Amy Goodman y Juan González entrevistaron radiofónicamente al Premio Nóbel de economía Joseph Stiglitz el pasado viernes, después de la aprobación legislativa del Plan Paulson de rescate público de Wall Street. Reproducimos a continuación un fragmento de la transcripción de esa entrevista.
Bienvenido a Democracy Now!, Professor Stiglitz.
Encantado de estar aquí.
¿Qué piensa de la aprobación del rescate por parte del Senado?
Creo que sigue siendo una ley muy mala. Es una decepción, pero no una sorpresa, que la Admimnistración venga ahora con una ley que sigue basándose en la teoría económica del derrame o del goteo de la riqueza de arriba abajo. La idea es que si viertes dinero bastante en Wall Street, una parte de él se derrama hacia abajo y llega a la economía. Es como un paciente con hemorragia interna sometido a transfusión masiva de sangre; no sirve de nada, y en nada toca a la causa que ha generado la hemorragia, que es el problema de base. Dicho esto, es mejor que no hacer nada, y hay que esperar que, tras las elecciones, podremos enmendar los muchos yerros del plan.
Debo decir, sin embargo, que esta forma de enfrentarse al problema realmente apesta. Añadieron -ya sabe que el coste inicial prevista era ya de 700 mil millones de dólares-, añadieron otros 150 mil millones en beneficios fiscales. Algunos de ellos resultan, de hecho, bastante, bastante, asombrosos: crédito fiscal para las empresas norteamericanas en Samoa, un 50% de crédito fiscal para algunos gastos o para el mantenimiento de vías ferroviarias, el ofrecimiento de siete años de recuperación para los propietarios del mundo de las carreras de automóviles… Y la lista sigue. Lo que han hecho ha sido, básicamente, proceder por la inveterada vía del soborno y la corrupción. Yo hice en su día el chiste de que lo que querían inicialmente era organizar una subasta invertida para vender los activos dañados; y ahora lo que han hecho es una subasta invertida para comprar congresistas, y han terminado por poner en el plan todo lo necesario para conseguir la adhesión de los congresistas a una medida legislativa que, en lo fundamental, anda errada.
Bueno, señor Stglitz, usted está ahora mismo hablándonos desde Europa. Y en Europa los gobiernos han optado por una vía muy distinta para enfrentarse a la crisis bancaria. ¿O no han nacionalizado esta semana pasada algunos de los mayores bancos, haciéndose así tanto con la deuda tóxica como con la deuda sana de esos bancos? Parece una vía distinta de la que se ha emprendido aquí, en donde, aparentemente, el Congreso se queda con toda la deuda tóxica, dejando en manos privadas la buena.
Así es; lleva usted razón. (…). El plan de Paulson es un rescate no-transparente de Wall Street, conforme al cual les sacamos de las manos la patata caliente de los malos activos y les dejamos con los activos buenos. Es complejo, porque estamos hablando de miles, de centenares de miles de activos, y el gobierno no está en una buena posición para hacer eso.
El modelo alternativo es un modelo probado. Funcionó en Suecia, en Noruega. No sé por qué no siguieron ese modelo, a todas luces mejor. Y hay versiones que no llegan a la nacionalización completa. A veces me refiero a eso como al modelo Buffett. Buffett puso dinero en Goldman Sachs, y a cambio, se quedó con acciones preferenciales y con garantías, de modo que obtuvo, a la vez, protección por abajo y participación por arriba. Eso habría sido mucho mejor que la revigorización de nuestros bancos, y habría servido para proteger al contribuyente norteamericano.
Me parece que el problema fundamental es que Paulson todavía no ha entendido que los bancos hicieron pésimos préstamos. Prestaron sobre la base de precios de activos hinchados por la burbuja inmobiliaria. Esa burbuja ha estallado. Algunos de esos préstamos no serán devueltos, o sólo lo serán en parte. Hay un agujero en la balanza contable, y eso ha de subsanarse. Lo tienen que hacer; y este plan no lo hará, a menos que proceda, subrepticiamente, a adquirir esos valores pagando un sobreprecio. (…)
Joseph Stiglitz, uno de los críticos más agudos y respetados de la globalización neoliberal, es profesor en la Universidad de Columbia, ganador del Premio Nobel de Economía en 2001 y coautor de The Three Trillion dollar War.
Traducción para www.sinpermiso.info: María Julia Bertomeu