. Bartolomé Esteban Murillo. Museo del Louvre.
Unicef acaba publicar un informe, Construyendo futuro: los niños y las Metas de Desarrollo Sostenible en los Países Ricos, que supone el primer termómetro para testar la situación de los niños en hasta 41 países de rentas altas, en relación con las nueve metas de desarrollo sostenible identificadas como las más importantes para su bienestar; a saber: fin de la pobreza, hambre cero, salud y bienestar, educación de calidad, trabajo decente y crecimiento económico, reducción de las desigualdades, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables y paz, justicia e instituciones sólidas.
Los resultados concluyen que uno de cada cinco niños de los países ‘ricos’ vive en pobreza relativa (es decir, en una familia cuyas ganancias son inferiores al 60% del ingreso medio nacional). También uno de cada ocho sufrirían inseguridad alimentaria (es decir, no tener en todo momento acceso a los alimentos necesarios para una vida sana).
En el cómputo clasificatorio global, cruzando los resultados de los nueve objetivos relacionados directamente con la infancia, España ocupa el puesto 16 de la tabla. Los primeros son los países escandinavos, además de Alemania, Suiza y Corea del Sur; los últimos, Chile, Bulgaria, Rumanía, México y Estados Unidos.
Nuestro país encabeza el ranking en lo referido a Salud y bienestar (sólo por detrás de Portugal e Islandia), y también -esto puede sorprender a algunos- respecto a Paz, justicia e instituciones sólidas: el puesto número 4, sólo por detrás de Italia, Islandia y Grecia, por ese orden. Pero se encuentra en el furgón de cola en trabajo digno y crecimiento económico: en el puesto 36, sólo por delante de Japón, Chile, Bulgaria y México. España también ocupa los puestos más cercanos a la cola que a la cabeza de la lista (el 28) en lo que se refiere a Fin de la pobreza y Reducción de las desigualdades. Se encuentra, junto con Bulgaria, EE.UU, México y Turquía, entre los países que registran tasas de pobreza infantil «considerablemente superiores al promedio del mundo rico».
Más en detalle, también cabe destacar que España es el octavo país donde más porcentaje de niños de 11 a 15 años sufren «obesidad o sobrepeso», según datos de 2015. Por el contrario, y como buena noticia, España se encuentra entre los que menos problemas de salud mental presenta entre sus adolescentes (entendidas éstas como «decaimiento, irritabilidad, nerviosismo, dificultades para conciliar el sueño»…).
«En términos generales», dice el estudio, «las transferencias sociales en los países de ingresos altos reducen las tasas de pobreza infantil en casi un 40%», a pesar de que se trata de una variable que conviene contemplar con cautela, teniendo en cuenta todos los resortes que operan en el sistema: «En 11 de esos países, las transferencias sociales han dado pie a una reducción de más de la mitad de la pobreza infantil previa y, en los casos de mayor éxito -como Finlandia, Islandia y Noruega-, de hasta dos tercios. Esta impresionante capacidad para enderezar las tasas de pobreza infantil no puede darse por sentada. Es bien sabido que depende de múltiples factores, desde su volumen y el público al que están destinadas hasta los niveles iniciales de pobreza infantil antes de las transferencias», que «tuvieron un efecto mucho más limitado en algunos países (Rumanía, Israel y México) en los que sólo se logró un descenso del 10% o menos en las tasas de pobreza infantil».
Para la responsable de Innocenti -la rama de Unicef encargada del informe-, Sarah Cook, el trabajo busca ser «una alarma» para advertir de que «ni siquiera en los países ricos el progreso beneficia a todos los niños. «Los ingresos más altos no llevan automáticamente a mejores escenarios para los niños, y pueden incluso ahondar las desigualdades. Los gobiernos de todos los países deben tomar acción para que el progreso [económico] sirva para alcanzar las Metas de Desarrollo Sostenible»
En efecto, el estudio apunta que «a simple vista, la tabla clasificatoria sitúa bien a los países que suelen aparecer en la parte superior de las clasificaciones recientes en materia de desarrollo humano e infantil -los países nórdicos, Alemania y Suiza-, y peor a los países de ingresos más bajos del grupo, como Rumanía, Bulgaria y Chile». Pero la presencia de países con altos ingresos per cápita, como Nueva Zelanda y Estados Unidos, en la parte baja, «demuestra que no basta con gozar de ingresos altos para garantizar un buen resultado en la preservación del bienestar infantil». Hay grandes diferencias: en Dinamarca, Islandia y Noruega uno de cada diez niños viven en pobreza relativa; en Israel y Rumanía son uno de cada tres.
Fuente: http://ctxt.es/es/20170614/Firmas/13353/CTXT-pobreza-infantil-Unicef-Observatorio-social.htm