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Entrevista a François Houtart, sociólogo, cofundador del Foro Social Mundial

Ocupación militar, la única manera de «asegurar el imperio»

Fuentes: La Jornada

La humanidad debe actuar para prevenir y denunciar el terrorismo de Estado planificado y sistematizado de un país contra otro, como lo aplica Estados Unidos contra los pueblos de Irak o Afganistán, por citar dos ejemplos, dice este fundador del Foro Social Mundial

El sociólogo François Houtart, uno de los fundadores del Foro Social Mundial, advirtió que las acciones de la humanidad contra el terrorismo no sólo deben estar dirigidas a los lugares puntuales «donde en estos momentos existen conflictos», como Afganistán, Irak y otros, sino que debe actuarse para prevenir y «denunciar el terrorismo de Estado planificado y sistematizado de un país contra otro, como lo aplica Estados Unidos contra los pueblos» de ambas naciones invadidas y ocupadas.

«La lucha contra el terrorismo va mucho más lejos de lo que sucede, por ejemplo, en Irak. Es necesario dar a conocer al mundo cuál es el significado y el objetivo del terrorismo organizado por Estados Unidos para la destrucción y apropiación de un pueblo, de una nación, donde se mata y se tortura indiscriminada y sistemáticamente como medio para lograr un fin determinado», señala.

En entrevista con La Jornada, en una reunión de Movimientos Sociales de América Latina en la lucha contra el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), celebrada en La Habana, Houtart, sostiene además que Estados Unidos enfrenta situaciones complejas para imponer su planes de hegemonía absoluta en América Latina y en otros lugares del mundo, debido a los cambios que se han producido en los últimos tiempos.

Houtart, profesor de la Universidad de Lovaina, y director del Centro Tricontinental de Lovaina la Nueva (Bélgica), también condena las amenazas de los nuevos avances militares y maniobras como las que encabeza Washington con la llamada Operación Cofraternidad con las Américas durante los meses de abril y mayo.

Recientemente Houtart participó en el Tribunal Hemisférico contra el Terrorismo y por la Vida, para juzgar «crímenes del imperio contra la humanidad» en el cuarto Foro Social Mundial reunido en Caracas.

En su análisis sobre el recurso de la fuerza por parte de la administración estadunidense que «utiliza argumentos falsos» para invadir y ocupar un país, entre otras acciones, Houtart señala que esta decisión obedece a la idea que esa es la única forma de «asegurar el imperio».

Y recuerda al intelectual mexicano Pablo González Casanova, «quien definió esto muy bien como el neoliberalismo armado» para referirse a esas nuevas guerras, lo que puede hacerse extensivo a un concepto de «neoliberalismo terrorista» como resultado de «la organización de guerras con medios y métodos terroristas».

En este aspecto hizo referencia a un símbolo de la ilegalidad en la existencia de prisioneros de todo el mundo como detenidos-desaparecidos en la cárcel de la base militar estadunidense de Guantánamo, en territorio ocupado en Cuba, y en cárceles secretas en Irak y otros países, «así como es ilegal» el traslado de prisioneros de una nación a otra.

-Cómo afecta este contexto las relaciones de Estados Unidos con América Latina.

-Pienso que frente a lo que está pasando en América Latina Estados Unidos constata dos situaciones: la primera es que no pueden establecer, tan fácil como lo pensaban, una hegemonía económica.

«El fracaso del ALCA en Mar del Plata, Argentina (finales de 2005) y todos los ensayos por establecer Tratados de Libre Comercio no son siempre felices. Esas son señales de que la hegemonía económica es más difícil de establecer que lo que pensaban. Por otro lado existen los cambios políticos que conocemos en toda la región, que también marcan una situación nueva y una dificultad para mantener una hegemonía política. La reacción, digamos dialéctica, de Estados Unidos es reforzar la presencia militar y eventualmente utilizar medios militares si es necesario. Yo pienso que es la misma reacción del imperio en el orden internacional, donde hay muchas señales de flojedad económica frente a un deseo de hegemonía total mundial.

Mantiene poderío castrense

«También hay señales de debilidad política. Evidentemente, Estados Unidos tiene todavía un enorme poder político, pero en muchas partes del mundo hay resistencias fuertes. No solamente en la opinión pública, sino también en los gobiernos, y no sólo en gobiernos de izquierda. La única manera de reaccionar en su perspectiva es la de reforzar el dominio. Donde aún tienen el monopolio y la hegemonía es en el terreno militar».

-En los últimos días se advierte un movimiento fuerte dentro de Estados Unidos como los señalamientos de los seis generales sobre la urgencia de retirarse de Irak. Pero también el escenario europeo se complica con los cambios gubernamentales en Italia, que se agregan a España, en momentos en que el presidente Jacques Chirac en Francia dio marcha atrás en sus proyectos neoliberales en el campo laboral. ¿Cómo influye todo ese conjunto?

-Bueno yo pienso que todo se inscribe en ese escenario global, evidentemente es muy importante la reacción dentro de Estados Unidos porque ese tipo de resistencia es esencial para un cambio y para acabar, no digamos con el imperio que es un hecho que va mas allá de la opinión publica, sino con el apoyo a la manera como el imperio se comporta en el mundo. En este sentido sí es un aspecto muy importante. Estuve hace algunas semanas en Estados Unidos y es impresionante ver la amplitud de una opinión contraria a la guerra de Irak, y también observar las resistencias que existen en el mundo de los migrantes y en el ejército mismo. Esto es una debilidad que está en el cuerpo mismo del imperio.

La Europa contradictoria

«El gobierno estadunidense tiene más y más dificultades para reclutar jóvenes que vayan a Irak, y esto puede ser una de las razones por las cuales mencionaron la posibilidad de su retirada, pero además no pueden hacer otra cosa, porque la existencia misma de ese aparato militar es ridícula. La resistencia de generales contra el aparato político militar es una buena señal en este sentido y se inscribe en esta dinámica general. En Europa todo es contradictorio porque al mismo tiempo que hay señales de impaciencia frente a aciones estadunidenses, en el fondo todavía hay una política que sigue a ese país frente a Cuba, por ejemplo, o Afganistán, a la OTAN.

-¿Y en el caso de Irak?

-En Irak es diferente porque la opinión pública está muy en contra de esa guerra allá y es posible -y curioso- que si no hubiéramos tenido junto a Chirac como ministro a Jospin, el socialista, también Francia hubiera llevado tropas a Irak. Así resulta algo ambiguo lo que sucede en Europa, pero con contradicciones internas muy fuertes que parece necesario apurar, porque también una oposición europea a la política de Estados Unidos es muy importante. Pero he visto ahora que en las maniobras militares que estamos viendo con preocupación en el Caribe están países europeos, y no sé por qué están allí.

-En otra temática, quiero preguntarle sobre una percepción de analistas regionales respecto de algunos movimientos sociales en América Latina, que a veces parecen perder la iniciativa o descuidar la organización.

-En realidad estamos frente a una dinámica nueva que se debe aprovechar con mucha inteligencia porque al mismo tiempo son muy importantes los cambios. Como el caso de la llegada al gobierno de Evo Morales, entre otros. Creo que hay que ser muy responsables. Ellos (los gobiernos) tienen todos los límites de la historia y debemos ser realistas, lo que no significa por supuesto avalar políticas neoliberales como lo que está pasando en Brasil.

-Hay sectores que plantean grandes exigencias inmediatas y hostigamientos, no obstante que conocen los límites, y otros que plantean demandas fuertes sin acudir a la confrontación permanente, ante las evidentes premuras de la miseria y la eterna deuda social. ¿Exige este momento una reflexión a las izquierdas, cuando a su vez Estados Unidos parece dispuesto a avanzar rápidamente sobre la región?

-Sí. Debemos hacer una reflexión sobre lo que no se puede hacer porque objetivamente no hay otra manera de enfrentar la realidad y esto está bien, y otra cosa es adoptar la lógica neoliberal para continuar el desarrollo económico, que debe ser rechazada. Algunos padecen de la enfermedad clásica del sectarismo, personas que no tienen visión ni a largo plazo ni bastante global, pero esto no quiere decir que no debamos, y es imprescindible hacerlo, mantener el espíritu crítico frente a las orientaciones reales que se toman para evitar que finalmente se entre en la lógica dominante bajo el pretexto que no se puede destruir la economía.

-¿Cómo advierte la evolución de los movimientos sociales?

-Bueno, siempre son procesos sociales. Los movimientos sociales dependen a la vez del contexto que está cambiando siempre y de las posibilidades para los mismos de ser autocríticos y realmente cambiar su visión, cambiar sus estrategias, sus maneras de organizarse en función de las necesidades reales.

-En este contexto ¿qué significó la rebelión de los jóvenes y otros sectores en Francia?

-Significa una resistencia contra el neoliberalismo, tal vez no es totalmente consciente en todos los sectores, especialmente jóvenes, pero es una acción contra la lógica neoliberal que proponía la destrucción del trabajo para los jóvenes, la desregulación total del trabajo para servir a los intereses del capital. Es una política que va a trazar sus estrategias. Este me parece el sentido fundamental de lo que sucedió en Francia.