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Para vencer al fascismo

Fuentes: Diálogos do Sul (Brasil) [Imagen: Hecatombre en Brasil. Créditos: Fotomontaje realizada a partir de fotos de Marcelo Chagas/Pexels, Torange.Biz, Isac Nóbrega/PR y Olhar Digital, tomaad de Vermelho.org]

En este artículo el autor mantiene que la solución para derrotar al fascismo es consolidar y fortalecer un amplio Frente de Salvación Nacional.


Cuando en 2017 denunciamos que la guerra es cultural y cibernética, comunicacional, se veía con perplejidad la actuación de ciber-milicias a servicio de la Inteligencia de Estados centrales del capitalismo, colonizados por el pensamiento único. Hemos alertado sobre la necesidad del Estado y la sociedad civil prepararse para lo que vendría. Pormenores sobre esa ciberguerra aquí.

Lo que vendría, vino, en la forma de una Operación de Inteligencia de las fuerzas armadas, que culminó con la captura del poder por los militares, sin un tiro y sin que la sociedad estuviese preparada. Hoy día, ríen en nuestra cara, diciéndose legitimados por el voto, y se vanaglorian de que van ganar las elecciones de octubre.

Hasta hoy, hay quienes no se ha dado cuenta de la realidad de un gobierno militar de ocupación, cuya arma principal para mantenerse en el poder ha sido la continua guerra comunicacional, que es psicosocial, que es cibernética, cultural y tiene la palabra en lugar de bombas. Si no bastase, tiene el aparato de Estado puesto a su servicio, un Congreso que representa tan solo los más ricos y un Poder Judicial cómplice de la armazón golpista.

El  golpe de 2016, contra el gobierno legítimamente elegido, se hizo posible porque el mismo gobierno, destituido de un núcleo de inteligencia, se ha dejado sorprender por una conspiración abierta que tenía por detrás el gobierno estadounidense de Barak Obama. En la secuencia, ha sido incapaz de reaccionar a la armazón involucrando el poder judicial, los órganos de inteligencia y la misma Casa Blanca en la Operación Lava Jato.

Operación. ¿Por qué Operación? El mismo nombre remitía a la que estaba por detrás, es decir, tratarse de una operación de guerra para destruir concurrentes en el mercado global y garantizar el éxito más adelante, con la captura del poder “legitimada” por el voto. No faltaron denuncias sobre los métodos utilizados, pero ha preferido hartarse en el banquete de cada día a encarar la responsabilidad de estar en el poder y ejercer el poder.

Una vez que, conquistado el poder por lo militares, tropas pretorianas del Imperio, ha llegado la hora de la segunda parte del plan, que es asegurar la continuidad, sin mayores traumas. Para eso se han preparado durante esos cuatro años. Por eso se regodean. Creen que tiene asegurada la reelección en las elecciones de octubre de 2022.

Para eso tiene el cuchillo y el queso en las manos, como vimos demostrando en sucesivos artículos en Diálogo del Sur. Sin embargo, puede suceder el imprevisto de que pierdan las elecciones. Para esa eventualidad, tiene en Plan B que igualmente vienen preparando durante los cuatro años de permanencia en el poder, fundado en el discurso de la urna electrónica pasible de fraude y en la confrontación con el poder judicial visando desacreditarlo.

La derecha salva

Con la izquierda fragilizada, destituida de estrategias, contaminada por el pensamiento único y que parece no entender la naturaleza militar de la ocupación del Planalto, todos los espacios han sido ocupados.  Ese es el escenario en que transcurre el proceso electoral ya iniciado, extemporáneamente. Según las normas la propaganda electoral solo podría hacerse a partir de agosto.

El gobierno de ocupación –gobierno militar de ocupación-, al presidir el proceso electoral lleva enorme ventaja. Tiene la máquina administrativa, tiene el presupuesto de la unión, tiene los partidos mayoritarios, tiene las fuerzas armadas y las milicias, también armadas. Tiene los bancos y financieras. Vale un paréntesis: los cuatro bancos más grandes (Banco do Brasil, Itaú, Bradesco y Santander) sumaron en 2021 un lucro récord de 81.632 mil millones de reales.

Desde 2018 hemos repetido, y vale reiterar en ese momento más que nunca, que Brasil necesita de un amplio Frente de Salvación Nacional. Un Frente Amplio de Salvación Nacional no es un frente de izquierda, mucho menos un Frente Revolucionario. Es un frente antifascista para sacar a los militares del poder.

Ese es el objetivo en el corto plazo. Sacar a los militares, devolver el poder a los civiles.

Para que eso se haga posible hay que dividir las fuerzas que sostienen al gobierno. Hacerlas entender que la continuidad de ese modelo neoliberal predador no dejará país ninguno. Eso entendimiento ya empezó a minar y contaminar algunos sectores de la sociedad civil organizada: profesionales, empresarios, trabajadores.

La poderosa Fiesp (Federación de Industrias del Estado de São Paulo), apoderada por Paulo Skaf se quedó 17 años conspirando contra los intereses del pueblo brasilero. No solamente participó de la conspiración que llevó a la conquista del poder por los militares, como empezó a abrigar, con enormes salarios, generales en la dirección de la entidad.

Pib industrial reducido a 10% del Pib en 2021 (era 17% en 2008), 17 industrias cerradas a cada hora, millones de desempleados teniendo a la Fiesp como cómplice.  Ha dejado de ser representantes de industrias para ser un conglomerado de gerentes, ejecutivos de grandes corporaciones trasnacionales.

Ahora, en ese sector, una luz aparece en el final del túnel, y ojalá no sea un tren viniendo en sentido contrario.  Asumió la presidencia de la Fiesp, Josué Gomes da Silva, heredero de la Coteminas, uno de los más grandes cotonificios y tejeduría del país, hijo de José de Alencar que fue vicepresidente de Lula.

No sé si sigue con la presencia de generales en la entidad, ni si la Coteminas sigue siendo brasilera, pero Josué llegó dando muestras de estar bien intencionado. Al contrario de su antecesor que apoyó al golpe de 2016 contra la presidenta Dilma e hizo campaña para Bolsonaro, dijo que quedará neutro en la actual campaña. Y más… dijo también que se empeñará para la retomada del sector industrial, que debe ampliar su participación en el Pib.

Muy bueno… aplausos, eso es lo que hay que hacer para salir del estancamiento económico de cuatro décadas y generar empleos. Sin embargo, dice que revocar las reformas en la legislación en el trabajo y la previdencia dictadas por el gobierno ilegítimo de Michel Temer sería un retroceso. Esa gente es dura… ¿ Señal que también está contaminados por la falacias del neoliberalismo. Ignoran a los trabajadores, los que verdaderamente producen riqueza.

¿Existirá vida inteligente en la oligarquía de los predadores ambientales? Seguramente no. Lo que los mueve es puro interés, ganancia. Pero, presionados por factores externos, empieza a haber fracturas en ese frente, y eso es estratégicamente importante. Es la presión contra la deforestación y contra el envenenamiento del agro que viene de afuera y va creciendo.

¡Imagine, perder un mercado como el de Alemania, o como de China!… ¡Es preciso hacer algo!

China está a exigir certificación ambiental y ya anunció que será cada vez más rigurosa. No quiere transgénicos ni veneno en la comida. Está muy indulgente todavía, pero eso va a terminar. Es el mayor mercado consumidor del planeta y ya se configura como el mayor parcero comercial de Brasil.

Del otro lado, en el Occidente, países europeos desde el año pasado, reaccionando a las denuncias de incendios florestales y genocidio indígena, comenzaron el boicot a los productos del agronegocio brasilero. No es broma, son las más grande cadenas de venta al consumidor, como Carrefour Belgiun, la holandesa Lidi y, recientemente, la alemana Aldi, con cincuenta pontos de venta que ha parado de comprar la carne procedente de Brasil. Ese caso afecta directamente a la JBS, la mayor procesadora de carne del planeta, vendiendo productos de áreas desforestadas[1].

Eso es importante porque crea un clima favorable al cambio. Ya no cabe más una “Miss Veneno” apodo conquistado por Tereza Cristina que cuando diputada por Mato Grosso liberó la importación de agrotóxicos. Ahora en el Ministerio de Agricultura ella liberó totalmente el uso de los agrotóxicos condenados por el resto do mundo. Ya no cabe un Ricardo Sales a vender (vender no, contrabandear) madera derribada ilegalmente; ni tampoco los hermanos Batista a comprar buey de pasto donde debería ser floresta y/o área de protección, reserva indígena.

Dada las circunstancias esa gente busca alternativas.

Como no hay alternativas, puesto que ninguna propuesta o candidatura de los ni-ni (ni Lula, ni Bolsonaro), ha logrado alzar el vuelo, estos tendrán que adaptarse a la realidad. La realidad, en este momento, es Lula y el retorno lo más pronto posible a una estrategia de desarrollo sustentable. Sustentable ecológica y socialmente, que respete los derechos humanos y de la naturaleza. 

Es inmensa el área de dominio de esas oligarquías, una mezcla de descendentes de esclavistas con nuevos ricos que han hecho su fortuna invadiendo y se aposando de tierras y cometiendo todo tipo de crímenes. ¿El Agro se ha modernizado? En algunos sentidos sí, tecnológicamente, pero mentalmente sigue en el siglo 19 y algunos todavía piensan en términos de capitanías hereditarias.  

Han formado en sus dominios verdaderos corrales electorales que les ha asegurado la mayor cantidad de curules en el Congreso Nacional. He oído recién alguien decir que el país es más de 80% urbano (en São Paulo es más del 90%) pero quienes tienen mayoría en el Congreso es la bancada ruralista. Son ellos quienes mandan y eso precisa acabar.

Pero eso no es fácil.

Em cada municipio, em cada colegio electoral, ellos cuentan con el auxilio de otra fuerza conservadora, las varias denominaciones evangélicas, pentecostales y neopentecostales, predicando la teología de la prosperidad y exorcizando todo lo que es para ellos producto del demonio: el Partido de los Trabajadores (PT) y cualquier manifestación contraria al estatus quo.

El centrão (como es llamado el grupo de partidos de derecha en el Congreso), así como el interior es agro y es cristiano-evangélico. En el Congreso aprueban todo con más de 300 votos contra 100 (en el máximo) de las oposiciones. ¿Cómo cambiar el voto de esa gente? Ahí está el intríngulis de cara a las elecciones de octubre.

“Si piensan que Bolsonaro ya perdió, están engañados”, advirtió la periodista Eliane Catanhede, en artículo en el diario Estado de São Paulo de 22/02/2022, que en ese día fue un palíndromo perfecto. En el día 20, el mismo periódico, en editorial, calificaba Bolsonaro de insuficiencia intelectual, moral, administrativa y política y gobernado no por un Congreso, pero por una “Estrovenga” (Según el diccionario: cosa extraña, sin forma definida, despropositada e no común). Concluye que la solución está en el Tribunal Superior Electoral.

Eso muestra lo cuanto están pedidos… No tiene el valor de admitir que han hecho parte del complot que liquidó la frágil democracia y puso en fase terminal el régimen republicano neoliberal y quiere que el Poder Judicial lo resuelva… ¿Cómo? No lo dice.

De hecho, con la izquierda y el centro divididos, ellos –los que están en el poder– tienden a unirse y cuentan con la máquina gubernamental.

La solución es derrotarlos en las urnas. Para eso, repetimos, tenemos que consolidar y fortalecer el amplio, muy amplio, Frente de Salvación Nacional.

Notas

[1] Más información en: https://amazonia.org.br/contra-desmatamento-varejista-alema-aldi-anuncia-que-nao-vendera-mais-carne-brasileira/

Paulo Cannabrava Filho es periodista latinoamericano, editor de la revista virtual multimedia Diálogos del Sur.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.