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¿Defensor de los países en vías de desarrollo o de los industrializados?

Pascal Lamy: el nuevo rostro de la OMC

Fuentes: Deutsche Welle

Sin ningún voto en contra, la Organización Mundial de Comercio (OMC) nombró director al francés Pascal Lamy, a quien le corresponderá el desafío de sacar adelante la empantanada ronda de Doha. «La prioridad debe ser reequilibrar el sistema internacional de comercio a favor de los países en vías de desarrollo». Así lo planteó Pascal Lamy […]

Sin ningún voto en contra, la Organización Mundial de Comercio (OMC) nombró director al francés Pascal Lamy, a quien le corresponderá el desafío de sacar adelante la empantanada ronda de Doha.

«La prioridad debe ser reequilibrar el sistema internacional de comercio a favor de los países en vías de desarrollo». Así lo planteó Pascal Lamy en diciembre pasado, al anunciar su candidatura al máximo cargo de la OMC. Ahora la asamblea anual del organismo confirmó su nombramiento como director, que ya era prácticamente un hecho desde que retiró la candidatura su contendor uruguayo, Carlos Perez del Castillo. Y con ello llega la hora de la verdad para este socialista francés, que se verá enfrentado a una tarea nada simple: lograr un acuerdo entre los 148 miembros de la organización en la actual ronda de negociaciones, centrada en la liberalización de los mercados y en especial del sector agrícola.

«Saco de pulgas»

Como director, no será mucho el poder efectivo de que disponga Lamy. Pero su papel como negociador y forjador de consensos resultará clave en esta encrucijada internacional. «La OMC es un saco lleno de pulgas que saltan de un lado a otro», señaló Rolf Hase, director del Instituto de Política Económica de la Universidad de Leipzig y experto en relaciones económicas internacionales. Su coloquial definición describe el panorama y el desafío que deberá asumir el nuevo jefe: poner orden en la organización.

Que sus credenciales lo avalan está fuera de toda discusión. Como Comisario de Comercio de la Unión Europea entre 1999 y 2004, Pascal Lamy demostró ampliamente sus conocimientos de la materia y sus condiciones personales. Entre éstas destaca la capacidad de negociar sin permitir la exacerbación de las posiciones contrapuestas. Para él, en materia de comercio nunca se debe hablar de «guerras», sino sólo de pugnas.

Lo que augura su trayectoria

Lo que muchos se preguntan en estos momentos es qué cabe esperar de su gestión en términos de impulso para el desarrollo. Algunos críticos destacan que Lamy ha defendido los intereses de los países industrializados y reprochan que, en su función de Comisario europeo, haya presionado a los países en vías de desarrollo para que liberalizaran sectores como el del agua o el de los servicios financieros.

Pero también hay en su currículum aspectos que alimentan el optimismo entre los menos privilegiados. Por ejemplo, fue una de las figuras que impulsó la iniciativa dirigida a permitir a los países más pobres el acceso irrestricto y sin aranceles a los mercados de la Unión Europea. Igualmente intercedió en su momento por permitir la producción de medicamentos más baratos contra el SIDA, la malaria y la tuberculosis para los países en vías de desarrollo. Y, sin duda, su llamado a liberar a las naciones menos desarrolladas de la obligación de abrir sus propios mercados en la ronda de Doha, también le valió varios votos para su elección, en la que no en vano logró superar a sus rivales del llamado Tercer Mundo, pese a que dos tercios de los miembros de la OMC pertenecen a ese ámbito.