Del cobre chileno podría decirse lo mismo que del Mío Cid, que representaba el héroe colectivo de España y desterrado por Alfonso VI de Castilla: ¡Qué buen vasallo sería si tuviese un buen señor!El cobre es un enorme río rojo que está siendo depredada a vista y paciencia de los chilenos, obnubilados entre el consumismo […]
Del cobre chileno podría decirse lo mismo que del Mío Cid, que representaba el héroe colectivo de España y desterrado por Alfonso VI de Castilla: ¡Qué buen vasallo sería si tuviese un buen señor!
El cobre es un enorme río rojo que está siendo depredada a vista y paciencia de los chilenos, obnubilados entre el consumismo y la farándula. La mayoría no recuerda o ni siquiera supo que la «viga maestra de la economía chilena» durante los últimos 12 años, fue prácticamente regalado, a un promedio anual de 91 centavos de dólar la libra. ¡Menos que una lata de Coca Cola!
Los retornos globales por exportaciones de cobre totalizarán US $ 16.527 millones para una producción física que llegó a 5.4 millones de TM. Un hipertrofiado crecimiento económico para un país con marginal desarrollo real. El precio promedio anual del cobre se elevó por segundo año consecutivo a un record de USc 167,087 /lb., superando en 28,4 % la ya elevada cotización del 2004 que fue de USc 130,106 /lb y un 52 % sobre el precio estimado para calcular el presupuesto nacional 2005 (USc 110 /lb.). Esta cifra se inscribe como un nuevo máximo nominal histórico. (Fuente: Cochilco).
Pese a las expectativas conservadoras del presupuesto 2005 ya el primer trimestre del año el cobre exhibía valores levemente superiores a USc140 /lb. Desde allí registró avances constantes que culminaron el 28 de diciembre del 2005 con un máximo nominal de USc 210/lb.
Si recordamos que cada centavo de dólar que sube el precio del dólar, en promedio, significa alrededor de 120 millones de dólares adicionales, se puede valorar la importancia de las oscilaciones bursátiles del cobre. ¿Cuál es la razón de estos altos precios? Quizá la más importante, aparte de la espectacular demanda China, es que el metal se encuentra en un escenario que reproduce por tercer año consecutivo un déficit de refinados que mantiene la disponibilidad en niveles críticos. Así si el 2002 el inventario en bolsa fue de 1,29 millones de Toneladas Métricas (TM) al cierre del 2005 esto cayó en flecha a 153 mil TM. Es decir, un inventario 8 veces menor.
Esto explica entonces el escenario de escasez y el vertiginoso incremento de los precios, ante un constante crecimiento de la demanda insatisfecha por una oferta que permanece rezagada, a raíz de una menor producción de los principales países productores, entre ellos Perú, Estados Unidos y Chile, a causa de menores leyes en algunas operaciones. Otros eventos que han afectado la oferta, especialmente en el segundo semestre del 2005 son las huelgas, especialmente en Asarco (EE.UU), y en menor medida las de Hindustan Copper (India), Zaldivar (Chile), KCM (Zambia), Kidd Creek (Canadá), Nacorazi (México), fundición Hernán Videla Lira (Chile) y la ferroviaria FCAB (Chile); en los mismos términos incidirá la justa paralización de los subcontratistas de Codelco, que debiera ampliarse a los subcontratistas del sector privado. Problemas de producción, especialmente en las fundiciones Thai (Tailandia), Sterlite y Birla Copper (India), además de la escasez de combustibles que paraliza la fundición de Zambia. Además hubo accidentes en Mopani Copper Mines (Zambia) y Telfer (Australia), y sin olvidar el terremoto en el norte de Chile que afectó la producción de Cerro Colorado.
Tensiones sociales, principalmente por las protestas de comunidades en Perú paralizaron Tintaya, y afectaron en menor medida a Antamina y Cerro Verde. Finalmente, no se debe olvidar los huracanes Katrina y Rita, que provocaron un aumento en la cotización del cobre tanto por el mayor precio del petróleo -protección ante inflación e interés de los inversionistas-, como también por la futura mayor demanda que provocara la reconstrucción de la zona afectada.
En resumen, estos acontecimientos conformaron un 2005 en que la oferta creció menos de lo esperado y los inventarios no pudieron recuperarse, provocando los altos precios.
El auspicioso escenario de precios de los metales antes expuesto, obviamente ha repercutido positivamente en las empresas mineras, las que han alcanzado niveles sustanciales de utilidad en el año 2005, continuando lo ya observado en 2004.
En este sentido, y considerando las ultimas estimaciones de Cochilco, las 10 mayores empresas privadas productoras de cobre con contrato de inversión extranjera (GMP-10) registraron por US $ 11.900 millones de dólares lo que le significarían utilidades financieras después de impuestos por casi US$ 6.400 millones en 2005, con una rentabilidad sobre patrimonio promedio (ROE) cercana a 67%, valor que se ubican muy por encima de lo obtenido por las mismas empresas en los últimos años (26,5% de ROE entre 1999-2004). Estas cifras de utilidades debieran significar una tributación de alrededor de 1.800 millones de dólares, lejos de los US S 310 millones que tributaron anualmente en promedio en el período 1999 – 2004. Estas enormes utilidades son explicadas también en buena parte por los altos precios del molibdeno que se espera según las proyecciones que baje de los actuales US $ 32 la tonelada a US $ 20 el 2006.
Para el resto de la década, y como consecuencia de la madurez alcanzada por las empresas mineras desde el punto de vista tributario y de los mejores precios del cobre, se espera una tributación de US $ 5.700 millones, cifra que incluye US $ 260 millones adicionales por la recaudación del impuesto específico a la minería, el que entra en vigencia a partir de enero próximo y que ya está siendo torpeada. La Escondida ha manifestado que no va a pagar acogiéndose a las exenciones que le otorga la misma ley del royalty hecha a la medida de las empresas transnacionales y que permite todo tipo de elusiones al supuesto «espíritu de la ley», que se supone que es cobrar. Esta decisión de no renunciar a la invariabilidad tributaria con la que se exime del pago del royalty minero, implica que el fisco dejará de recibir alrededor de US $ 45 millones.
A un lector ingenuo, le pudiesen parecer cuantiosos los pagos tributarios efectuados por el sector privado. La impresión se deshace cuando se sabe que estas empresas que representan el 70 % de la propiedad del cobre aportarán al fisco alrededor de US $ 4.900 en seis años (Fuente: Cochilco) y Codelco aportará en ese mismo período más de 30 mil millones. ¡Seis veces más! Sólo el año 2005 Codelco aportará tanto como toda la gran minería privada en seis años.
A este respecto un último informe de Cochilco se congratula de que «gracias a las optimas condiciones macroeconómicas y políticas de nuestro país, se obtendrá que la alta confianza de los inversionistas». Está claro entonces a qué se refieren las «optimas condiciones».
En este escenario BHP Billiton invertirá cerca de US $ 920 millones para el período 2006-2008, principalmente en Spence, y que en el 2006 terminara la inversión de US $ 870 millones en la lixiviación de sulfuros de baja ley en Escondida Otra inversión significativa corresponde a Antofagasta Minerals, que para el período 2006-2008 proyecta US $ 271 millones para su tranque de relave, US $ 480 millones para la expansión de Los Pelambres y US $ 285 millones para iniciar el desarrollo del proyecto Esperanza.
A los proyectos de cobre anteriores, se sumarán importantes inversiones en minera del oro, que corresponden básicamente a Pascua-Lama y Cerro Casale. La primera altamente cuestionada y lesiva al interés nacional como toda la inversión cuprífera privada en las actuales condiciones.
Esto muestra el rol la UDI-RN que lanzaban voces angustiadas, en defensa de inversores temerosos que no iban a invertir en Chile porque se les cobraba un royalty. Voces que naturalmente encontraron ecos interesados en los no menos pusilánimes y entreguistas sectores de gobierno.
Las millonarias cifras en dólares disfrazan carácter depredatorio que tiene para el recurso, no renovable, los casi 5.4 millones de TM que se están extrayendo. Una producción sustentable y un sentido económico mínimo nos dice que bastaría con la significativa producción de Codelco para satisfacer el interés nacional. Es decir 1,8 a 2 millones de TM anuales.
Complementario a estas observaciones debemos señalar que es indudable que en términos positivos, el cobre está cubriendo y sosteniendo la alta recaudación de impuestos a la renta que permite sostener el dinamismo artificial que ha permitido la caída a 7,6 % de la última medición en la tasa de desempleo. Está amortiguando el menor dinamismo del IVA y de los impuestos al comercio exterior provocado por los glorificados Tratados de Libre Comercio (TLC) y la caída absoluta de la recaudación del impuesto específico a los combustibles y la escalada de gastos militares. Es decir los mayores ingresos del cobre se están usando en tapar forados, en la compra material bélico de segunda mano y no en el desarrollo del país.
Es claro ya que los excedentes construidos por la industria del cobre no irán a mejorar directamente la vida de la gente. Del superávit efectivo del 2005 que alcanzó el 4,5 % del PIB, unos US $ 4.300 millones, US $ 2.000 millones prepagarán deuda del Banco Central; US $ 700 millones en prepago deuda con organismos multilaterales (FMI, BM) y bonos soberanos y el resto en el Fondo de Compensación del Cobre. Hay un amarre estructural que impide que los mayores recursos de la principal riqueza del país beneficien a los sectores populares mejorando los salarios, las pensiones. Por otra parte los altos precio monetarios, han determinado el deterioro de un 8 % en la relación peso-dólar que no sólo carcome esos mismos ingresos del cobre, sino también la del todo el sector exportador que se traducen en un bajón de las ventas físicas que ya al tercer trimestre alcanzaba un 25%.
El tema es que los grandes ingresos del cobre se evaporan de una u otra manera, sin que se proyecte nada sólido, de futuro, en investigación y desarrollo, en buena educación, en darle verdadera autonomía y posibilidades a las regiones, aplastadas por un centralismo que succiona todo. La dictadura y la concertación han construido un país atrapado en un modelo consumista y depredatorio donde el crecimiento del PIB y del precio del cobre no reflejan necesariamente que crezcan actividades de progreso y utilidad social, ni tampoco expresan equidad en la distribución del ingreso entre las clase sociales.
Reflejan si la construcción masiva de cárceles, y carreteras privadas, el lucro privado en salud, en educación y en las actividades mercantiles, el endeudamiento masivo que sostiene el consumismo indiscriminado y que paraliza cualquier manifestación de reivindicación social, la «plata dulce» que se reparte en prebendas y negociados de una burguesía neoliberal insaciable. El dominio oligopólico del sector financiero que succiona implacable las arterias productivas del país. De universidades privadas mercantilizadas que pervierten la función universitaria y banalizan la formación de los jóvenes en las distintas carreras.
En definitiva los altos precios indudablemente son beneficiosos, pero en la realización de sus utilidades no todo lo que brilla es cobre, sobre todo en una eonomía neoliberal cuyo horizonte es llenar el gaznate de las clases privilegiadas.
Centro de Información Georefenciada David Silberman (CIG/DS)