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No se equivoquen: La República Bolivariana de Venezuela no se subestima, agrede, ni amenaza

Fuentes: Rebelión

Sin duda alguna, se recordará la fecha del 9 de marzo 2015 como un nuevo parteagua en las relaciones entre América Latina, el Caribe y los EEUU. La insolente orden ejecutiva firmada por Obama en contra de la República Bolivariana de Venezuela, ratifica el continuismo de la política injerencista imperial en nuestro subcontinente, y clausura […]


Sin duda alguna, se recordará la fecha del 9 de marzo 2015 como un nuevo parteagua en las relaciones entre América Latina, el Caribe y los EEUU. La insolente orden ejecutiva firmada por Obama en contra de la República Bolivariana de Venezuela, ratifica el continuismo de la política injerencista imperial en nuestro subcontinente, y clausura cualquier posibilidad de poder entablar una relación armoniosa, de respeto y cooperación con los EEUU. En tal sentido, representa una amenaza directa no solamente para Venezuela, sino los procesos de integración, emancipatorios y revolucionarios de nuestra Patria Grande.

El decreto ejecutivo viola flagrantemente el derecho internacional, la soberanía de los Estados y la autodeterminación de nuestros pueblos. Concebido desde una lógica de extraterritorialidad busca castigar a todos aquellos quienes brindan soportes al proceso revolucionario bolivariano. La ya gastada jerga imperial que justifica sus intervenciones y guerras de destrucción bajo el manto de los DDHH y la Democracia, hoy no convence a nadie. La superioridad ética política del proyecto revolucionario bolivariana aplasta mil veces a la decadente, guerrerista y destructiva política imperial, que hoy ya no tiene nada que ofrecer a la humanidad. Estados Unidos, cada vez más vilipendiado y aislado en el mundo, se atasca en su ofensiva en defensa de su proyecto hegemónico de control y dominación total.

Los pueblos de nuestra América no olvidan la larga historia de intervenciones estadounidenses en nuestros territorios y sus terribles y mortíferas consecuencias. El anti-imperialismo está impregnado en nuestra memoria, alma y piel. La Patria Grande ha dado vida a una larga e inacabable lista de hombres y mujeres dispuestos a morir en la lucha por la libertad, la justicia, la independencia, y la paz. Martí, Bolívar, Sandino, Farabundo Martí, Arbenz, el Ché, Allende, el Comandante Supremo Hugo Chávez, Fidel y Raúl son las figuras más visibles de una determinación inclaudicable de construir Patria; defender la autodeterminación, y construir procesos emancipatorios frente a las embestidas del capital y del Imperio.

Cuba y Fidel nos han dejado un legado de coherencia, disciplina revolucionaria y visión estratégica, que permitió aun en los momentos de mayor incertidumbre estratégica, abrir un horizonte para la liberación de nuestros pueblos. La Revolución Cubana ha salido invicta ante las agresiones del Imperio, el bloqueo y las operaciones terroristas y cuenta con un pueblo, que ha entendido que las conquistas políticas revolucionarias hay que defenderlos, minuto a minuto, en todos los ámbitos y espacios, y al costo de lo que sea.

Fue el Comandante Chávez, profundo conocedor de nuestra historia y del legado filosófico-político de los libertadores, de la dinámica geopolítica mundial y de la importancia que dentro de este marco juega América Latina y el Caribe, quien sentó una nueva plataforma estratégica de integración regional, impulsó la cooperación sur-sur y aportó indudablemente al impulso de la constitución de un Mundo Multipolar frente a la agresiva expansión mundial de la política imperial. Logró mediante una diplomacia y fineza política tejer los hilos que han permitido el reencuentro entre los países latinoamericanos y del Caribe, reduciendo significativamente el poder intervencionista de los EEUU en la región.

Desde allí, América Latina comenzó a cambiar; se obtuvieron victorias políticas de partidos y movimientos sociopolíticos de izquierda que hoy gobiernan la mayoría de los países de nuestra región, se construyó el ALBA, UNASUR, la CELAC, Petrocaribe, dándole impulso a la integración horizontal y solidaria y se convirtió un motor de construcción de alternativas y de debate en torno a la construcción de un sistema-mundo distinto. Los movimientos sociales y pueblos quienes habían enfrentado las nefastas dictaduras y políticas neoliberales en el subcontinente sin duda alguna sembraron el terreno y fueron participes directos de estos cambios políticos. Se recuperó el pensamiento crítico latinoamericano, así como los aportes de los pueblos originarios, el movimiento ecologista y del movimiento de mujeres al debate sobre las alternativas sistémicas como el ecosocialismo, elBuen Vivir, el Sumak Kawsay, el Utz k’aslemal. Esto permitió robustecer la batalla ideológica-política frente al modelo hegemónico favorecido por la creación de Telesur, que hoy se ha convertido en una fuente de información-formación para millones de hombres y mujeres en el mundo entero; así como posicionar a América Latina como un bloque de países a favor de la paz mundial, en defensa de la autodeterminación de los pueblos y en contra de la política del bloqueo en contra de la hermana República de Cuba.

La Revolución Bolivariana trajo consigo un cambio radical para Venezuela que transitó de un país subordinado a los intereses geoestratégicos del imperio, con inaceptables niveles de pobreza y desigualdad y recursos petroleros en manos de empresas transnacionales a un ejemplo y luz para América Latina y el mundo entero.

Se eliminó el analfabetismo, se produjo una significativa reducción de la pobreza, se incrementó el autoabastecimiento en la producción de alimentos a un 70%, se garantizó el acceso a la educación, la salud, se construyeron más de 700,000 viviendas a bajo costo, se incrementó los salarios 19 veces, reduciendo a su vez significativamente las tasas de desempleo.

La Ley Orgánica del Trabajo firmado el 1 de mayo 2012 amplia y profundiza los derechos y garantías de los/as trabajadores venezolanos prohibiendo la subcontratación, se igualan los derechos los/as trabajadores del hogar con el resto, incorpora los idiomas indígenas a la relación de trabajo, se establece la obligación de la empresa de comunicar las disposiciones a sus trabajadores, se contempla la detención del empresarios que desacaten la sentencia de readmisión de un trabajador/a injustamente .

Se ha recuperado el papel del Estado como ente rector de las políticas nacionales desde la perspectiva socialista y humanista, y construido un tejido socio-organizativo popular, revolucionario, profundamente democrático que no permitirá nunca un retorno al entreguesimo, a la subordinación imperial o restauración del orden oligárquico burgués. Se ganaron legítimamente 19 procesos electorales que se constituyeron en las sucesivas derrotas políticas de la derecha venezolana.

El fomento al arte, la democratización del acceso a la educación universitaria, la tecnología y el internet, el impulso a la cultura y la recuperación del pensamiento latinoamericano como parte de esta batalla ideológica política en contra de la enajenación y alienación creada por el capital y patrocinados think tanks han nutrido el alma bolivariana y antiimperialista del pueblo venezolano.

Se constatan avances significativos en la equidad de género, el cumplimiento de los derechos de los pueblos originarios y afrodescendientes y el combate a la discriminación como política de Estado.

La guerra permanente contra la Revolución Bolivariana de Venezuela

El proceso revolucionario se ha enfrentado exitosamente a un acoso permanente, desde una densa y compleja estrategia de guerra de » baja intensidad» que involucra a los EEUU, capitales transnacionales, las empresas mediáticas, y fuerzas políticas de derecha. Intentos de golpe de Estado, la conformación de grupos paramilitares la guerra económica, la divulgación de información falsa y distorsionada sobre la realidad venezolana, el financiamiento de operativos de desestabilización interna, las guarimbas y promoción de violencia fascista que ha dejado más de cuarenta personas asesinadas. El año pasado se provocaron más de 18 mil incidentes de violencia fascista y terrorista con la respectiva pérdida de vidas, quema de puestos de salud, escuelas, universidades, autobuses, en fin destrucción material y sabotaje al aparato productivo, todo con el intento de crear un clima de zozobra y terror en la ciudadanía; provocado por grupos de opositores subordinados a los intereses geo-estrategias de los EEUU y desesperados ante su reiterado fracaso en el plano político.

Las acertadas medidas tomadas por el Presidente Obrero Nicolás Maduro para enfrentar cada uno de estas estrategias, conllevaron a una aceleración de un plan golpista que iba a concretarse en el mes de febrero; que contempló el magnicidio y el bombardeo de diversos objetivos estratégicos en el centro de Caracas.

Los diversos intentos de golpe de Estado han sido exitosamente derrotados por un pueblo que está movilizado y comprometido con la Revolución y una dirección política, que no ha descansado ni un secundo, en la defensa de la Revolución, que es a su vez, la defensa del futuro de nuestra Patria Grande.

La frustración de los EEUU ante este escenario le conllevó a cometer el torpe error político de emitir el nefasto decreto del 9 de marzo 2015, que evidenció ante el mundo y la patria grande su vinculación directa con la campaña de desestabilización de la República Bolivariana de Venezuela, y desnudó su incapacidad de respetar los principios del derecho internacional, la autodeterminación de los pueblos y la soberanía de las naciones.

La medida tomada se convirtió en un contundente fracaso político para los EEUU y levantó una oleada mundial de solidaridad y apoyo incondicional con el proceso revolucionario bolivariano.

La Cumbre de Panamá, indudablemente, se convertirá en una demostración de, repudio, de exigencia y de fuerza de la Patria Grande, en demandar el derrocamiento del nefasto decreto, el fin del bloqueo a Cuba, y el cese del intervencionismo imperial en nuestros territorios.

El bravo pueblo y gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, han demostrado al mundo su compromiso con la paz, su dignidad, su coherencia e infranqueable compromiso con la profundización del proceso revolucionario, y compromiso con la necesaria refundación del orden mundial, desde una perspectiva de profundo amor a la humanidad. La República Bolivariana de Venezuela, se ha constituido en un glorioso ejemplo, que ha recibido el eco solidario del mundo entero al grito «Venezuela se Respeta, Venezuela no es Amenaza, sino Esperanza».

El Comandante Supremo Hugo Chávez, sin duda alguna, se siente orgulloso de su pueblo, y desde el lugar donde se encuentra, le sonríe con una mirada de complicidad.

Ante las amenazas que se ciernan sobre la Patria Grande, es necesario desde todos los espacios y territorios: profundizar y ampliar la batalla ideológica-política; canalizar los saberes y prácticas contra hegemónicos hacia nuevas formas de ejercicio del poder popular que permita dar pasos contundentes hacia la emancipación, descolonización, despatriarcalizacion y desmercantilización de las prácticas socio-culturales y políticas; y permita la de confluencia colectiva hacia un nuevo modelo civilizatorio, mediante la desconexión con el sistema imperante.

Es necesario conformar una nueva Internacional desde los Pueblos que desde todos los rincones del planeta, contribuya a desmontar los pilares fundamentales de este perverso e insostenible orden mundial.

Es imprescindible salir de la trama del capital, el neo-extractivismo y sus perversas repercusiones.

Desde algún lugar de La Patria Grande, abril 2015

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.