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Pese a reformas políticas y económicas en el país hay déficit de trabajos decentes

OIT: La mayoría de los mexicanos, en empleos mal pagados

Fuentes: La Jornada

Los salarios se encuentran estancados o van en declive, hay poca seguridad laboral, protección social inadecuada y falta de capacitación, revela un estudio presentado en Ginebra

La mayoría de los empleados en México reciben salarios muy bajos tanto en la economía formal como en la informal, reveló hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En su más reciente informe sobre el Empleo en el mundo, correspondiente a 2004-2005, el organismo de Naciones Unidas (ONU) señala que »pese a las reformas políticas y económicas, el mercado laboral mexicano sigue afectado por un déficit de trabajo decente».

El documento menciona que »la cantidad de empleo aumentó en el sector manufacturero mexicano con el surgimiento de las maquiladoras, pero la calidad del empleo no ha mejorado, y ello ha llevado a un déficit de empleo decente». Respecto al empleo agrícola, el documento menciona que también se ha desplomado en los últimos años y que Brasil, Colombia, Guatemala y México han tenido incrementos marginales en materia de productividad.

El estudio, que fue presentado en Ginebra, señala también que el mercado laboral mexicano »sigue atorado» por un déficit de trabajo decente, y que las tasas de desocupación son sólo comparables con las de otros países latinoamericanos donde el empleo es bajo. »La mayoría de los mexicanos están empleados en trabajos mal pagados, tanto en la economía formal, como en la informal y esta tendencia parece no mejorar».

Esos ejemplos están caracterizados, según la OIT, por ingresos estancados o declinantes, escasa seguridad (en el empleo), protección social inadecuada y sobre todo por falta de capacitación.

El documento de la OIT destaca que si bien el mercado laboral de México ha podido absorber la mayor parte de la mano de obra que se incorpora a la economía, persiste un déficit de empleos decentes.

Aunque las tasas de ocupación son comparables con las de otros países latinoamericanos y el desempleo es bajo, la mayoría de los mexicanos tiene trabajos mal pagados, con salarios estancados o a la baja, poca seguridad laboral, protección social inadecuada y falta de capacitación.

La maquila, favorecida y desvinculada

Un caso ilustrativo del mercado laboral mexicano es el crecimiento de la economía de la maquila: en la década de los noventa la industria maquiladora aumentó su producción a una tasa anual promedio cercana a 40 por ciento. Para 2000 las exportaciones del sector ascendían a 80 mil millones de dólares, más que todas las exportaciones de Brasil, y el empleo se triplicó de 446 mil 436 plazas en 1990 a cerca de 1.3 millones en 2000.

Sin embargo, la industria maquiladora prácticamente no ha creado vínculos con el resto de la economía mexicana a pesar de haber recibido privilegios fiscales y de haberse beneficiado de mano de obra barata.

El documento señala que las maquiladoras que emplean a muchos trabajadores en procesos sencillos de ensamblaje seguirán migrando a países donde la mano de obra es aún más barata.

Las maquiladoras de segunda y tercera generación, agrega, han pasado del ensamblaje al diseño de productos »intensivos en conocimiento»; es decir, demandan trabajadores más capacitados. Esta estrategia de competencia volverá obsoleta la competencia basada en costos bajos y desarrollará vínculos más sólidos con las economías nacionales.

Más de mil 400 millones de trabajadores en el planeta ganan menos de dos dólares al día, mientras en México los trabajadores »están pobremente pagados» y se observan sueldos en declive, escasa seguridad laboral y una inadecuada protección social, señala el estudio.

En el informe se asienta que el número de trabajadores pobres ha pasado de 57.2 por ciento en 1990 a 49.7 por ciento en 2003 y puede seguir en picada hasta el 40 por ciento en 2015.

No obstante, la organización está preocupada por la lenta disminución del número de pobres.

El director general de la OIT, el chileno Juan Somavía, afirmó que »en China y en otros países de Asia, donde el número de indigentes había disminuido rápidamente en los años 80, la reducción de la pobreza ha progresado a un ritmo más lento en la última parte de los 90».

En 2003, 2 mil 800 millones de personas del mundo tenían empleo y 185.9 millones estaban desempleadas.

Sin embargo, esta cifra sólo representa la punta del iceberg, pues »hay siete veces más personas que trabajan de las que están desempleadas pero viven en la pobreza», mientras 550 millones de trabajadores ganan incluso menos de un dólar al día.

En América Latina hubo un aumento del desempleo en los últimos 10 años y hasta 2003 había más de 30 millones personas que sobrevivían con menos de un dólar diario. La tasa de desocupación en la región pasó de 6.9 por ciento en 1983 a 8 por ciento en 2003.

La OIT señaló que en el caso de México la tasa de desempleo es baja, pero quienes trabajan en los sectores formal o informal están »pobremente pagados».

Criticó que el mercado laboral mexicano se caracterice por los bajos salarios, escasa seguridad en el empleo, inadecuada protección social y poca educación para el trabajo.

Como ejemplo, la OIT analizó el sector maquilador que, a pesar de su crecimiento, poco tiene que ver con el resto de la economía mexicana.

Detalló que las maquiladoras han sido desarrolladas por Estados Unidos, aprovechando los bajos costos laborales para reexportar el producto final al mercado estadunidense.

Con ello, las empresas obtienen ventajas fiscales en su país, pues únicamente pagan impuestos por la parte del componente que representa un valor añadido del producto importado. Por si fuera poco, se elimina cualquier incentivo para establecer vínculos con la economía mexicana.

En síntesis, la OIT considera que »la fuerte dependencia sobre los productos importados hace que la maquila añada muy poco valor a los bienes que produce», con la consecuencia de que mantiene estancados los salarios y la productividad es baja.

El organismo estima que los principales beneficiarios del sector maquilador »son los empleadores de un trabajo de escasa formación y relativamente barato».

La OIT, que reúne a representantes de los gobiernos, trabajadores y empleadores, analiza la relación entre crecimiento, empleo y productividad para demostrar que una mejoría de la productividad (la cantidad de bienes o de servicios producidos por un trabajador) es la forma más segura de reducir la pobreza.

El informe reconoce que a corto plazo un avance de la productividad puede traducirse en pérdida de empleos, en el aumento de los beneficios, aunque no de los salarios, en el deterioro de las condiciones laborales y en el incremento de los horarios de trabajo.