La semana pasada, en la sede de la Unión Árabe de Cuba, en La Habana, tuvo lugar una reunión convocada por la AUNA* para discutir un conjunto de cuestiones ligadas a las integración regional. Un dilema que si para Uruguay es de muy alta prioridad no lo es menos para Cuba, en su poco envidiable […]
La semana pasada, en la sede de la Unión Árabe de Cuba, en La Habana, tuvo lugar una reunión convocada por la AUNA* para discutir un conjunto de cuestiones ligadas a las integración regional. Un dilema que si para Uruguay es de muy alta prioridad no lo es menos para Cuba, en su poco envidiable situación de país sometido a un implacable bloqueo y bajo la presión permanente del Estado norteamericano y sus innumerables aliados.
En el seminario participaron académicos de primer nivel, especialistas en una variada gama de disciplinas relacionadas con la integración regional, diplomáticos de Brasil, Chile, Cuba, integrantes de varios centros prestigiosos de análisis y edición de la realidad de contemporánea, como el Centro de Estudios de América de Cuba, el PCS-Perú, CLACSO y el CRIES así como parlamentarios y representantes de partidos de izquierda de varios países. Una enumeración detallada de los participantes así como varias de las principales ponencias presentadas estará disponible en la red a partir del martes 21 en www.pvp.org.uy
Participé en el evento en tanto integrante de un partido del Frente Amplio que formó parte de un esfuerzo amplio de personas, partidos y organizaciones sociales para que Uruguay no firmara un Tratado de Libre comercio con los EE.UU. bajo el régimen de fast tract impuesto por los ocupantes actuales de la Casa Blanca. Y menos, sostuvimos, comprometer al país en ese camino sin haber saldado una discusión en el Frente Amplio que, a través de su órgano estatutario de conducción, el Plenario Nacional, se había pronunciado contra la iniciativa impulsada principalmente por el Ministerio de Economía y el equipo económico.
Permítaseme recordar que aunque una decisión posterior del Presidente Tabaré Vázquez canceló acertada y enfáticamente la alternativa de impulsar en lo inmediato un TLC con los Estados Unidos, el tema está todavía en debate y, para algunos dirigentes, no se han extinguido esas formas de sordera selectiva que ignoran todos los hechos y las opiniones que no concuerdan con las suyas.
En el curso de los tres días del Seminario «Procesos socio-políticos y espacios de integración regional» se desarrolló un intercambio intenso de información y de opiniones acerca de la marcha de las distintas experiencias de integración por las que ha transitado y transita hoy nuestra región: los tratados de Libre Comercio con los EE.UU. visto desde la experiencia de Perú, Centroamérica, especialmente Costa Rica, Colombia, México, Chile, Ecuador; con el aporte también de expertos norteamericanos de diversas universidades.
Digamos de paso que este evento, como varios otros que se están desarrollando en estos días en la isla, muestran de qué modo singular Cuba ha conseguido derrotar al bloqueo con que se ha pretendido alejarla del resto de las naciones latinoamericanas. Asisten a las aulas miles de estudiantes de medicina provenientes de toda A. Latina, mientras se cumplen gigantescas acciones humanitarias en el campo de la salud, en estos días regresaba a Uruguay un grupo de pacientes oftalmológicos recientemente operados en Cuba. Estas realizaciones han hecho de esta isla un centro de encuentro e irradiación de una concepción solidaria de las relaciones entre las naciones, basada en concepciones éticas y valores no-capitalistas.
En el curso del debate resultaron abrumadores los datos que apuntaban a demostrar siete conceptos fundamentales, resumidos inteligentemente por la estudiosa chilena Ximena de la Barra: 1-el neoliberalismo aumenta las disparidades entre países y al interior de ellos; 2-la (llamada) ‘cooperación al desarrollo y el libre comercio’ no sólo no cierran las brechas, las aumentan; 3- los tratados de integración se limitan al comercio y son negociados por los gobiernos a las espaldas de los pueblos; 4- los recursos financieros y los recursos naturales no renovables fluyen libremente hacia el norte; 5- los productos manufacturados, los excedentes agrícolas y la polución fluyen libremente hacia el sur; 6- se pretende trasladar la huella ecológica hacia ecosistemas lejanos; 7- lo que no fluye libremente hacia el norte son los productos agrícolas – que es lo que produce el sur, y las personas a las que el neoliberalismo ha transformado en descartables.
Un punto de interés resultó ser una reflexión exhaustiva y crítica del proceso de creación y evolución de la Comunidad Andina de Naciones, animado inicialmente de intenciones industrialistas y de protección regional, luego malogradas.
En el contexto de examinar los procesos de integración regional como un rasgo característico del capitalismo contemporáneo y específicamente de las relaciones entre las naciones desarrolladas con las más débiles, se discutió también la experiencia del MERCOSUR, de sus orígenes y de las posibilidades que, para esta instancia de integración en la que Uruguay se encuentra, se han abierto ahora a partir de una nueva correlación de fuerzas dentro y fuera de la región y, especialmente, a partir de la irrupción de los acuerdos entre Bolivia, Cuba y Venezuela y la propuesta de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
Resulta imposible resumir en unas pocas líneas lo que ha sido el aporte de especialistas y dirigentes políticos que vienen trabajando desde hace más de 15 años en estas cuestiones.
Todos los procesos de formalización en Tratados de las realidades del comercio exterior y las relaciones internacionales no hacen sino consagrar condiciones que ya existían, relaciones de dependencia, subordinación política y militar y asimetrías que se han formado a lo largo de un siglo de organización de las relaciones internacionales bajo el principio de la ley del más fuerte.
La presión con que en los últimos años se han sustanciado estos TLCs está estrechamente ligada al proceso que sufre la economía norteamericana y la realidad de un mundo en el que día a día crecen los factores que desde yanquilandia no se pueden controlar.
Los cambios políticos que se suceden en nuestro subcontinente han creado nuevas condiciones para la integración regional. La experiencia de Cuba, la irrupción de Venezuela y su proyección regional viene alentando procesos regionales nuevos, no exentos de riesgos y vacilaciones.
El advenimiento de la izquierda al gobierno es varios países, la experiencia de México y las movilizaciones populares contra el fraude electoral y el levantamiento popular en Oaxaca, la reelección de Lula y las victorias de la izquierda en varios países ha puesto en la orden del día la discusión acerca de las oscilaciones de la izquierda una vez alcanzado el gobierno.
Un intercambio de opiniones intenso franco y se realizó en el seminario a partir de las exposiciones de Roberto Regalado del P. Comunista de Cuba y Beatriz Stolowicz de la Universidad Autónoma de México quien incursionó en la cuestión de las vacilaciones y renunciamientos de algunos partidos o frentes de izquierda que, una vez alcanzado el gobierno, dejan atrás su compromisos programáticos anteriores defraudando las expectativas populares.
* La AUNA (Asociación por la Unidad de Nuestra América) fue fundada a impulsos de una figura de gran prestigio latinoamericano, el guatemalteco Guillermo Toriello, uno de los más elocuentes y valerosos denunciadores de la agresión norteamericana a Guatemala en los años 50. Asociaciones de este tipo existen en varios países sudamericanos y la no demasiado original presencia de la izquierda uruguaya en este terreno de la lucha de ideas, del estudio y de la elaboración de pensamiento habla también de nuestro aislamiento en relación a una franja de alta densidad en los territorios en disputa. Me refiero a la construcción de un conocimiento actualizado acerca de cómo las modalidades actuales y cambiantes del capitalismo imperialista contemporáneo afectan el destino de los pueblos subordinados como el nuestro.