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No llores por Lula: La política de un decadente régimen de trabajadores

Fuentes:

Traducido para Rebelión por Carlos Sanchis

«Nadie tiene la autoridad moral para discutir de ética conmigo»
Presidente Lula de Silva. Julio del 2005

La corrupción ha devastado el régimen de Lula en Brasil. Cada sector del «Partido de los Trabajadores» (PT) de Lula se ha visto implicado en sobornos, fraudes, compra de votos, robo de fondos públicos. Ha fracasado en informar de la financiación ilícita de las campañas y una multitud de otras conductas delictivas, reveladas casi diariamente entre mayo y julio del 2005. El círculo de cercanos a Lula y sus más importantes consejeros, líderes del congreso y jefes del partido, han sido forzados a dimitir y están bajo investigación parlamentaria por transferencias ilegales de fondos a gran escala en las campañas electorales, enriquecimiento privado, y financiación a tiempo total de funcionarios. Hasta ahora los únicos funcionarios no implicados en investigaciones delictivas son Lula y los ministros millonarios que dirigen las políticas neoliberales del régimen. Incluso el presidente del Banco Central de Lula, Mireilles, está bajo investigación por fraude y evasión de impuestos durante el tiempo en que fue director del Banco de Boston. Aparentemente los millonarios miembros del gabinete, al contrario que los arribistas del Partido de los Trabajadores, no tienen ninguna necesidad de robar al tesoro público; ganan mucho especulando en el mercado o aprovechándose de los obreros y de los campesinos.

¿Qué es la política de penetrante corrupción endémica en el PT? ¿Por qué tiene un partido -que empezó hace un cuarto un siglo como un movimiento vibrante, democrático, participativo, basado en las luchas y movimientos sociales- que degenerar en un partido de la elite corrupta respaldada por los especuladores financieros e intereses agro-industriales, e inclinarse ante codiciosos arribistas profesionales?

A principio de los noventa el PT expulsó militantes, el partido pasó de ser un ‘partido- movimiento’, a ser un partido electoral y transfirió la toma de decisión de las asambleas populares a los funcionarios parlamentarios y estatales. El PT fue dirigido por consejeros electorales profesionales, pago a publicistas y aumentó la dependencia de los medios de comunicación de masas. El predominio de la política electoral y de campañas en los medios de comunicación de masas requirieron una mayor financiación, en un momento en que menos militantes tenían voluntad de contribuir a la máquina electoral. El partido y la elite parlamentaria desarrollaron cada vez más lazos con contratistas del sector privado para afianzar contribuciones a cambio de contratos públicos. Con la ascensión de Lula a la presidencia estas prácticas se multiplicaron, cuando miles de funcionarios del PT ocuparon cargos y empezaron a desarrollar sus propias fuentes privadas de financiación. La agenda neo-liberal de Lula y el nombramiento de grandes hombres de negocios y banqueros para los cargos económicos importantes estuvo basada en afianzar el apoyo de los partidos de la derecha en el Congreso, afectando de este modo adversamente a los movimientos sociales populares y a los sindicatos, sobre todo a los del sector público.

El problema político al que Lula se enfrentó al afianzar el apoyo de los congresistas de la derecha tuvo dos vertientes: La mayoría de los despachos políticos fueron tomados por funcionarios del PT, hambrientos de capitalizar su victoria electoral, por lo tanto, Lula no podría compensar a la derecha ofreciéndole despachos. En segundo lugar, al tiempo que la derecha estaba completamente de acuerdo con la política de Lula, eran rivales políticos, compitieron por apoyar a los grandes negocios. Así, para afianzar sus votos, los consejeros más íntimos de Lula recurrieron a sobornar parlamentarios de la derecha – con pagos que alcanzan los 12.000 dólares (USD) al mes por congresista, pagados a través de una empresa de relaciones públicas que trabajaba con el régimen de Lula.

¿Dejó ya el PT de ser un partido de ideología de izquierdas? Habiendo adoptado un programa para promover el agro-negocio (que recibe el 90% de créditos agrícolas) y servir al capital financiero (más de 90 mil millones dólares). Desembolsando pagos de deuda durante 30 meses (gastando más en pagos de deuda en un mes que en educación, salud y reforma agraria en un año), financiando la minería y el petróleo. Lo que unió al PT era el «el patrocinio de despachos» ; la corrupción, la co-opción, el enriquecimiento y el clientelismo. El poder político y los valores de neo-liberalismo, ‘el enriquecimiento individual’, se convirtieron en las motivaciones dominantes por buscar posiciones influyentes.

La oposición de la derecha, desde el Partido Democrático Social al Partido del Frente Liberal, no radica en diferencias programáticas. La oposición está intentando reafirmar la gran base de negocios, el apoyo del FMI, del Banco Mundial y de los financieros internacionales que Lula ha atraído a su gobierno.

Los principales grupos que «lloran por Lula» no son los obreros urbanos o rurales desposeídos, sino los banqueros, inversores extranjeros, millonarios y especuladores que han ganado miles de millones durante su legislatura. El Financial Times(FT) y el Wall Street Journal (WSJ) están enormemente preocupados por que las investigaciones de corrupción le impedirán a Lula llevar a cabo el resto de su agenda neo-liberal reaccionaria. Como el FT (22 de julio de 2005, p11) afirma » …El escándalo de corrupción parece posponer con toda probabilidad cualquier reforma importante, de la clase de las que han mantenido la reputación del Sr. Lula da Silva en Wall Street. Día a día el gobierno ha sido paralizado por el escándalo …las medidas para introducir una iniciativa de financiación público-privada seguirán aparcadas, así como una propuesta para conceder autonomía al Banco Central.»

Gracias a la investigación de corrupción y la «parálisis» del Congreso, Lula no podrá privatizar los servicios públicos e infraestructuras restantes ni entregar el Banco Central a los financieros (a más autonomía del Congreso, mayor integración al sector financiero). Los trabajadores reales del sector público, inventariados para la «privatización-pública», han visto sus trabajos, sueldos y pensiones preservados gracias al escándalo de corrupción del Partido de los «Trabajadores».

Al tiempo que Lula ha perdido a sus importantes aliados para su transformación neo-liberal del Brasil, se ha movido más a la derecha – reemplazando a los ministros del gabinete pertenecientes al PT por miembros del Partido Conservador, PMDB–el Partido de Movimiento Democrático Brasileño – y otros.

Debido al apoyo a Lula en Wall Street, en la bolsa de Londres y en el FMI, no hay ninguna oportunidad en absoluto para un golpe. Como dice el refrán: los golpes militares nunca se dan contra el FMI.

El perdedor más grande en el desastre del régimen de Lula ha sido el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), el cual ha continuado apoyando al gobierno a pesar de las cifras de activistas campesinos asesinados, de que decenas de miles de ocupantes de tierra han sido forzosamente desahuciados y de que Lula ha renegado continuamente de cada promesa de reforma agraria. Durante lo más álgido del escándalo de corrupción, Lula hizo más explícita su unión ampliada con los partidos de la derecha de los terratenientes y especuladores, y el MST se unió a los burócratas cooptados de los sindicatos, organizando una manifestación pro Lula y contra la «desestabilización» y la corrupción.

Las políticas pro Lula del MST no sólo han debilitado gravemente las luchas de los campesinos sin tierra, sino que han dividido a la oposición y han fortalecido a la «vieja derecha», a los partidos Social Democrático y Frente Liberal.

Al tiempo que algunos especuladores han reducido su exposición en el mercado de valores brasileño, las grandes firmas inversoras todavía se apresuran a afianzar ganancias de los recursos brasileños de alto rendimiento, pagando los tipos de interés más altos del mundo -entre el 18% y el 25%. La burbuja especulativa que estimuló el 5% de crecimiento en el 2004 se ha acabado. Se espera que Brasil crezca a aproximadamente un 2% en el 2005, con las manufacturas entrando en recesión, gracias a las políticas de libre mercado que han inundado el mercado brasileño de producto industrial asiático barato.

Mientras los partidos de la oposición y los medios de comunicación de masas siguen el escándalo de la corrupción ahondando en el entorno más cercano del régimen de Lula, los grandes negocios y los intereses bancarios no están a favor de reemplazar a Lula antes de las elecciones del 2006. El Financial Times (25 de julio de 2005) en un editorial continuaba alabando la política de mercado libre de Lula pero le aconsejaba «tener más responsabilidad por haber permitido que ocurra (la corrupción)» y «reorganizar su gobierno alrededor de un programa para afianzar la estabilidad». Entretanto, con el enfriamiento del boom de las mercancías y el dinero brasileño supervalorado en un 20%, los fabricantes están esperando que Lula sea reemplazado por el vicepresidente Alencar del Partido Liberal, un importante dueño textil y defensor de la política industrial promovida por el estado y de tipos de interés más bajos.

Que Lula permanezca en el cargo o que sea obligado finalmente a renunciar no depende tanto de cuán estrechamente este implicado en los escándalos de corrupción, como del impacto de su salida en los mercados financieros. En cualquier caso, si Lula dimite (o es procesado) o permanece, los principales consultores de inversiones esperan que la oposición continúe las políticas monetarista neo-liberales que Lula promovió tan ardientemente, incluso hasta el punto de comprar votos en el Congreso para reducir pensiones, congelar el salario mínimo y subvencionar a los exportadores del agro-negocio. Es la ironía suprema que el una vez militante independiente del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra se una a Wall Street para defender un régimen inmerso en la corrupción. Pero mientras que los banqueros al menos han cosechado cien mil millones de dólares en intereses y principal, el MST tiene más de 40.000 ocupantes de tierras desplazados que se añaden a las 200.000 familias que viven en tiendas de plástico a las orillas de las carreteras. «No llore por Lula», me dijo un banquero, «él habló para ellos pero trabajó para nosotros.»

Cuando Lula no sea ya capaz de comprar, convencer, cooptar, sobornar congresistas o manipular al populacho y ya no sea eficaz en la implantación de reformas neo-liberales, la elite gobernante lo desechará como un condón usado.

Conclusión

El régimen de Lula ha logrado muchas «primicias» en la historia brasileña durante sus primeros 30 meses de legislatura.

Ningún gobierno hasta ahora se había movido tan lejos y tan rápido hacia la derecha.

Ningún partido gubernamental ha tenido más líderes del partido, altos cargos, congresistas, ministros y funcionarios bajo investigación por fraude en semejante y breve periodo .

Ningún gobierno ha pagado más en intereses y principal por la deuda externa en un tiempo tan corto.

Ningún gobierno ha creado más multimillonarios en 30 meses.

Ningún gobierno ha desilusionado a los votantes más pobres en tan breve periodo,

El régimen de Lula ha establecido muchos records, desgraciadamente ninguno de ellos es algo por lo que estar orgulloso.

30 de julio de 2005