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Manifiesto de los militantes en huelga de hambre: por la justicia en el Supremo Tribunal Federal dirigido a la militancia popular y al pueblo

Nos consideramos victoriosos

Fuentes: Brasil de Fato

El día 31 de julio iniciamos la Huelga de Hambre por Justicia en el STF [Supremo Tribunal Federal] con un manifiesto a la sociedad que fue protocolizado en el propio STF, en un acto político que resultó en una absurda y desmedida represión a los militantes. Pero no pudieron callar nuestras voces: resistimos y aún […]

El día 31 de julio iniciamos la Huelga de Hambre por Justicia en el STF [Supremo Tribunal Federal] con un manifiesto a la sociedad que fue protocolizado en el propio STF, en un acto político que resultó en una absurda y desmedida represión a los militantes. Pero no pudieron callar nuestras voces: resistimos y aún más fuertes e indignados, declaramos el proceso de huelga de hambre. Nuestro objetivo fue contribuir en la lucha contra el golpe que, bajo un contexto de profunda crisis del capital, amplía los procesos de explotación laboral y de nuestros bienes naturales, causando el incremento de la desigualdad, del hambre, de la miseria, del desempleo y de la violencia social.

La huelga de hambre lucha por soberanía popular, por el control de nuestros bienes estratégicos del petróleo y de la energía, por el derecho del pueblo a participar y poder decidir los rumbos del país. Por eso luchamos por la liberación del presidente Lula, que está en la cárcel desde el día 7 de abril, sin cometer ningún crimen y sin pruebas. Por tanto, Lula es inocente y su prisión tiene un carácter político.

Con la huelga de hambre, denunciamos la dictadura del Poder Judicial, principalmente del STF que, de modo arbitrario, ocupó el lugar del pueblo, rompiendo la Constitución y debilitando aún más la democracia, construida en la dura disputa de la lucha de clases.

Sabemos que la huelga de hambre es un acto extremo, pero la practicamos de modo consciente, inspirados en la resistencia activa revolucionaria, forjada históricamente por los pueblos que no bajaron la cabeza ante las élites dominantes.

Y después de 26 días de huelga de hambre, decidimos por su suspensión, por entender que ella cumplió, con su sentido provocador, los objetivos que propusimos desde el inicio de esta acción política. Nosotros nos consideramos victoriosos,  pues así se consideran los pueblos que luchan, y tuvimos importantes aportaciones para el conjunto de la lucha popular.

Hemos conocido mejor a aquellos que son los llamados de operadores jurídicos, ministros y  partidarios del Poder Judicial. Hemos visto cómo se mueven por un fantasioso teatro, conducidos por los medios burgueses, con poca sensibilidad en relación al pueblo y ningún respeto por la Constitución. Hemos visto cómo opera el gobierno de los golpistas, sus explícitos intereses a servicio del capital extranjero, de las empresas transnacionales, de los bancos y de sus propias cuentas bancarias. Hemos conocido mejor cómo funcionan los medios burgueses, mentirosos, que se basan solo en los intereses de sus patrones y de la manutención del poder de los privilegiados. Hemos visto cómo actúa el Poder Legislativo, pieza fundamental del golpe y su total distanciamiento de los problemas reales del pueblo.

En estos 26 días de huelga, ocupamos el STF con nuestros actos políticos e interreligiosos, a través de audiencias con diversos ministros, aseverando la necesidad de votar las ADCs – Acciones Declaratorias de Constitucionalidad, asegurando el principio de presunción de inocencia.

Denunciamos el incumplimiento por parte de Brasil de la Resolución de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, que determina el derecho de Lula a ser candidato en las elecciones de 2018.

Seguimos firmes en la lucha y dispuestos a contribuir con las tareas históricas y los desafíos presentados para los movimientos y organizaciones del campo popular. Lucharemos incansablemente por el respeto a la justicia, garantizando Lula Libre y su derecho a disputar las elecciones. Por la construcción soberana de un Proyecto Popular para Brasil.

Nuestras principales tareas políticas son el trabajo de base [trabajo popular], formación política y la retomada de las luchas masivas. Necesitamos escuchar al pueblo, insertados en sus luchas cotidianas de resistencia y generar procesos de lucha contundentes. Las formas de trabajo de base son variadas y deben considerar las visitas en casa, reuniones de pequeños grupos, asambleas populares, la construcción de los Congresos del Pueblo y del Frente Brasil Popular. Debemos trabar batalla en el campo de las ideas en la disputa por la comunicación popular, confrontando el poder ideológico de los medios hegemónicos.

Tendremos aún más batallas colectivas a partir de ahora, pero tenemos la certeza de que «¡si calláramos, las piedras gritarían!». Nuestro desafío es que la lucha actual se convierta en una fuerza social capaz de cambiar el mundo y destruir privilegios. No pagaremos la cuenta del fracaso de ese modelo de sociedad. Por eso, ¡la lucha vale la pena y la vida vale la lucha! ¡Esta lucha es nuestra, esta lucha es del pueblo!

Brasília, 25 de agosto de 2018.

Jaime Amorim, Zonália Santos, Rafaela Alves, Frei Sergio Görgen, Luiz Gonzaga Silva – Gegê, Vilmar Pacífico e Leonardo Nunes Soares.

Traducción: Luiza Mançano, para Brasil de Fato.