«Noi fummo i Gattopardi, i Leoni; quelli che ci sostituiranno saranno gli sciacalletti, le iene; e tutti quanti gattopardi, sciacalli e pecore, continueremo a crederci il sale della terra.» Giuseppe Tomasi di Lampedusa Que nada cambie para que todo siga igual, otra modificación formal insípida e incolora, ¨se le vieron hasta las costuras¨, de tanto […]
«Noi fummo i Gattopardi, i Leoni;
quelli che ci sostituiranno
saranno gli sciacalletti,
le iene; e tutti quanti gattopardi,
sciacalli e pecore, continueremo
a crederci il sale della terra.»
Giuseppe Tomasi di Lampedusa
Que nada cambie para que todo siga igual, otra modificación formal insípida e incolora, ¨se le vieron hasta las costuras¨, de tanto anunciar para llegar a una nueva repartición de las cuotas de poder ministeriales, entre quienes se han encargado de llevar a Venezuela a un desastre, deshaciendo lo que trató de modificar el Comandante Chávez desde 1999 hasta el año 2012, que en menos de un lustro, casi todo ha sido revertido por una camarilla instalada en la administración de la mermada renta de los hidrocarburos. Vaya inaudita proeza…
Así pueden ser los procesos históricos de un avance progresivo en algunos momentos, a un retroceso brutal en otros. No es la primera vez que ocurre en el mundo entero, y nuestro país no es la excepción de la regla. La distancia entre la palabra, la retórica, y los hechos es cada vez mayor. Venimos escuchando desde hace un lustro una serie de monsergas que no se las creen ni los propios emisores, como si el pueblo venezolano fuese ¨cogido a lazo¨.
Continúa la tragicomedia tropical, sin rumbo, ni horizonte visible. Los problemas de la cotidianidad de la mayoría de los venezolanos, se agudizan no con el pasar del tiempo, ello sucede con el pasar de los días, de las horas y de los minutos. Que vayan algunos de esos burócratas a comprar comida o que les toque asistir a la enfermedad de algún familiar, para ver qué cara ponen, y cómo respaldan la satisfacción de esas urgentes necesidades con el ingreso que perciben, a menos que hayan acumulado suficientes divisas con sus manejos no tan transparentes que digamos.
No se la pasan acaso anunciando nuevas elecciones, congresos, como los ya conocidos anteriormente que solo funcionan como mecanismos de aclamación de una élite que cada vez menos representa al pueblo venezolano. Si tuvieran dignidad algunos de esos nuevos políticos de oficio, que solamente piensan en como acomodar a sus amigotes, a sus acólitos, en puestos para de alguna manera seguir ¨raspando la olla¨ de la menguada renta. Hemos dicho una y otra vez, con el respeto de los comisarios de circo, que ¨no dudan de nada porque lo ignoran todo¨.
Esto va a continuar, por un lado el colapso rentístico tan acuciosamente estudiado y profundo impacto en la economía y en la sociedad venezolana. Por el otro, resulta imparable la agudización de la crisis de hegemonía, traducida en ingobernabilidad, por quienes si tuviesen un poco de dignidad desde hace tiempo deberían haberse ido a las ¨duchas¨, a dar paso a un pueblo que clama por sus derechos, que vive los sinsabores de una crisis económica que no tiene parangón en la historia de este país desde 1830.
Pero no, las ansias de poder de esos grupos que ahora se han redistribuido las carteras ministeriales, es para que algo formal les suene al oído, van en aumento, sin vergüenza en sus rostros, y si es necesario las cosas se resuelven con una mayor represión selectiva e individualizada a quién se atreva a criticar tamaño desmadre, como el que ha ocurrido en el país desde abril del año 2013, luego de la siembra definitiva del Comandante Hugo Chávez, el 5 de marzo de ese año.
En un artículo similar a este, a principios del año 2017, con una especie de ensalada en el cambio ministerial de aquel momento, afirmamos la necesidad que hoy una vez más repetiremos hasta el cansancio de resistir con fortaleza o sin ella, consolidando lo avanzado en el período 1999-2012, si es que todavía quede algo funcionando, después de la acción de este desgobierno en el período 2013-2018.
Se requiere refundir el Estado, la República, el gobierno y el pueblo y la Fuerza Armada Bolivariana, junto a las organizaciones políticas y sociales revolucionarias, bajo un liderazgo político colectivo, como la vía necesaria que permita salir del laberinto en que nos encontramos.
Todo ello en el hoy y aquí de la Venezuela que nos está tocando vivir, eso se hace imprescindible, si no queremos continuar con la farsa gubernamental que día a día lo que logra es profundizar las contradicciones y la lucha de clases, a favor de quienes desde adentro y desde afuera pretenden volver al pasado cuartorepublicano, o a las catacumbas de una nueva dictadura militar, apoyada y estimulada por el nuevo vecino de la Casa Blanca y las de sus aliados en Europa, o cerca de nuestras fronteras.
Al famoso ¨Por ahora¨ como que le ha llegado de nuevo otra oportunidad, ya vendrán nuevos tiempos de cambio. Amanecerá y veremos…
* Jorge A. Giordani C. fue durante varios años Ministro del Poder Popular para la Planificación del gobierno venezolano hasta junio de 2014.
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