El Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzó este año a organizar el Air Force Network Operations Command (Comando de Operaciones de la Fuerza Aérea en el Ciberespacio), con el fin de realizar acciones de guerra contra el «terrorismo» en las redes electrónicas globales. La nueva rama militar articulará la intervención de servidores, espionaje en […]
El Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzó este año a organizar el Air Force Network Operations Command (Comando de Operaciones de la Fuerza Aérea en el Ciberespacio), con el fin de realizar acciones de guerra contra el «terrorismo» en las redes electrónicas globales. La nueva rama militar articulará la intervención de servidores, espionaje en la red, organización y preparación sistemática de expertos en cibernética, monitoreo de información legal sobre la delincuencia organizada, «intromisión legal» a las compañías de telecomunicaciones y ensayos de «bombas electrónicas» que inhabiliten los sistemas de redes cuando así se requiera.
Las operaciones virtuales incluirán: Internet, redes computacionales públicas y privadas, espectro electromagnético (radio y televisión) y telefonía celular. Será un nuevo campo de batalla no convencional que apoye los movimientos y las ofensivas militares terrestres, aéreas y marítimas en cualquier parte del mundo. La medida fue anunciada por el Secretario de la Fuerza Aérea, Michael W. Wynne, quien informó que al frente de la nueva dependencia estará el general Robert Elder, especialista en espionaje electrónico y responsable de suministrar datos de inteligencia durante la administración de Donald Rumsfeld en las aventuras bélicas contra Afganistán e Irak. Lani Kass, actual directora de la fuerza militar en el ciberespacio, sostuvo recientemente que algunas explosiones contra objetivos estadunidenses en Irak y los ataques a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001, fueron planeados por operadores expertos en Internet y en comunicación satelital. «Estamos ya ante una guerra en el ciberespacio.
Nuestros enemigos están usando con mínimos conocimientos las herramientas tecnológicas de las redes y lo hacen a bajo costo para poder actuar en este campo en función de atacar asimétricamente». Elder detalló la estrategia: «Tratamos a la Internet como un campo de guerra, dando prioridad a las acciones en el ciberespacio y acompañarlas si es necesario con acciones en el espacio aéreo, incluso terrestre.» El Pentágono ha perdido credibilidad tras conocerse los mecanismos ilimitados de guerra, las masacres, las torturas en cárceles y el torcimiento de las leyes internacionales, como recientemente sucedió con la decisión del ahorcamiento del líder iraquí Sadam Hussein.
La era del Gran Hermano
James Petras, reconocido investigador y especialista en temas geopolíticos de la Universidad de Binghamton, Nueva York, señaló que con ese anuncio se inaugura una policía cibernética sin precedentes. Con el Comando de Operaciones de la Fuerza Aérea en el Ciberespacio los militares del Pentágono «indican que están dispuestos a todo. Ningún área dejará de ser intervenida; vamos tener el Gran Hermano que monitorea todas las comunicaciones que actualmente se practican». Así como en toda guerra de intervención hay objetivos y destrucción de enemigos, ahora «se capacitarán a asesinos de la web; especialistas preparados para aniquilar los mensajes que conllevan información, digo matando en el sentido de abolir y eliminar los mensajes que dirigen la información y los sitios electrónicos».
En estricto sentido, «se trata de ‘asesinatos’ paralelos a los físicos» que complementarán las estrategias de confrontación y acciones bélicas; serán como «una estructura paralela a los paramilitares que ya se utiliza en muchos conflictos como Irán, Afganistán y ahora Somalia y Colombia». La conformación de esta estructura es ilegal puesto que no tiene un claro marco regulatorio ni en Estados Unidos ni en el resto del mundo, porque desecha cualquier interpelación en las cortes y juzgados al sostener que se libra una lucha contra el terrorismo donde quiera que se encuentre. «Ellos (los militares) funcionan en dos canales. Uno es el legal, tratando de montar procesos judiciales o aprobar legislaciones a partir de instrumentos ejecutivos, decretos e intervenir los sitios críticos.
Mientras este canal legal funciona no debemos olvidar que hay otros canales que se están utilizando para generar desinformación». Citó el caso personal sobre sus artículos críticos publicados en Internet que son comentados con distorsiones sobre las tesis planteadas. También se intervienen sitios para controlarlos, se destruyen redes y equipo de computación. Para el autor del libro el Nuevo Orden Criminal, en el cual detalla otra perspectiva de lo que pasa en el mundo tras los ataques a las Torres Gemelas, la estrategia del gobierno de Estados Unidos radica en «utilizar todos los instrumentos para contrarrestar el enorme papel que está jugando la web ahora en la educación del público, escapando a la influencia de los grandes medios de comunicación que hasta hace poco eran el principal canal de desinformación.»
Apunta que «como se han dado cuenta de la existencia de prensa alternativa y existe información crítica de la actuación de Estados Unidos por las atrocidades que está cometiendo, criticando las mentiras para justificar las agresiones, se tomó la decisión de penetrar los sitios de la web y tratar de neutralizar su influencia, incluso interviniendo los sitios para reprimirlos, hacer juicios y encarcelar a los autores de las webs críticas».