La reciente acusación contra la República Bolivariana de Venezuela de estar implicada en un supuesto y realmente dudoso caso de espionaje contra los Estados Unidos es, sin lugar a dudas, una nueva maniobra desinformativa orquestada por la administración de Obama para acentuar su guerra ideológica contra el presidente Hugo Chávez. La acusación La pretendida vinculación […]
La reciente acusación contra la República Bolivariana de Venezuela de estar implicada en un supuesto y realmente dudoso caso de espionaje contra los Estados Unidos es, sin lugar a dudas, una nueva maniobra desinformativa orquestada por la administración de Obama para acentuar su guerra ideológica contra el presidente Hugo Chávez.
La acusación
La pretendida vinculación de Venezuela con un caso que involucró al científico argentino Pedro Leonardo Mascheroni, una controvertida persona que laboró en el Laboratorio Nacional de Los Álamos y está plagado de frustraciones personales y profesionales, así como en franco desacuerdo con la política energética de EE UU, parece ser un burdo montaje para deteriorar aún más el diferendo entre ambas naciones.
De acuerdo con las informaciones, un supuesto representante del gobierno venezolano solicitó al científico ciertas informaciones relacionadas con secretos nucleares norteamericanos, actividad que fue monitoreada por el FBI.
La verdad es que, según Mascheroni, él fue contactado por un venezolano que nunca dijo ser representante del gobierno de Chávez y los encuentros se hicieron de forma pública, en un hotel de la ciudad de los Ángeles en febrero de 2008. La información entregada por el argentino al buscador de información fue material desclasificado al que cualquiera puede acceder mediante la internet y no medió pago alguno por ello. Por otra parte, aunque el FBI ha dicho tener detenido al supuesto agente de Chávez desde hace dos semanas, éste no ha aparecido en público y, posiblemente, ni siquiera exista.
El montaje del FBI y el gobierno norteamericano, presumiblemente dirigido a matar dos pájaros de un tiro: implicar falsamente a Venezuela con un caso de espionaje nuclear y a uno de los críticos de su política en esta rama, incluyó un aparatoso operativo realizado en la casa de Mascheroni, donde incautaron varias computadoras y documentos del argentino relacionados con sus actividad científico investigativa.
Otra versión de los hechos puede ser que la trama haya sido orquestada por el propio científico, quien dijo a una periodista del diario La Nación en un contacto telefónico: «¿Sabe una cosa? No soy un espía. Lo único que yo quiero es llamar la atención para que se sepa que Estados Unidos está cometiendo errores costosos en su política nuclear. Y ahora estamos en este lío. (…) Yo sólo soy un luchador por el desarme nuclear» .
Venezuela y el uso pacífico de la energía nuclear
La campaña mediática e ideológica contra Venezuela, desarrollada por los Estados Unidos y sus aliados, se acrecentó luego de las visitas realizadas por el presidente Chávez a Irán y de las declaraciones hechas por ambos países sobre una ulterior cooperación en materia energética.
Cuando el pasado 25 de septiembre, en ocasión de la Segunda Cumbre de Países de África y América del Sur (ASA), realizada en Isla Margarita, Venezuela, el ministro anfitrión de la misma, Rodolfo Sanz, declaró la existencia de apreciables reservas de uranio en su país, la trama antivenezolana alcanzó un clímax significativo y empezaron a tejerse nuevas campañas contra la revolución bolivariana, sobre todo por su vinculación con Irán en los trabajos de prospección geológica.
La ulterior declaración en el mismo evento del ministro de Ciencias e Industrias, Jesse Chacón, sobre la cooperación también de Rusia en ese campo de investigaciones geológicas, contribuyó notablemente a preocupar a los enemigos de Venezuela. Hicieron oídos sordos a la declaración de que el empleo del uranio sería destinado exclusivamente a fines pacíficos.
Unos días antes, el 9 de septiembre de 2009, el presidente Chávez había declarado en una entrevista al diario francés Le Fígaro que Venezuela planeaba construir una instalación nuclear con fines pacíficos, con la ayuda del gobierno iraní.
Objetivos que se persiguen. Otros antecedentes
La orientación de los ataques contra Venezuela, están dirigidos a exacerbar la tensión regional en América del Sur, esgrimiendo el argumento de que el empleo de la energía nuclear constituye una amenaza y un peligro para el resto de las naciones limítrofes con Venezuela. A la par, Estados Unidos e Israel mostraron una abierta preocupación por el apoyo tácito brindado por Chávez a Irán por su legítimo derecho de emplear la energía nuclear con fines pacíficos.
Ni lento ni perezoso, el principal aliado de EE UU en Sudamérica, el presidente colombiano Álvaro Uribe, se apresuró a declarar el 26 de septiembre, en Bogotá, siguiendo la orientación del discurso político antichavista de los Estados Unidos: «A nosotros sí nos preocupa mucho, y no puedo dejar de decirlo, que se lleven para nuestro vecindario la guerra nuclear. Eso no lo podemos permitir de ninguna manera».
Por supuesto, Uribe trató de minimizar que la presencia de seis bases norteamericanas en Colombia constituya un factor desestabilizador en la región y un potencial peligro para Venezuela y Ecuador.
Uribe también habló del acuerdo de colaboración militar con Estados Unidos, al que definió como un «acuerdo de cooperación en materia de seguridad entre Colombia y Estados Unidos». Insistió en que «no son bases norteamericanas en Colombia».
Los Estados Unidos, en la persona del portavoz del Departamento de Estado, Ian Kelly, manifestó también la preocupación de la administración de Obama sobre una posible transferencia nuclear entre Venezuela e Irán.
Por su parte, el representante del gobierno sionista en la Argentina, Daniel Gazit, realizó fuertes ataques difamatorios contra el presidente Chávez, acusándolo de proteger a terroristas de Hezbolá en su país, el pasado 14 de octubre.
El centro de sus ataques fue, desde luego, los vínculos de cooperación recientemente establecidos entre Irán y Venezuela.
También criticó las medidas del régimen chavista que atentan contra la libertad de expresión: «A la democracia, para sobrevivir, no le basta que haya elecciones cada cuatro años».
Otros ataques semejantes, enmarcados dentro de la misma estrategia dirigida a satanizar a Chávez y a la Revolución Bolivariana, fueron esgrimidos por el Washington Post, en uno de sus editoriales, en el cual alertó al gobierno de EE UU sobre el potencial peligro que entraña la alianza entre Venezuela e Irán. Con argumentos infundados y alarmistas subrayó las posibles amenazas que la misma representa para la paz en la región.
Otro ataque difamatorio partió del fiscal general de Nueva York, Robert Morgenthau, quien volvió a esgrimir los manidos argumentos sobre los peligros que entraña la cooperación entre Irán y Venezuela, acusando a Chávez en esta ocasión de contribuir a que el gobierno de Mahmud Ahmadineyad burle las injustas sanciones impuestas a Irán por Estados Unidos y la Unión Europea. Otro argumento empleado por Morgentahu en sus acusaciones fue que Irán ayudaba a Venezuela en la producción de armamento.
En otro artículo aparecido en el Diario de Las Américas el pasado día 21 de octubre, el reaccionario periodista Álvaro Vargas Llosa atacó a Venezuela, sumándose a la campaña de difamaciones que ha cobrado ribetes alarmantes en los últimos días. Para Vargas Llosa, Chávez está apoyando la penetración de supuestos terroristas de origen libanés en la zona de la Triple Frontera, los que tienen su base de operaciones en Caracas.
¿Quién es Mascheroni?
Mascheroni, ciudadano argentino nacido en la provincia de Tucumán y con 74 años de edad, es un científico que laboró en el Laboratorio Nacional de Los Álamos hasta marzo de 1988, en que fue cesanteado por razones que, según él, obedecían a un acto discriminatorio por su origen latino, luego de laborar en esa instalación de investigaciones nucleares entre 1979 y 1988. Había llegado a los Estados Unidos en 1963, obteniendo un doctorado en física en la Universidad de Berkeley, en el año 1967. En 1972 se hizo ciudadano norteamericano.
En realidad, los superiores a los que había criticado permanentemente por la manera que encauzaban las investigaciones nucleares en el laboratorio de Los Álamos, se deshicieron de él acusándolo de filtrar información sensible al gobierno argentino.
El origen de sus conflictos laborales tuvo su inicio en 1986 por conflictos sobre cuestiones técnicas relacionadas con las actividades del programa nuclear norteamericano. Luego de ser cesanteado, interpuso una prolongada querella ante los tribunales contra la Junta de Regentes del Laboratorio Nacional de Los Álamos, la que se extendió hasta 1994.
Según Mascheroni, lleva largo tiempo librando una batalla para acceder al Congreso de EE UU con vistas a hacer valer sus apreciaciones técnicas en relación con el desarrollo nuclear de esa nación. Ha dicho a la prensa, al respecto: «Desde entonces vengo peregrinando para lograr una audiencia en el Congreso en la que se demuestre que ese plan es erróneo, que el mío es mucho mejor. Pero el Congreso no me escucha».
Respuesta venezolana
La respuesta del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ha sido contundente ante la campaña desinformativa de sus enemigos, en franca alianza con los medios de información mediáticos y quienes tratan de socavar el enorme prestigio alcanzado por Venezuela a nivel internacional.
El pasado 9 de octubre, el Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, declaró en Nueva York: «Estamos en contra de las armas nucleares». A la par, reivindicó el derecho legítimo de Venezuela de desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
Según Nicolás Maduro, la energía atómica es, ante la crisis energética mundial, el deterioro ambiental y el agotamiento de las reservas petrolíferas, «una de las alternativas que tiene la humanidad para producir energía limpia hacia el futuro, como la eólica».
Sin remilgos, esgrimiendo una verdad de Perogrullo, acusó a la única nación en la historia de la humanidad que hizo uso directo de la energía atómica para masacrar a los pobladores inocentes de Hiroshima y Nagasaki, único caso en que se usó la misma como arma de genocidio: «El único país del planeta que utilizó la energía nuclear para destruir otro pueblo fue la élite que gobernaba Estados Unidos».
Para responder a la burda acusación en la que se implicó a Venezuela en el caso Mascheroni, el presidente Hugo Chávez repudió la campaña antibolivariana, en ocasión del anuncio de la creación del nuevo Ministerio de la Energía Eléctrica, en el día de ayer: «Son ataques bien concebidos contra Venezuela para ir sembrando la matriz de que es un gobierno nuclear…».
No cabe la menor duda, pues, de que los enemigos de la Revolución Bolivariana no descansan para satanizarla, recurriendo a los más absurdos argumentos con el fin de aislarla internacionalmente, algo ya imposible de lograr.
Rebelión ha publicado este artículo a petición expresa del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.