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Para entender la génesis del fascismo-bolsonarismo

Fuentes: Rebelión [Imagen: Olmo Delco y Alfredo Berlinghieri, amigos desde la infancia cuya relación se verá nublada por sus diferentes actitudes frente al fascismo. Créditos: Fotograma de la película Novecento (1976), de Bernardo Bertolucci]

En este artículo el autor reflexiona sobre la génesis del fascismo-bolsonarismo.


Los horrores del fascismo han regresado para atormentar la vida de las clases trabajadoras. Para quienes hemos estado transitando un poco más de tiempo por el camino de la vida, este resurgimiento puede resultar algo inexplicable. Nos es difícil entender cómo, incluso después de las nefastas experiencias ocurridas en la primera mitad del siglo pasado, esas corrientes de extrema derecha han vuelto al escenario principal del mundo político de una manera nada despreciable.

Sin embargo, jamás podremos comprender los mecanismos que han hecho posible el rebrote vigoroso de esta ideología ultrarreaccionaria, sin estudiar la evolución de las estructuras socioeconómicas en las cuales el fascismo se sostiene. Y las bases del fascismo están profundamente asentadas en el capitalismo en su fase más oligopolizada, es decir, justo cuando el capitalismo se adentra en etapas de crisis acentuada.

En condiciones de normalidad y pujanza, las probabilidades de que el fascismo se imponga son casi nulas. Como podemos constatar al repasar la historia, en períodos en que el capitalismo no se siente amenazado, los liderazgos de tipo fascista suelen ser despreciados y rechazados por los propios capitalistas, quienes, entonces, los ven como grotescos y vulgares.

Pero todo cambia drásticamente cuando las relaciones de dominación oligopólica ya no son toleradas por las masas populares sin fuerte resistencia. En esos momentos, el descontento popular alcanza niveles tan elevados que las masas dejan de creer que es posible salir de su tragedia mediante meras acomodaciones cosméticas del sistema. Entonces, el fascismo empieza a ser visto con otros ojos por las élites socioeconómicas que antes lo veían con desdén.

Por supuesto, el cambio de actitud de las clases dominantes respecto a los liderazgos de carácter fascistoide no se debe a ninguna variación en el sentimiento de repugnancia que les tenían anteriormente. Es que, por encima de cualquier otra cuestión, los señores del gran capital saben que, ante todo, deben preservar las estructuras del sistema de explotación del cual dependen para mantener sus privilegios. Por ello, en circunstancias de crisis intensa y amenaza a sus intereses, el fascismo despunta como la principal alternativa para transformarlo todo en la superficie para que nada cambie en las estructuras. En otras palabras, el fascismo suele ser la tabla de salvación del gran capital en tiempos de grandes tormentas.

Así, para neutralizar la indignación de las masas, se recurre a ciertos ángeles de la guarda que, aunque dotados de facciones poco agradables al gusto de las élites, les son muy útiles para el propósito de frenar o redirigir el ímpetu popular, con vistas a evitar que los intereses reales de los capitalistas se vean afectados.

Por tanto, no hay nada extraño en el hecho de que los más importantes líderes fascistas hayan sido, y continúen siendo, figuras notoriamente grotescas. En realidad, una condición sine qua non para que alguien tenga éxito en su liderazgo fascista es no exhibir nada, en términos de modos y costumbres, que lo identifique con las clases dominantes. Uno tiene que hablar y comportarse de manera tan vulgar que impida que el pueblo lo vea y lo sienta como parte de las élites explotadoras tradicionales.

En los grandes exponentes del fascismo de casi todos los tiempos y lugares, como Mussolini en Italia, Hitler en Alemania, Milei en Argentina, Bolsonaro en Brasil, es común que predominen características que resaltan su escasa cualificación, su incultura, su grosería, la rudeza de sus modales, es decir, todo aquello que, en condiciones normales,  las élites socioeconómicas consideran repugnante e indigno. Empero, si ese es el precio que tienen que pagar para que sus sagrados intereses de clase no sean perjudicados, ellas no vacilarán en pagarlo.

Como la gran burguesía no logra ganarse el respaldo de los sectores populares con su propia cara, son los fascistas quienes le cumplen ese papel. Es contra el fascismo que las clases trabajadoras terminan teniendo que pugnar en el día a día. El principal recurso utilizado por los fascistas para intentar imponerse políticamente es el uso de la violencia para acorralar e intimidar a sus adversarios. No obstante, cuando se les enfrenta sin temor, suelen revelar su enorme cobardía. Entonces, la mejor receta para lidiar con los fascistas es nunca tenerles miedo, y siempre encararlos con coraje y determinación.

Para mejor ilustrar el panorama que intenté esbozar en las líneas anteriores, quisiera recomendarles que vean (o vuelvan a ver) una de las más bien valoradas películas jamás producidas. Me refiero al clásico Novecento, de Bernardo Bertolucci, que aborda la cuestión de la génesis del fascismo en Italia en los períodos previos a la Segunda Guerra Mundial. Sugiero que lo hagan, no solo para deleitarse con su innegable calidad artística, sino también para tenerlo como un valioso instrumento para reflexionar y entender mejor la variante del fascismo de la que somos víctimas en el Brasil actual, el bolsonarismo.


La película está disponible con doblaje en español y subtítulos en portugués en los siguientes enlaces:

Parte 1: https://odysee.com/Novecento—Ato-1—Parte-1-(Legendado):6

Parte 2: https://odysee.com/Novecento—Ato-1—Parte-2-%28Legendado%29:7

Parte 3: https://odysee.com/Novecento—Ato-2—Parte-1-(Legendado):9

Parte 4: https://odysee.com/Novecento—Ato-2—Parte-2-(Legendado):d


Traducido del portugués para Rebelión por el propio autor. Fue publicado originalmente en los siguientes medios:

– https://desacato.info/para-entender-a-genese-do-fascismo-bolsonarismo-por-jair-de-souza/

– https://www.brasil247.com/blog/para-entender-a-genese-do-fascismo-bolsonarismo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.