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Hugo Chávez pide 'Informe confidencial'

Nuevos tanqueros argentino-venezolanos: ineficiencia, sabotajes, corrupción

Fuentes: Rebelión

Heinz Dieterich 1. Ineficiencia, sabotajes, intrigas Ha llegado hasta el Palacio de Miraflores y los oídos del Presidente Hugo Chávez, que lo que iba a ser un emblemático proyecto de cooparación entre la Revolución Bolivariana y la industria nacional argentina, ha tropezado con múltiples problemas políticos, de ineficiencia y de sabotajes que se levantan como […]

Heinz Dieterich

1. Ineficiencia, sabotajes, intrigas

Ha llegado hasta el Palacio de Miraflores y los oídos del Presidente Hugo Chávez, que lo que iba a ser un emblemático proyecto de cooparación entre la Revolución Bolivariana y la industria nacional argentina, ha tropezado con múltiples problemas políticos, de ineficiencia y de sabotajes que se levantan como una espada de Damocles sobre el sueño de la reindustrialización bolivariana de la Patria Grande. El Presidente ha pedido un informe confidencial sobre la situación.

Intereses neoliberales de privatización en Argentina y Venezuela, de burocracias corruptas e ineficientes, de luchas por el poder en las instituciones involucradas, de complejidades de alta tecnología, de políticas antiobreras y de interferencias del imperialismo y de sus transnacionales, contra este importante proyecto de reconstrucción del desarrollismo latinoamericano, ejemplifican las extraordinarias dificultades que encuentra toda iniciativa industrializadora estatal o social en América Latina que pretende alejarse de la férrea lógica del mercado, como son los núcleos de desarrollo endógeno, empresas recuperadas y cooperativas, que en su mayoría hoy día se encuentran amenazadas por el fracaso y la insustentabilidad económica.

2. Problemas objetivos y de incapacidad gerencial en Venezuela

En el proyecto mencionado están involucrados dos presidentes, Hugo Chávez y Néstor Kirchner; la demostración de la capacidad de autogestión obrera y, originalmente, tres grandes empresas: Petróleos de Venezuela S.A. (PdVSA), la venezolana Diques y Astillero Nacionales CA (DIANCA) y la argentina Astillero Río Santiago (ARS), el astillero más grande y de más alto nivel tecnológico en América Latina.

Transcurre el día 8 de julio del 2004, cuando Hugo Chávez y Néstor Kirchner se presentan en esa joya del desarrollismo industrial peronista de los años 50, que es el Astillero, y, ovacionados por los obreros, anuncian la firma de convenios de cooperación, reparación de buques y la construcción de nuevos tanqueros para PdVSA.

Mientras las dos primeras tareas se realizan bien, la tercera, con un valor de 230 millones de dólares, encuentra fuertes trabas que hacen peligrar el proyecto. Como dice el Informe, se prendieron los focos de «alerta roja».

Proporcionar los planos para la construcción de los tanqueros era obligación de PdVSA que pretendía comprarlos a la española IZAR. Al entrar en quiebra IZAR, fue adquirida por la transnacional estadounidense Boston Consulting Group, que se negó a vender los planos a Venezuela. En consecuencia, en octubre del 2005, PDV MARINA delega la tarea a DIANCA, pero el problema es, que DIANCA es esencialmente una empresa que repara buques, no que los construye. Le faltan experiencia, cuadros técnicos y administrativos para cumplir con sus obligaciones.

Pretende, en consecuencia, comprar los planos —-más de 10 mil por barco— a la brasileña PROJEMAR. Sin embargo, no liquida los pagos respectivos y pone nuevamente en peligro el proyecto de Chávez-Kirchner. DIANCA es, además, responsable de la procura, es decir la provisión de los materiales, equipos y demás elementos para la construcción de los barcos, obligación con la cual tampoco cumple. PdVSA mientras tanto designa a Lloyds Register of Shipping en Londres, como compañía clasificadora de los tanqueros.

Se definen como recomendaciones y tolerancias de aplicación para la construcción las reglas comunes y/o las IACS (International Association of Classification Societies-Ship building and Repair Quality Standard) que sean de aplicación según el caso. Lloyds, a su vez, acepta que la aprobación de planos se realizará en España mayoritariamente, salvo «vibraciones» que se realizaría en Londres, y electricidad en Italia. También acepta la certificación de soldadores ya realizada por la japonesa Nipón Kaiji Kiokay, en ARS.

3. Julio, 2006: el barco se hunde

El mes de julio muestra un atraso de más de ocho meses en la planeación y construcción del primer buque petrolero, que pone en peligro el cumplimiento del contrato, la liquidez de la empresa y la contratación de alrededor de 2000 trabajadores nuevos para el Astillero.

PROJEMAR no ha terminado los planes, que después tendrán que ser autorizados por Lloyds y DIANCA no cumple con sus obligaciones de procura, por lo cual la construcción no avanza. Para impedir que fracase el proyecto—-con el altísimo costo político que este fracaso tendría para los presidentes Hugo Chávez y Néstor Kirchner, la integración bolivariana y la autogestión obrera—, ARS asume el esfuerzo técnico de la procura, asignando 60 profesionales de la gerencia técnica y 40 de la gerencia de administración, quedando en manos de DIANCA nada más que la tarea de adjudicación al proveedor.

4. Operación Rescate de los obreros

Ante la catastrofe cercana, los trabajadores de ARS, encabezados por el ingeniero-obrero y Vicepresidente Angel Cadelli, toman la iniciativa y presentan al embajador de Venezuela en Argentina un plan de emergencia que luego es aceptado por todos los entes involucrados. Como consecuencia, el 26 de julio del 2006, en el aniversario del fallecimiento de Eva Perón, comienza la obra. La iniciativa de emergencia consistió en que el ARS proveía de su propia reserva las chapas (el acero que DIANCA hasta el día de hoy todavía no ha comprado) y envió una comitiva, encabezada por Cadelli, a Brasil, para traer de PROJEMAR los primeros planos con los cuales se inicia la construcción del buque.

Luego de este avance, Cadelli dirige dos viajes relámpagos más a Venezuela, a partir de los cuales se inician los primeros anticipos de pagos a cuenta de la mano de obra.

5. Golpe de mano de la derecha argentina: destituye a Angel Cadelli para favorecer a las transnacionales

Tal vez como «premio» a su revolucionaria actuación profesional, la derecha de la fábrica reduce a la mitad el sueldo del Ingeniero Cadelli, obligándolo a firmar la renuncia a la vicepresidencia, como única vía para recuperar lo perdido, bajo la promesa de designarlo interinamente en el mismo cargo. Obtenida la renuncia y en momentos en que Cadelli estaba trabajando en Ushuaia, a 3000 kms de la fábrica, la derecha cambia de opinión y decide validar la renuncia designando interinamente a otro profesional como Vicepresidente.

Cabe señalar que el obrero-ingeniero Cadelli ha ocupado tres gerencias y la vicepresidencia del ARS, siempre por mandato de los trabajadores y que las cuatro veces fue elegido por unanimidad de los 2600 integrantes.

6. La necesaria resistencia obrera, popular y … presidencial

En estas horas que se vienen hay una tensa espera de nuevos acontecimientos, pues los trabajadores desde el cuatro de agosto han presentado en el parlamento nacional dos leyes: una de reserva de cargas y otra de financiamiento, que van en contra del monopolio en los fletes del comercio exterior, por el cual Argentina pierde entre tres y cuatro mil millones de dólares al año. Fue el vendepatria Menem quien le entregó a las corporaciones transnacionales del transporte, como la Maersk-Sealand, SA, dinamarquesa-estadounidense; Hamburg Sur, Alemania; Evergreen, Cosco, entre otras, el lucrativo negocio.

Y el gobierno de Kirchner que no tiene macroproyecto industrializador alguno, y cuyos pesos pesados como el Ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, no son más que operadores de Repsol y demás transnacionales, no tiene previsto recuperar esta vital industria por ahora.

La historia de ineficiencia, corrupción y alianza estratégica entre la derecha escuálida argentina y venezolana, permea como un cáncer todos los intercambios comerciales y económicos, que el Presidente Chávez incansablemente trata de impulsar. La corrupción llega a tal grado que se cuenta un chiste cínico en Argentina: «¿Sabes, cuál es la provincia más rica de Argentina?». Venezuela.

Después del estrepitoso fracaso de Telesur, el Presidente Chávez no debe permitir que otro emblemático proyecto integracionista, esta vez entre los obreros argentinos y la Revolución Bolivariana, sea liquidado por la oligarquía y sus operadores políticos en el Astillero, la Provincia de Buenos Aires y el gobierno federal.

Sería conveniente, que los sindicatos, las organizaciones políticas y el gobierno venezolano intervinieran ante la Casa Rosada y dejaran bien claro que es de interés nacional venezolano que la alianza entre los escuálidos del Río de la Plata y los del Orinoco no triunfe en el Astillero de Río Santiago.