El lunes 11 de marzo de 2013, en el diario venezolano El Universal, apareció una nota de un economista norteamericano, el profesor Steve H. Hanke, de la Universidad John Hopkins (1). El título es tan inoportuno como provocador: «El fallecimiento del Chávez…¿Y de su moneda?». Resalta el hecho que dicho artículo estaba estratégicamente ubicado entre […]
El lunes 11 de marzo de 2013, en el diario venezolano El Universal, apareció una nota de un economista norteamericano, el profesor Steve H. Hanke, de la Universidad John Hopkins (1). El título es tan inoportuno como provocador: «El fallecimiento del Chávez…¿Y de su moneda?».
Resalta el hecho que dicho artículo estaba estratégicamente ubicado entre una serie de reportajes que evaluaban las perspectivas políticas, sociales y económicas después del lamentable fallecimiento del Presidente venezolano. Esto no se debe tomar como una simple casualidad, sino que el referido escrito puede considerarse parte de la nueva fase de la estrategia que vienen desplegando los grupos dominantes, especialmente los representantes del capital financiero (nacional y extranjero) para terminar influyendo en la toma de decisiones económicas del gobierno, a través del ataque especulativo al tipo de cambio y del boicot económico programado.
¿Quién es el economista Hanke? Es un monetarista ortodoxo que, a finales del Gobierno de Rafael Caldera estuvo promoviendo la Caja de Conversión y la dolarización de la economía como solución al problema de la estabilización de los precios. En ese momento, Hanke contó con el apoyo de economistas criollos vinculados y financiados por los círculos internacionales del monetarismo neoliberal fundado por Friedman y por Hayeck. De hecho, reconoce que fue asesor del presidente Caldera.
En América Latina, han sido ampliamente conocidos los experimentos de la dolarización. El caso más conocido fue el argentino, durante el reinado Domingo Cavallo, en el gobierno de Carlos Saúl Menen. Cavallo, había sido presidente del Banco Central durante la dictadura militar (1981-1982), y su mayor logro en ese período fue estatizar la deuda privada en 1982. Luego, como Ministro de Economía de Menem, tuvo la oportunidad de aplicar la Ley de Convertibilidad que, al equiparar el peso argentino al dólar estadounidense (el 1 a 1), prometía eliminar la inflación.
Este esquema económico, en combinación con un conjunto de medidas neoliberales, condujo al estallido social de 2001, precisamente el año en el que presidente Fernando De la Rua tuvo la osadía de regresar a Cavallo como ministro economía. La economía argentina llegó a registrar niveles de inflación cercanos a cero (incluso deflaciones o inflaciones negativas) pero se produjo uno de los procesos de distribución del ingreso más regresivos en la historia económica de América Latina.
La inflación cero (o la inflación un dígito), a través de la dolarización era una trampa ideológica brutal. Luego, tuvimos la experiencia de Ecuador y El Salvador. Ecuador no ha podido salir de esa trampa de la dolarización que se implementó antes de llegar Rafael Correa a la presidencia de este país. De hecho, el interés ecuatoriano por promocionar el Sucre revela en gran parte su desesperación por salir de esta camisa de fuerza.
¿Qué significa la dolarización?
La dolarización implica la expulsión del bolívar y la eliminación en la práctica del Banco Central, esto significa renunciar a lo que todo Estado Soberano ha podido hacer desde que existe la banca central: una política monetaria en función de los intereses del desarrollo nacional. Con ello, se elimina la posibilidad autónoma de hacer política monetaria. Luego de instalarse la dolarización, el Banco Central del país es el banco central estadounidense, llamada Reserva Federal por los gringos.
Por este motivo, Hanke es directo en su recomendación: «La solución es sencilla: hay que reemplazar el bolívar por el dólar estadounidense». Luego, en un acto de manipulación extrema, afirma que gracias a la dolarización ecuatoriana el Presidente Correa se ha mantenido «anclado» en el gobierno.
Las bases de apoyo del bombardeo de Hanke (el ABC de la dolarización)
Este bombardeo ideológico de Hanke, posiblemente tendrá a disposición una logistica de apoyo, con economistas locales que se anotarán promoviendo la dolarización. Un análisis de los eventos ocurridos en los últimos seis meses, muestran cómo se está ablandando el terreno, para esta expulsión programada del bolivar, veamos:
- El ataque cambiario organizado y ejecutado por grupos de poder, liderizados por unos cuantos bancos privados que lograron controlar la captura de los dólares de la renta petrolera, creando una centrífuga que logra alimentar al mercado paralelo con dólares obtenidos a precio oficial. Este mecanismo cuenta con la complicidad de caballos de troya en el sector público, que están amasando verdaderas fortunas y pertenecen a la casta de la denominada boliburguesía.
- La banca privada (nacional e internacional) ha venido rechazando la permanencia y la apertura de las cuentas de ahorro en bolívares. ¿Qué significa ésta práctica denunciada por el profesor Vladimir Acosta reteradamente en su programa radial?. Significa que el rechazo, por parte de la banca, a abrir cuentas de ahorro es, en la práctica, la expulsión del bolívar. El Banco Central Venezuela tuvo que emitir una resolución para exhortar a la banca nacional para que no siguiera aplicando mecanismos donde, por ejemplo, sin autorización de los cuentahorristas, convertían los depositos de ahorro a cuentas corrientes, o a cuentas que devengaban un interés miserable.
- Las emisiones de deuda de PDVSA y del Gobierno con bonos bolívar/dólar (es decir bonos que se pagan en bolívares y se cobran en dólares) contribuyeron a generar una cultura de ahorro en dólares y al mismo tiempo se convirtieron en un mecanismo legal de fuga de capitales. Otra consecuencia de las emisiones de bonos en dólares es que los emitidos por PDVSA, le da un poder tremendo a esta empresa para fijar el tipo de cambio. Nunca hay que olvidar que todo exportador es adicto a la devaluación, porque obtiene de un solo plumazo más bolívares por los dólares que le ingresan… y PDVSA es un exportador. Por suerte, el Ministerio de Finanzas ha disminuido considerablemente este tipo de emisiones desde el 2011. Aunque los factores enquistados en el poder público, deben estar calentando la oreja al alto Gobierno para que se continúen este tipo de emisiones.
- La oposición y la cúpula empresarial han formado un escándalo con el ajuste cambiario anunciado por el gobierno, y su candidato presidencial, en un ejercicio de oportunismo populista, se ha convertido en los defensor de los ingresos salariales, proponiendo un aumento salarial equivalente a la devaluación. Ellos, aprovechándose en la coyuntura política, han señalando que el gobierno ha devaluado en 47% al pasar el tipo de cambio oficial de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar. Este discurso realmente es un acto de cinismo e hipocresía, debido a que estos sectores son cómplices directos de la especulación desatada en el mercado paralelo. La realidad es que ellos, que controlan este mercado ilegal, a través de su estrategia especulativa han devaluado en 165% en el mes de noviembre y en 365% enero, si se toma en cuenta el valor del dólar paralelo.
- Esa devaluación de la oligarquía financiera, la vienen trasladando a los precios de los bienes desde el último trimestre del año pasado. Cuando se produce un proceso inflacionario sostenido, basado en la manipulación del tipo de cambio, la gente busca otros bienes o activos que mantengan o aumenten su valor. Los economistas le asignan esta propiedad a los bienes durables (como automóviles) y a los bienes inmuebles (por ejemplo, apartamentos y otros tipos de vivienda).
Esto significa una expulsión del bolívar, que como «dinero» ya no es un buen «conservador» de valor. Como resultado, son tres cosas que está comprando mucha gente que posee bolivares: compra automóviles, compra propiedades inmobiliarias, y compra dólares. Y ahora la gente, gracias al Banco Central, puede ahorrar en dólares. El BCV contribuye, de esta forma a promover la consigna «¡ahorren en dólares, tengan dólares y expulsen el bolívar!». Este último, es uno de los eventos más insólitos que pueda ocurrirle a la política monetaria y económica de un país subdesarrollado, ¡que su Banco Central conspire contra la moneda nacional!
- El Banco Central de Venezuela aprobó las cuentas de ahorro en dólares. La motivación principal de esta medida está llena de una ingenuidad tremenda: tratar de que las personas naturales y las empresas traigan los dólares y los depositen en cuentas en bancos residenciados en el territorio nacional. Pero así como las personas pueden transferir desde el exterior sus activos, también podrán tranferir desde sus cuentas en Bancos locales hacia sus cuentas en el exterior. No son los profesores que les pagan dólartes una conferencia en el extranjero, los únicos que se beneficarán de abrir las cuentas en dólares. Este es el ejemplo escogido por el Presidente del BCV, para explicar las bondades de las cuentas en dólares. Pero esto es como hablar nada más de la caperucita roja y omitir la existencia del lobo feroz. Conclusión: las cuentas en dólares se convertirán en una ventana más para la exportación de dólares.
- Si se tiene duda de ésta intención encubierta de dolarizar a través de las cuentas en divisas, si Ud. cree, ingenuamente como aparenta el BCV, en la inexistente «visión nacional» de los capitalistas criollos y extranjeros, que traerán sus dólares a los bancos locales, basta con leer las recomendaciones de una de las firmas de asesoría económica con una alta presencia en la prensa corporativa. En efecto la firma Ecoanalítica recomienda en su boletín; «Si no tiene cuenta en dólares en el exterior, abra apenas pueda su cuenta corriente, o a plazo, pero, en última instancia para el ahorro en divisas, en la banca nacional, puesto que al hacerlo podrá en un futuro transferir su ahorro a una cuenta en el exterior a abrir en bancos que ahora estarán más dispuestos a recibir su dinero, debido a la clara procedencia lícita de los fondos» (2)
Es decir, lo que aconsejan es: «ahorre en dólares obtenidos por la compra de bonos públicos, o por otro mecanismo, luego trasladelo hacia sus cuentas en el exterior». Esto equivale a decir: fuge dólares que el BCV se lo hace cómodo y legal.
- La expulsión del bolívar fuerte se viene dando en los hechos. Desde mediados del año pasado se viene gestando un fenómemo monetario que constituye una de las pruebas empíricas del proceso de dolarización: la demanda real de dinero (bolívares) se ha desplomado, mientras que la oferta del dinero que circula en la economía se ha incrementado exponencialmente… ¿Qué significa esto? Que «el público» está rechazando al bolívar como reserva de valor y como medio de cambio y, en este sentido, está utilizando la oferta de billetes y monedas que escupe la maquinita del BCV en compra dólares y en compra de aquellos activos donde pueda obtener una ganancia monetaria futura. Esto hace que el precio de estos bienes (inmobiliarios y activos durareros) se conviertan en marcadores del dólar paralelo. Y, de esta forma, se activa un círculo vicioso, cuando el precio del dólar paralelo -especulativo- se convierte en marcador del precio de los bienes que compra la población (curiosamente algunos de estos bienes son comprados por los intermediarios a dólar oficial). Mientras que la mayoría de la población que no puede acceder a los bienes durables para especular (automóviles, inmuebles y dólares), se encuentra con la escasez de los bienes que necesita comprar y con unos precios inflados e indexados al tipo de cambio paralelo.
- El brote inflacionario, alimentado por las expectativas devaluacionista, termina afectando a la mayoría de la población trabajadora. Al mismo tiempo que se convierte en el mecanismo para institucionalizar la dolarización. Ciertamente, el pobre trabajador no necesita tener un dólar para ir al mercado o al CDI, pero el precio del dólar especulativo, lo persigue diariamente, y le da un mordisco fatal en los bólivares que lleva en el bolsillo. Este ciclo devaluación-inflación-devaluación es una serpiente que se muerde la cola. Es el círculo vicioso de la devaluación del bolívar petrolero.
Es urgente salirle al paso a esta estrategia que completaria un cerco que se le viene haciendo a la economía venezolana. Decirle NO a la dolarización programada debe ser una consigna no sólo de los economistas críticos, sino de los movimientos organizados y de todos aquellos que militan en este proceso bolivariano, revolucionario y chavista.
Notas:
(1) El Universal, Cuerpo de Política, 1-11. Lunes 11 de marzo de 2013
(2) Ecoanalítica, página web: http://assets.econometrica.com.ve/archivos/482/S14-2012.pdf
*Economista venezolano, miembro de la Sociedad de Economía Política Radical. Nota publicada originalmente en 2013, vigente totalmente en mayo de 2015