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Presentación de La ciencia mal-tratada. Crítica a Razón y Revolución de Alan Woods y Ted Grant, de Manuel Martínez Llaneza, Barcelona: Els Arbres de Farenheit, 2020.

Pensar con rigor y en serio

Fuentes: Rebelión

El libro que el lector tiene en sus manos [1] (o ve en la pantalla [2]) contiene La ciencia mal-tratada, la crítica de Manuel Martínez Llaneza [MML a partir de ahora] a los apartados 16 (“Las matemáticas en al encrucijada”) y 17 (“La teoría del caos”) de Razón y revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna de Alan Woods (1944) y Ted Grant (1913-2006), y una selección de los artículos, siete en total, que se publicaron en las páginas de www.rebelion.org comentando el ensayo.

La obra de Woods y Grant, señala MML, aborda una amplia serie de temas del pensamiento y la ciencia pretendidamente desde la óptica del materialismo dialéctico, concebido éste como ‘una manera de entender el mundo’. Tan interesante empeño, prosigue, “se ve lamentablemente frustrado” y el resultado final es un manual al viejo estilo soviético: por una parte, una exposición esquemática de aspectos del pensamiento de los dos grandes clásicos de la tradición y, por otra, “una clara manipulación de elementos de diversas ciencias que ‘prueban’ la corrección de las previsiones de los fundadores del materialismo dialéctico según la personal versión de los autores”.

El texto de MML es la figura invertida de estas consideraciones. Rigor, seriedad y  compromiso, estas son sus características. No hay en su exposición, espléndidamente escrita por cierto, ninguna manipulación de resultados científicos usada para probar o ‘demostrar’ la corrección, siempre ratificada, o incluso la infalibilidad de las categorías, tesis y contribuciones de lo que la tradición ha llamado (no fue el caso de Marx) materialismo dialéctico.

Su punto de partida lo expresa MML en estos términos: “mi punto de vista sobre la relación entre el materialismo dialéctico y la ciencia es el expresado magistralmente por Manuel Sacristán en su prólogo al Anti-Dühring editado en México D.F. en 1964 por Editorial Grijalbo”, un escrito de apenas 30 páginas que fue esencial en la formación político-filosófica de varias generaciones de luchadores obreros y militantes universitarios. A ese punto de partida, hay que añadir otro: el espíritu crítico que no se deslumbra ni ciega ante fuegos de artificio intelectuales escritos en un lenguaje “profundo y de altos vuelos”, el mismo espíritu que nutre las páginas de las Imposturas intelectuales de Sokal y Bricmont, un ensayo recomendando por el autor.

No hay cientificismo en la posición aquí defendida. MML sabe, como nos enseñó Mario Bunge, que toda investigación científica parte de determinadas ideas filosóficas generales, que la filosofía racionalista e informada puede ser (lo ha sido de hecho) una buena aliada de la ciencia y la técnica responsable, y que todo filosofar que se precie sobre asuntos centrales de la tecnociencia contemporánea exige estudio, esfuerzo y buen conocimiento de causa.

MML no ha pretendido con su escrito zanjar puerilmente el debate sobre la ciencia. Tarea absurda donde las haya. Entre otras causas, porque sabe que este debate debe estar siempre abierto. Lo que sí ha pretendido es ayudarnos “a llevarlo a cabo sobre conocimientos concretos y bases científicas”. No se trata de hablar por hablar o hablar de oídas, ni tampoco de construir “cantos a la nada”. Tampoco de formar parte de los muchos escritos “que aparecen en la sopa intelectual del posmodernismo”, salpicando el texto, venga o no venga a cuento, de referencias a los términos de moda del análisis metamatemático posmoderno (caos, turbulencia, no lineal), entendidos además a la carta.

Por supuesto que es posible y necesaria, como decíamos, una aproximación filosófica documentada a asuntos que siempre han sido de preocupación e interés. Para especialistas y para muchos ciudadanos, para todos nosotros. Pero, para MML, también para mí, Razón y revolución. Filosofía marxista y ciencia moderna no proporciona ninguna ayuda para un filosofar informado ni para futuras investigaciones. Tampoco presenta una reflexión sobre la producción social de las matemáticas ni sobre su relación con otras ciencias. Eso sí, hay muchas “invocaciones litúrgicas” como suele ocurrir en estos casos.

Para MML, lo peor del libro de Woods y Grant es que intenta comprometer la teoría marxista con opciones científicas concretas cuando menos discutibles, o intenta justificar opiniones, más o menos científicas, con la cobertura del marxismo. La tradición ya tiene tristes experiencias de todo ello: la más sonada, la falsificación de la biología por el dogmatismo estalinista (caso Lysenko) por no hablar de la desconsideración (y marginación e incluso persecución) de la lógica formal o la teoría de la relatividad como disciplinas burguesas.

Por ello, en opinión de MML, el enfoque global de la obra de AWTG es reaccionario. Cuando se afirma que los cimientos de las matemáticas se están derrumbando y “que hay que crear un nuevo edificio sobre bases distintas,aparte de mostrar no haber entendido casi nada sobre el proceso de la evolución y cambio científico, “se está haciendo un peligroso llamamiento a apoyar las tendencias irracionalistas que bombardean desde muchos ámbitos los mismos fundamentos del pensamiento de la Ilustración”, que para nuestro autor sigue siendo el soporte más humanista, libre y progresivo de que disponemos. En esa tradición se inserta “de manera clara el pensamiento de Marx y Engels”.

MML nos advierte en los primeros compases que ha intentado proporcionar “una explicación, un ejemplo o una referencia histórica entendibles” para un lector o lectora con nivel de bachillerato de cada uno de los temas que trato. Es suficiente, piensa, para desmontar la impostura. Cumple su palabra: no nos exige un mayor nivel, un nivel inalcanzable o de especialista para seguir sus razonamientos. Se nos exige, eso sí, lectura atenta; no valen aquí las lecturas “en diagonal”.

Con su libro, sostiene MML, Woods y Grant no le están haciendo un buen servicio a la Razón ni a la Revolución. Con su aportación crítica, afirmo yo, MML ha hecho un buen servicio a la racionalidad ilustrada y al cultivo creativo, prudente y no talmúdico de la tradición marxista.

Así, pues, pasen, lean, tomen apuntes, relean en ocasiones, avancen, profundicen, disfruten, reflexionen y, si tienen a bien, hablen de todo ello con sus amistades. El libro que tenemos entre manos (o ante nuestros ojos) lo merece.

Notas:

1)https://www.lulu.com/es/es/shop/manuel-mart%C3%Adnez-llaneza/la-ciencia-mal-tratada/paperback/product-zz8n86.html?page=1&pageSize=4.

2) http://espai-marx.net/elsarbres/wp-content/uploads/2020/11/Ciencias-mal-tratadas_web.pdf.