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Cronopiando

…pero no en Venezuela

Fuentes: Rebelión

Ignoro si el motivo de que el periódico El País haya abierto una sección invitando a los lectores a enviar sus noticias, se debe al interés de su dueño de ahorrarse salarios o si, como asegura el segmento, la opinión del lector «cuenta y mucho». En cualquiera de los dos casos, aquí les dejo constancia […]

Ignoro si el motivo de que el periódico El País haya abierto una sección invitando a los lectores a enviar sus noticias, se debe al interés de su dueño de ahorrarse salarios o si, como asegura el segmento, la opinión del lector «cuenta y mucho».

En cualquiera de los dos casos, aquí les dejo constancia de algunas noticias, por si las consideran dignas de compartir titulares y páginas con «sus» habituales.

-Se cierran medios de comunicación… pero no en Venezuela.

-«Cerrar un medio de comunicación no es el mejor sistema para garantizar la libertad de expresión», dice en Caracas el juez español que más medios de comunicación ha cerrado en el mundo…pero no en Venezuela.

-Al ex preso De Juana lo condenan a 15 años de cárcel por escribir dos artículos de prensa…pero no en Venezuela.

-Denuncian frente a la Moncloa que persiste la tortura porque persiste la impunidad… pero no en Venezuela.

-Detenidos y condenados dos sindicalistas de Corriente Sindical de Izquierdas… pero no en Venezuela.

-Se cancelan listas electorales, se cancelan candidatos, se cancelan votantes, se cancelan derechos, se cancelan elecciones…pero no en Venezuela.

Venezuela es un caso excepcional para los grandes medios de comunicación, y sus editoriales lo manifiestan todos los días.

El asesinato de dirigentes políticos, de un fiscal del Estado, para esos medios, es terrorismo, y debe ser enfrentado con absoluta contundencia… pero no en Venezuela.

Las algaradas en las calles, por ejemplo, la «kale borroka», el apedreamiento de oficinas públicas, la quema de vehículos públicos, es violencia callejera y debe ser enfrentada con todo el rigor que la ley permita…pero no en Venezuela.

Las jornadas de protesta, insisten los medios, siempre terminan por generar desórdenes que desnaturalizan las razones que pudieran motivarlas, perdiendo la legitimidad de su derecho… pero no en Venezuela.

Las huelgas y movilizaciones, en ningún caso pueden afectar los legítimos intereses de quienes no acepten secundar las protestas, y sólo conducen a una mayor crispación y división del país… pero no en Venezuela.

Las violentas manifestaciones en las calles, provocando el cierre de negocios y a la alteración de la paz pública, es un acto repudiable que de ningún modo debe tolerarse porque como bien dijera Benito Juarez: «el respeto al derecho ajeno es la paz»… pero no en Venezuela.

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