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ONU advierte sobre futuros riesgos económicos

Fuentes: Red del Tercer Mundo

La economía mundial está funcionando bien pero se vislumbran nubarrones en el horizonte que podrían aguar muy pronto la fiesta.

Esta advertencia flotaba en el ambiente la semana pasada en Ginebra, al inicio de la mayor reunión anual sobre asuntos económicos y sociales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Las máximas autoridades de los principales organismos económicos de la ONU transmitieron señales de alarma con respecto a un ligero estancamiento económico a producirse este año, al tiempo que aumentan los riesgos de que se registren dificultades en un futuro. Mientras tanto, el director general de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, también advirtió que de no completarse la Ronda de Doha podría haber retrocesos a nivel geopolítico y proteccionista.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, así como las máximas autoridades de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, la OMC, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) se refirieron a la apertura de la serie de sesiones de alto nivel del Consejo Económico y Social (ECOSOC). En un panel integrado por autoridades de las principales organizaciones económicas del mundo, la mayoría de los ponentes combinó las buenas noticias actuales con advertencias sobre las dificultades futuras.

Ban argumentó que las barreras comerciales existentes, los subsidios agrícolas y el régimen comercial restrictivo a nivel mundial constituyen «esposas para muchísimos países en desarrollo» y exhortó a concluir la Ronda de Doha. Sostuvo que la ONU debería ubicarse en el centro de los esfuerzos orientados a hacer uso de las oportunidades brindadas por el crecimiento económico mundial. Las iniciativas del ECOSOC tendientes a revigorizar sus funciones deberían convertirlo en un eje para la planificación y el control de las políticas y prácticas del desarrollo a nivel mundial.

Ban hizo referencia a dos de los nuevos mecanismos del ECOSOC que entraron en vigencia la semana pasada. El primero consiste en un Examen Ministerial Anual donde los ministros exponen acerca del desempeño de sus países en cuanto al logro de los objetivos de desarrollo de la ONU y reciben comentarios en un ejercicio de «revisión por pares». El segundo se trata de un Foro sobre Cooperación para el Desarrollo que reúne a varios actores con el propósito de analizar el desempeño en materia de ayuda internacional, así como otros temas del desarrollo.

Sha Zukang, secretario general adjunto del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, manifestó que luego del crecimiento consistente de la economía mundial registrado en los últimos años, ahora está descendiendo del cuatro por ciento en 2006 al 3,6 por ciento en este año.

Los «nubarrones en el horizonte» incluyen a los desequilibrios mundiales insostenibles, al contar Estados Unidos con un deuda externa neta superior a los tres billones de dólares, lo cual ejerce una presión hacia abajo sobre el dólar.

El secretario general de la UNCTAD, Supachai Panitchpakdi, dijo que los brillantes pronósticos a corto plazo para la economía mundial podrían descarrilarse a causa de nuevos factores. Éstos incluyen la inestabilidad derivada de los desequilibrios de cuenta corriente, que junto con la especulación financiera deben ser abordados a nivel internacional dado que una acción unilateral concentrada en países individuales no dará resultado.

En una referencia implícita a las recientes presiones ejercidas sobre China para que haga flotar y aprecie su moneda para resolver estos desequilibrios, Supachai afirmó que las mismas no necesariamente conducirían al resultado esperado.

¿Es necesario producir un gran cambio dentro del sistema internacional? Sha y el Grupo de los 77 (G-77) y China argumentaron a favor de reformas básicas, mientras que Estados Unidos y el FMI se pronunciaron en contra.
Sha expresó que «solo realizando reformas profundas y de gran alcance al sistema monetario y financiero internacional será posible evitar que surja nuevamente una constelación similar de desequilibrios mundiales, así como abordar las asimetrías que resultan actualmente inherentes a los mecanismos de ajuste mundial».

Desde la platea, el paquistaní Munir Akram, presidente del G-77 y China, se refirió al problema de los desequilibrios mundiales e instó a realizar una revisión de la arquitectura financiera internacional y resucitar el tema de los objetivos del FMI, que originalmente implican proporcionar estabilidad financiera internacional y financiamiento a corto plazo a los países que lo necesitan.
Sin embargo, ni la delegación de Estados Unidos ni el FMI compartieron los llamados a realizar reformas sistémicas, sosteniendo que es suficiente con una reforma «en los márgenes».

En vista de la prosperidad reinante en la economía mundial, el embajador de Estados Unidos, Terence Miller, manifestó que no existe necesidad alguna de efectuar grandes revisiones de las instituciones internacionales. «Necesitamos concentrarnos en las mejoras sobre los márgenes del sistema para que los países más pobres puedan integrarse al mismo», afirmó.

El subdirector gerente del FMI, Murilo Portugal, dijo que no negaba la necesidad de reformar las instituciones internacionales, pero que probablemente esto debía tener lugar más sobre los márgenes, en referencia a la posición de Estados Unidos expresada anteriormente.

Lamy reconoció que algunas de las reglas actuales de la OMC perpetúan cierto sesgo contra los países en desarrollo. Al tiempo que la descolonización política tuvo lugar hace ya más de cincuenta años, afirmó, «nosotros aún no hemos completado la descolonización económica».

En caso de que no logre concluirse la Ronda de Doha, Akram preguntó: ¿Sería posible como derecho económico o moral contar con una agenda por la vía rápida para alcanzar los objetivos de la Ronda? A lo que el director gerente de la OMC respondió que duda que haya espacio para un «paquete de desarrollo» en caso de que fracase la Ronda. Y sorprendió a ministros y diplomáticos al admitir con franqueza: «Dudo que las negociaciones sean acerca de principios morales sino que se tratan de intercambios comerciales».