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Las Revelaciones de Audioslave

Nuevo disco de rock and roll golpeará a W. Bush próximamente

Fuentes: Rebelión

Si radiografiáramos las estructuras de producción y comercialización de la cultura de masas veríamos que el mundo hiberna dentro de un magro proceso de decadencia cultural. No es casual. Nuestro tiempo agoniza en medio de la crisis política del régimen capitalista donde la gran mayoría de los productos enajenantes de la comunicación masiva funcionan como […]

Si radiografiáramos las estructuras de producción y comercialización de la cultura de masas veríamos que el mundo hiberna dentro de un magro proceso de decadencia cultural.
No es casual. Nuestro tiempo agoniza en medio de la crisis política del régimen capitalista donde la gran mayoría de los productos enajenantes de la comunicación masiva funcionan como mecanismo perpetuador del sistema. Ya lo adelantaba Lenin cuando planteó que la humanidad al borde del precipicio no razona. Podríamos pues denominar esta etapa de la historia como el «gobierno de la sinrazón».

Sin embargo existen luces que iluminan el oscuro horizonte de la manipulación mediática y se resisten a sus artimañas de legitimación y dominación.

Como explicaba Herbert Marcuse en su polémica obra El hombre Unidimensional, en la sociedad capitalista conviven fuerzas y tendencias que pueden constituirse en gérmenes de resistencia, romper su contenido y hacerla estallar.

No cabe duda de que esa explosión social era la que perseguía la extinta banda norteamericana Rage Against the Machine. El apoyo a la guerrilla zapatista en México y sus continuas manifestaciones anticapitalistas la convirtieron en referencia de la lucha antineoliberal y en grupo de culto para heterogéneos sectores dentro y fuera del Movimiento Social Mundial.

Su militancia les llevó a entregar espontáneas actuaciones en el mismo seno del imperio, con la imagen constante del Che Guevara como carta de presentación y las no poco frecuentes intervenciones de los agentes antidisturbios reprimiendo fuertemente a sus seguidores con gases lacrimógenos y deteniendo a cientos de activistas.

Quizás por eso la desintegración de la banda en el año 2000 quitó preocupación a los censores que deben haber celebrado el cierre de otra molesta trinchera de resistencia cultural. Pero los RATM dejaron una huella y casi todos sus músicos -a excepción del vocalista Zack de la Rocha- fundaron
Audioslave, una formación que algunos pensaron en un principio buscaba distanciarse de su pasado militante. Misión harto difícil.

No obstante el bagaje ideológico de Audioslave no ha permanecido estéril. Mediante un incesante cuestionamiento de la realidad norteamericana y colaboraciones con bandas comprometidas del nivel de System of a Down ha afincado su militancia.

No podía ser de otra forma. Se nutre del line-up políticamente más radical de la escena estadounidense y de la potencia de Chris Cornell, ex líder de Soundgarden y uno de los sobrevivientes del movimiento grunge, último bastión de resistencia del rock and roll.

Tal actitud la confirman el concierto de 2005 frente a la Oficina de Intereses Norteamericanos en la Habana, con un exquisito sabor antiyanqui, las imágenes grabadas en el DVD Live in Cuba con la Plaza de la Revolución como telón de fondo, y el close up al rostro de Fidel Castro plasmado en una valla junto a una de las frases que resume su visión acerca de los cambios en marcha en el país: «Vamos Bien». Y si cupiese duda podemos recordar la sonrisa de Tom Morello cuando, ante una interrogante de un periodista cubano que buscaba definir su actual postura política, respondió que la Tribuna Antiimperialista era un excelente lugar para actuar.

Pero eso no es todo. Los artistas junto al productor Brendan O’Brien -quien ha estampado su sello en la discografía de Pearl Jam, Stone Temple Pilots, Bob Dylan, y Red Hot Chilli Peppers-, activan los ingredientes finales de la bomba antibush que detonará con el lanzamiento de su tercer álbum, tentativamente bajo el nombre Revelations. Será presentado al público en próximo septiembre en Inglaterra y en Estados Unidos.

El disco contendrá doce temas los que según declaraciones de Tom Morello suenan «como una mezcla de Led Zeppelin y Earth, Wind & Fire». Hablando sobre Wide Awake, la pista diez, el ex guitarrista de Rage Against The Machine agregó: «Es la canción de Audioslave más política que se haya compuesto, y es una clara condena al fracaso de la administración Bush tras el paso del Huracán Katrina. Es una canción triste, potente y furiosa».

Por tanto no sería absurdo pensar que será censurada- al igual que Living with War, la más reciente creación de Neil Young- en el 80% de las emisoras norteamericanas. E incluso en algunas más.

Todo parece indicar que la mayoría de edad de esta banda del postgrunge vendrá dada por la línea del activismo social y la insurgencia. ¿Se podía esperar menos?

Sólo queda aguardar que las revelaciones de Audioslave lleguen eficazmente a la opinión pública norteamericana con toda su carga incendiaría, en especial que estimulen la inconformidad y la rebeldía genéticas de los más jóvenes.

Si es así pudiera resultar una mecha inflamable para acelerar el estallido social de un país donde los espíritus silenciados de la generación del 60 se debaten por renacer.