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Oposición venezolana: campaña electoral alejada de las calles

Fuentes: Prensa Latina

A sólo horas del cierre de la campaña electoral para las legislativas de Venezuela, la oposición continúa sin dar muestras de poder de convocatoria popular en las ciudades y barrios del país, donde protagoniza aislados actos. Lo que constituyó un pobre arranque de campaña, el pasado 25 de agosto, termina por caracterizar su comportamiento en […]

A sólo horas del cierre de la campaña electoral para las legislativas de Venezuela, la oposición continúa sin dar muestras de poder de convocatoria popular en las ciudades y barrios del país, donde protagoniza aislados actos.

Lo que constituyó un pobre arranque de campaña, el pasado 25 de agosto, termina por caracterizar su comportamiento en todo el trayecto del periodo habilitado oficialmente para buscar votos, poca calle y mucha publicidad en los medios privados.

Salvo alguna que otra concentración, como una marcha de mujeres contra la inseguridad, la oposición parece conformarse con entregar ese espacio a los socialistas y sus aliados, quienes a diario movilizan a miles a través de sus recorridos casa por casa y caravanas.

Mientras, en periódicos, canales de televisión y portales digitales privados abundan los llamados a votar por la Mesa de la Unidad (entidad que agrupa a los opositores) utilizando como punta de lanza el descrédito.

Entre los temas más frecuentes que se mezclan con telenovelas y transmisiones deportivas están la inseguridad, supuestas pretensiones del gobierno de violar el secreto del sufragio, la corrupción en el sector público y el rescatado discurso de la guerra fría sobre una inventada amenaza comunista.

Incluso dentro de las propias filas de la Mesa de la Unidad, varios dirigentes han mostrado preocupación por el escaso proselitismo en las calles.

Al respecto, el candidato por Miranda, Enrique Mendoza, anunció recientemente la operación Amarre, mediante la cual incrementarían la labor casa por casa.

Según el ex gobernador mirandino, más de 600 mil activistas saldrían a intercambiar con los electores, pero a pocas horas del cierre de campaña, este jueves, no existen indicios de la puesta en marcha o los resultados de la iniciativa.

A pesar de la clara desventaja en materia de movilización popular apreciada en las últimas semanas, los opositores insisten en sus posibilidades de ganar la mayoría de los diputados en juego (165) o de impedir que los socialistas alcancen su objetivo de lograr dos tercios de los curules (110).

En los estados de Táchira, Miranda y Zulia, donde se discutirán 34 escaños, radican las principales opciones de sumar puestos.

También en la capital, Nueva Esparta, Carabobo y Mérida los entendidos otorgan diputados a los rivales del proceso de cambio liderado por Hugo Chávez.

Sin embargo, ninguna encuesta o estudio bien argumentado manejó un escenario favorable para los opositores, dándoles en el mejor de los casos alrededor de 70 legisladores.

Para los socialistas y aliados, su triunfo en las urnas está garantizado, al igual que los dos tercios.

A partir de tal valoración, coinciden en el pronóstico de perder un máximo de 40 curules el 26 de septiembre.

Denuncias de agenda oculta

Para los dirigentes de la alianza revolucionaria (seguidores de Chávez), sus rivales están conscientes del fracaso que les espera en la mayoría de las 87 circunscripciones electorales del país.

«Por eso se debaten entre el comportamiento democrático y una agenda oculta. Es como si esperasen por el rescate de los marines yanquis», comentó a Prensa Latina el candidato al Parlatino Rodrigo Cabezas.

De acuerdo con la primera vicepresidenta del Partido Socialista Unido de Venezuela, Cilia Flores, el adverso panorama lleva a los opositores por caminos oscuros.

Ya andan preparándose para cantar fraude, porque en las urnas no pueden con el pueblo, advirtió.

En ese sentido los instó a reconocer los resultados del próximo domingo, tal y como han garantizado los socialistas.

Algunos dirigentes de la Mesa de la Unidad han aceptado el reto y aseguran el reconocimiento, pero al colocar la coletilla «si los comicios son transparentes» vuelven a destapar el fantasma de 2005, cuando la oposición decidió retirarse de las legislativas con denuncias de fraude jamás probadas.

Los contendientes cantan desde ya el triunfo, por lo que habrá que esperar por la voluntad de los más de 17 millones de inscritos en el padrón.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=222450&Itemid=1