La negativa de los diputados opositores a suscribir un acuerdo para reconocer los resultados de los próximos comicios, coloca hoy sobre el tapete electoral la posible apuesta de ese sector por caminos desestabilizadores. El martes último, los aliados del presidente Hugo Chávez, en el Parlamento llamaron a respetar al Consejo Nacional Electoral (CNE) y […]
La negativa de los diputados opositores a suscribir un acuerdo para reconocer los resultados de los próximos comicios, coloca hoy sobre el tapete electoral la posible apuesta de ese sector por caminos desestabilizadores.
El martes último, los aliados del presidente Hugo Chávez, en el Parlamento llamaron a respetar al Consejo Nacional Electoral (CNE) y aprobaron el proyecto que destaca la autonomía, el despliegue, la confiabilidad y la transparencia de ese ente.
Hace más de un año estamos esperando por un pronunciamiento claro y categórico sobre el acatamiento de los resultados, señaló durante la presentación de la propuesta el diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela, Fernando Soto Rojas.
Ante el planteamiento, Juan Carlos Caldera, jefe de la fracción de Primero Justicia, partido del candidato opositor Henrique Capriles, cuestionó la imparcialidad del árbitro electoral y aludió a supuestos abusos del gobierno.
Para legisladores y políticos, los frecuentes ataques contra el ente comicial parecen ratificar que los representantes de derecha evitarán a toda costa la realización de los sufragios, en los que Chávez se perfila como claro ganador, según casi todas las encuestas.
Frente a esa coyuntura, desfavorable a los intereses opositores, algunas cúpulas podrían emprender rutas al margen de la Constitución y fraguar planes violentos que impidan el desenlace previsto para el 7 de octubre, advierten.
La situación contrasta con las declaraciones del dignatario el lunes último, cuando felicitó al CNE, porque «nunca antes, en toda su historia política, Venezuela tuvo un árbitro electoral con esa transparencia y compromiso».
Me comprometo, junto a mis seguidores, a apoyar todas las acciones de esa institución y a reconocer ante Venezuela y el mundo los resultados de las elecciones, afirmó al inscribir su candidatura para esa contienda.
Ante miles de seguidores congregados en la capitalina Plaza Diego Ibarra, el Jefe de Estado exhortó a «la burguesía» a hacer lo mismo, aunque alertó que su actitud es muy sospechosa y ambigua.
«Siempre andan jugando con doble cara», señaló.
Recordó que esos sectores optaron en el pasado por vías golpistas y expresó su satisfacción por la postulación de Capriles el día anterior, una candidatura que contó con el respaldado de 33 partidos y organizaciones políticas, algunas de ellas minúsculas y poco conocidas.
Ojalá que respeten las reglas de las instituciones, al Consejo Nacional Electoral y al pueblo, pero «si se les ocurriera volver por los caminos de la violencia, del desconocimiento a las leyes, sería peor para ellos», avisó.
Chávez presentó al pueblo su programa para el período 2013-2019 y explicó sus cinco objetivos históricos, entre los que sobresalen la defensa de la independencia nacional, la consolidación del país como potencia económica y social, y la preservación del medio ambiente.
Por su parte, el representante de la llamada Mesa de la Unidad Democrática oficializó su postulación, pero ofreció a su auditorio un discurso catalogado como insulso y vacío, por no incluir un plan de gobierno.
A pocos asombra, por eso, que la inmensa mayoría de las encuestas continúen ratificando al Jefe de Estado como el favorito con miras a las venideras elecciones, para las que cuenta con más de un 20 por ciento de ventaja en intención de voto.
Uno de los tantos sondeos de opinión, realizado por International Consulting Services en mayo último, arrojó que el Presidente alcanzaría la reelección con un 59,4 por ciento de los votos, mientras Capriles obtendría un 29,1.
Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=516735&Itemid=1