Comenzamos la publicación del documento de perspectivas votado por el congreso de la CMI Venezuela, celebrado los días 25 y 26 de junio en Caracas. En la primera parte analizamos las contradicciones de la situación que se vive en el país; el sabotaje de la burguesía a la economía nacional y sus consecuencias, los problemas […]
Comenzamos la publicación del documento de perspectivas votado por el congreso de la CMI Venezuela, celebrado los días 25 y 26 de junio en Caracas. En la primera parte analizamos las contradicciones de la situación que se vive en el país; el sabotaje de la burguesía a la economía nacional y sus consecuencias, los problemas de inflación, la caída de la producción y las limitaciones de la política de los reformistas.También dedicamos una parte importante a la cuestión de la vivienda en Venezuela.
«La situación política mundial del momento, se caracteriza, ante todo, por la crisis histórica de la dirección del proletariado».
«La premisa económica de la revolución proletaria ha llegado hace mucho tiempo al punto más alto que le sea dado alcanzar bajo el capitalismo. Las fuerzas productivas de la humanidad han cesado de crecer. Las nuevas invenciones y los nuevos progresos técnicos no conducen a un acrecentamiento de la riqueza material. Las crisis de coyuntura, en las condiciones de la crisis social de todo el sistema capitalista, aportan a las masas privaciones y sufrimientos siempre mayores. El crecimiento de la desocupación ahonda a su vez la crisis financiera del Estado y mina los sistemas monetarios vacilantes. Los gobiernos, tanto democráticos como fascistas, van de una quiebra a la otra».
«Las charlatanerías de toda especie según las cuales las condiciones históricas no estarían todavía «maduras» para el socialismo no son sino el producto de la ignorancia o de un engaño consciente. Las condiciones objetivas de la revolución proletaria no sólo están maduras sino que han empezado a descomponerse. Sin revolución social en un próximo período histórico, la civilización humana está bajo amenaza de ser arrasada por una catástrofe. Todo depende del proletariado, es decir, de su vanguardia revolucionaria. La crisis histórica de la humanidad se reduce a la dirección revolucionaria».
León Trotsky, Programa de Transición
La cita que hacemos de Trotsky tiene plena vigencia hoy. La crisis del proletariado a nivel mundial radica en su dirección. Los capitalistas han vuelto a renovar sus ganancias ante la frágil y débil recuperación económica a costa de los trabajadores. Sin embargo, como hemos explicado en la Corriente Marxista Internacional, el crecimiento económico se ha convertido dialécticamente en su contrario, como lo han demostrado los acontecimientos en Túnez, Egipto, Libia, Siria, Arabia Saudita. Lo mismo vemos en América Latina ante el auge de la lucha de clases en todo el continente.
Venezuela ha sido, hasta el momento la llama de la lucha de clases a nivel mundial. Sin embargo, la revolución bolivariana atraviesa el más profundo proceso de contradicciones de los últimos años. El aplastante triunfo electoral de 2006 dio una fuerza profunda al movimiento, creando las condiciones para acabar de manera definitiva con el capitalismo, pero el Gobierno, tratando de hacer avances con la legalidad e institucionalidad burguesa trató de hacer cambios a través de la reforma un año después, obteniendo un duro revés y la primera derrota electoral de la Revolución. A esto se suma el triunfo de la derecha en 5 regiones (más la traición del gobernador de Lara), y el relativo «triunfo» de las elecciones de diputados han marcado a la revolución durante el último periodo. El Gobierno ha acertado en algunos puntos importantes, pero de manera general las conclusiones que ha sacado han sido equivocadas, tratando de impulsar las 3R de manera improvisada, dando amplio margen a los ataques de la derecha. La burocracia y las históricas concesiones que este ha dado, han hecho que un importante número de revolucionarios se queden en sus casas en cada movilización. Las contradicciones están dejando espacio a la apatía y al desanimo de las masas bolivarianas y de un grupo importante de dirigentes del movimiento. Tal como explica Trotsky si la Revolución socialista no avanza en el próximo período histórico, Venezuela y América Latina estará amenazada de ser arrasada por una catástrofe.
Economía política
El último periodo del Gobierno ha estado marcado por profundas contradicciones: aumentos de precios, devaluación de la moneda, inflación, delincuencia. Venezuela ha sido víctima de las oscilaciones del mercado mundial, con bajas en los precios de materias primas, fundamentalmente del petróleo.
La burguesía ha dejado de invertir en capital constante hace tiempo (maquinarias, galpones, materias primas) saboteando al máximo las relaciones sociales de producción. El Gobierno ha sacado la conclusión de que el Estado pueda intervenir en la economía sin consecuencias, imponiendo todo un régimen de regulaciones a las empresas e industrias. Ha sido de esta manera como el Estado ha tratado de combatir el acaparamiento y la especulación que mantiene la burguesía en una constante guerra económica como correctamente la denominó Chávez. Pero como hemos dicho, las regulaciones cierran las puertas al normal funcionamiento del mercado abriendo espacio al caos, apoyado por un sabotaje sin precedentes por parte de las grandes empresas. La inmediata respuesta de la burguesía a esta política ha sido dejar de invertir en la industria nacional y echar a miles de trabajadores a la calle.
La coalición de las fuerzas revolucionarias con la burguesía planteadas por los reformistas han llevado a Venezuela a la catástrofe actual, donde los burgueses venezolanos no juegan ningún papel independiente al imperialismo mundial, lo mismo que los bancos, íntimamente ligados al gran capital financiero imperialista. Lo mismo podemos decir de los latifundistas, mezclados a su vez con la burguesía bancaria e industrial.
En países como Francia o Inglaterra, la burguesía jugó un papel progresista frente al feudalismo. Ante la descomposición social cada vez más acuciante en la Francia feudal del siglo XVIII, comenzó a resquebrajarse la estabilidad del poder feudal, como consecuencia de la explotación cada vez más salvaje de los campesinos y campesinas franceses que comenzaban a sublevarse contra la aristocracia. Es allí cuando la burguesía, durante el período histórico conocido como la revolución francesa, planteó la abolición de la propiedad feudal sobre la tierra, la sustitución del estado monárquico feudal por el estado capitalista moderno en su forma de democracia parlamentaria, y planteó la separación entre la iglesia y el estado. Por medio de la consigna de la reforma agraria, la burguesía logró ganar al campesinado oprimido sin tierra a sus filas, de esa forma contó con la base social necesaria para derrocar a la aristocracia e imponerse como la nueva clase regente de la sociedad.
Una vez derrocado el poder feudal, implementada la democracia burguesa y abolida la propiedad feudal sobre la tierra, pudo entonces la burguesía francesa sobre estas bases económicas y políticas desarrollar la industria y a su vez desarrollar el propio sistema capitalista. En Venezuela, la incipiente burguesía comercial y dueña de las primeras pequeñas industrias del país, al momento de la revolución de independencia, no jugó el mismo papel que la burguesía francesa, por el contrario, jugó el papel opuesto.
La incipiente burguesía venezolana, estaba fuertemente ligada a la aristocracia, y era incapaz de romper con ésta, porque también era propietaria de tierras a su vez. Por esta razón, la reforma agraria no constituyó nunca una tarea acabada en Venezuela, ni en ninguna otra colonia. Más aún, el esclavismo, que es un modo de producción previo al feudalismo y que ya había desaparecido en Europa para la misma época, tampoco fue abolido por la burguesía venezolana, aún y cuando estaba planteado como una de las tareas de la revolución de independencia (decreto de manutención de los esclavos de Bolívar).
Durante la revolución rusa de 1905, Trotsky pudo observar un fenómeno similar. Ante la movilización de cientos de miles de obreros y obreras rusas en la calle, luchando por más derechos y reivindicaciones democráticas, y pidiendo la abolición del estado feudal monárquico en Rusia, la burguesía rusa jugó un papel reaccionario. En vez de llevar adelante la abolición del estado monárquico zarista y del sistema feudal de propiedad de la tierra, la burguesía se unió a la aristocracia para aplastar a la revolución que se estaba desarrollando.
La conclusión era obvia y Trotsky logró deducirla de los hechos ocurridos. En la época del imperialismo, ninguna burguesía de un país colonial o semicolonial es capaz de llevar adelante las tareas que realizó la burguesía francesa en 1789. En las condiciones del capitalismo imperialista, la única clase que, tomando el poder puede llevar adelante la reforma agraria y la industrialización de nuestros países es la clase obrera. Es esta la esencia de la Teoría de la Revolución Permanente de León Trotsky.
Este ejemplo, unido al de la revolución española en los años treinta, china en 1925 y muchos otros trágicos casos a lo largo del siglo XX demuestran la veracidad de esta teoría.
En numerosas revoluciones los sectores reformistas y estalinistas han planteado la incapacidad de avanzar hacia el socialismo en un país semicolonial, por ello han planteado alianzas con los sectores «patrióticos» de las burguesías de nuestros países, para enfrentar al capital transnacional, industrializar nuestros países, hacer la reforma agraria y poder desarrollar un capitalismo nacional frente a las economías capitalistas imperialistas, como una etapa previa y necesaria para entonces poder en algún futuro construir el socialismo. El trágico fracaso de la revolución sandinista, es un crudo ejemplo que demuestra lo erróneo de la política etapista planteada por reformistas y estalinistas.
Los reformistas piensan que la burguesía venezolana puede jugar el mismo papel que jugó la burguesía francesa, pero la burguesía venezolana ha llegado tarde para cumplir sus tareas históricas como el desarrollo de las fuerzas productivas y la reforma agraria. Por lo tanto, para desarrollar la industria y satisfacer las necesidades básicas de las masas, la clase obrera debe tomar el poder expropiando a la burguesía como clase social dominante y desmontar el corrompido aparato burgués actual. La revolución no puede quedarse en los limitados marcos nacionales como ha acontecido con la revolución cubana, por lo tanto comienza en el terreno nacional y posteriormente se desarrolla a nivel internacional y mundial. Esto es lo que explica León Trotsky en la teoría de la revolución permanente.
El problema de la revolución venezolana radica en su dirección. Dentro del movimiento bolivariano se han unido las masas, obreros, campesinos y pobres. Pero en la dirección actual hay toda clase de arribistas, corruptos, carreristas, burócratas y demás. Son estos los que mantienen el estancamiento de la revolución en la actualidad.
Inflación sin freno
Uno de los logros de la revolución y del gobierno bolivariano ha sido contribuir notablemente a un mayor acceso a los bienes de consumo necesarios por parte de la población trabajadora, eso lo corrobora incluso una institución burguesa y reaccionaria como la ONU, que en particular, destaca el haber logrado un mayor acceso a la canasta alimentaria por parte de las familias trabajadoras venezolanas. Ahora bien, debemos preguntarnos, ¿Sobre la base de cuáles políticas económicas ha sido logrado este objetivo? La principal política en este sentido son las becas de estudio y trabajo, como es el caso de las becas otorgadas en las misiones Robinson, Ribas, Sucre, Che Guevara y Madres del Barrio. Esto significa que se ha aumentado la cantidad de masa monetaria circulante en manos de la población más desposeída para el acceso a bienes y servicios.
Sin embargo, inyectar grandes cantidades de masa monetaria en la economía venezolana, sin aumentar la productividad de nuestra industria, significa incrementar fuertemente la demanda en nuestra economía sin incrementar la oferta, y ello implica inevitablemente un fuerte aumento en los niveles de inflación.
Según cifras del propio Banco Central de Venezuela los niveles de liquidez monetaria han llegado incluso a alcanzar la astronómica cifra de 302.024 millones de bolívares en el mes de marzo del presente año, y producto de esa enorme cantidad de masa monetaria circulante, los últimos doce trimestres han acumulado una inflación de un 405%, lo que a su vez ha golpeado la capacidad del salario de los trabajadores y trabajadoras para comprar alimentos. A esto se suma la devaluación de la moneda de 2,4 a 4,30. Esto presiona al dólar «permuta», pues el Estado, al inyectar más masa monetaria hace que él permuta esté cada vez más alto, de esa manera obtiene más moneda nacional para afrontar los gastos y poder mantener las misiones y subsidios. Frente a esta situación el propio Gobierno Bolivariano ha realizado varias emisiones de bonos para reducir semejante liquidez, pero sin ningún resultado.
Tras el paro petrolero del 2002-2003, el Gobierno acertó en imponer el control de cambios. Sin embargo, la fusión del control de cambios y la elevada inflación sobrevaluó la moneda, comparándola con las demás monedas de los principales socios comerciales de Venezuela, y esto a su vez empujó al Gobierno a importar masivamente productos que resultaban más baratos que los que se elaboran en el país.
Al no expropiar a la burguesía, ésta se ha aprovechado y ha puesto al Gobierno entre la espada y la pared en varias ocasiones para subir los precios de los alimentos y bienes de primera necesidad. Por lo que el Gobierno se ha visto en el dilema de mantener una alta inflación o enfrentar la escasez de productos como ha amenazado la burguesía muchas veces. El año pasado la capacidad de compra del salario cayó un 5,3% y el precio de los alimentos ha acumulado un 37% hasta febrero de este año según las propias cifras del Gobierno. Según el economista burgués Jesús Cacique, la inflación acumulada en 12 años en Venezuela es de 961%; mientras en Uruguay llega a 147%, Nicaragua 170%, Costa Rica 212%, Ecuador 480%, Brasil 114%, México 86% y EE.UU 34% (1).
Recientemente explicamos en nuestro artículo La batalla ideológica: «Según Armando León Director del Banco Central, con la devaluación se incrementará gradualmente los precios de los alimentos regulados como la leche, el arroz y la harina de maíz. Según el directivo del BCV, la devaluación afectará la inflación en dos puntos para este año. Mientras que para el Presidente del Banco Central Nelson Merentes el «trabajo articulado con el sector privado es fundamental para detener y bajar la inflación» esto lo dijo en el foro «2011: Retomando la senda del crecimiento», organizado por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), y afirmó que: «se requiere de mucha organización entre el Gobierno y las empresas privadas para regular el nivel de precios». ¿En qué país vive Nelson Merentes? Según este, la economía «ya salió de lo peor y si es posible crecer en 2011 y 2012″ esta es la misma canción que nos cantaba a finales del 2008».
Nelson Merentes reconoció en el programa José Vicente Hoy que la devaluación: «Afecta en 2 ó 3 puntos la inflación (…) El hecho de que cambies la paridad dólar-bolívar afecta pero en cierto periodo alrededor de 6 a 8 meses, y después se estabiliza». Fue en la misma entrevista donde éste aceptó que la economía crecería un miserable 2% que es lo calculado en el presupuesto nacional, y afirmó a su vez que la inflación este año cerraría entre un 23% o 25%. Hasta el momento no nos explicamos cómo se mantendrán esas cifras tras la devaluación que ha implementado el Gobierno. Mientras, la derecha no cesa en su campaña contra la «masa monetaria circulante» que produce la inflación, hablando que es necesaria la «estabilidad monetaria». Los marxistas abogamos hoy por la escala móvil de salarios como correctamente lo explicó León Trotsky en el Programa de transición: «Ni la inflación ni la estabilización monetaria pueden servir de consignas al proletariado porque son las dos caras de una misma moneda. Contra la carestía de la vida que, a medida que la guerra se aproxima, se acentuará cada vez más, sólo es posible luchar con una consigna: la escala móvil de los salarios. Los contratos colectivos de trabajo deben asegurar el aumento automático de los salarios correlativamente con la elevación del precio de los artículos de consumo».
«Importarlo todo»
Para frenar el alza de los precios de los alimentos el Gobierno ha anunciado en varias oportunidades importar para abastecer el mercado y mantener los precios bajos a través de subsidios. Sin embargo ésta medida no ha logrado bajar los precios de los alimentos, y a su vez si se mantiene la política de importaciones se crearan menos puestos de trabajo. Recientemente el Ministro de Alimentación, Carlos Osorio, plantó la posibilidad de «importarlo todo», haciendo referencia a varios productos de la cesta básica (trigo, leche, aceites, maíz amarillo y materias primas). «Esos rubros los vamos a monitorear hasta el punto que si tenemos que importarlo todo para proteger a la población, lo haremos. No significa que los estemos haciendo. Pero si tenemos que hacerlo, lo haremos. No vamos a permitir que los privados manipulen o cambien precios internacionales para hacer sus negocios» (2).
Nos gustaría preguntarle hoy al Ministro, si los empresarios están saboteando la economía, que es mejor, ¿importarlo todo o expropiar sus empresas? Sin embargo, según el BCV, la política de «importarlo todo» ya lleva algún tiempo. Explica que las importaciones públicas han aumentado un 72%. «Este comportamiento se debió fundamentalmente a que el valor de los bienes demandados por el sector público se ubicó 72% por encima del correspondiente al cuarto trimestre de 2009; en este crecimiento continúan resaltando los alimentos, los aparatos eléctricos, las maquinarias y equipos y los metales comunes, entre otros». El BCV explicó que el 50,7% de las importaciones vinieron de Estados Unidos, Brasil y China (3).
La política de «importarlo todo» nos ha llevado a cifras dramáticas que nos ofrece el BCV, donde las compras externas del Gobierno han subido de 880 millones de dólares en 1998 a 7,6 millardos de dólares en el 2010. En términos relativos, han aumentado de 5,3% a 19,7% del total importado por el país. Igualmente, las importaciones del sector privado también han aumentado. En 1998 eran 14,38 millardos de dólares y en 2010 sumaron 25,41 millardos de dólares, un repunte de 77% (4).
Como hemos visto Venezuela no escapa a las tensiones y subidas de precios por parte del mercado internacional. Hoy en día el Gobierno ve con preocupación la subida de los precios de los alimentos a nivel mundial, producto de la especulación de los precios de los alimentos, más el terremoto y el tsunami en Japón, por lo tanto, la política de «importarlo todo» se puede ver seriamente afectada. La subida de los precios del petróleo ha logrado inyectar dinero al Gobierno, de manera que este pueda incentivar cierto crecimiento a través del gasto público, pero el incremento de la demanda se va a encontrar inevitablemente con una oferta cada vez más limitada, por lo que haría es incrementar cada vez más la inflación en vez de disminuirla.
La inflación está empujando los precios de los alimentos de la canasta básica al alza. Para el mes de febrero, el Instituto Nacional de Estadística (INE) dijo que el gasto de una familia promedio de 05 personas pasó de 350,49 bolívares en enero de 2005 a 1.423,99 bolívares en igual mes de este año, según los costos de la canasta básica. Como explica la página web del INE, éste mide los precios de los 50 productos alimentarios más consumidos para calcular su costo de una familia promedio.
Sólo en Caracas, el índice de precios al consumidor (IPC) avanzó 255% en seis años. Y como bien explica el INE, 44% del costo total de la canasta básica de alimentos se va en rubros que no están regulados como las frutas, hortalizas y tubérculos (5).
Lo que vemos, es que el alza de los precios de los alimentos básicos no ha crecido al mismo ritmo que el salario mínimo. Por ejemplo, en enero del 2005 el salario mínimo se ubicaba en 321 bolívares y alcanzaba para cubrir el 91,6% de los gastos en alimentación. Pero seis años después, el actual salario de 1.223,89 bolívares, sirve para cubrir el 85,90% de los productos de la canasta básica.
Estamos hablando en este caso sólo de la canasta básica, sin contar los altos costos de alquiler de una familia obrera, que por ejemplo, en la ciudad de Caracas oscilan entre 3000 Bs.F hasta llegar a 5000, 7000 o 8000 Bs.F. Además no se incluye los gastos en salud, educación, recreación. Es decir, que una familia obrera le alcanza prácticamente para la comida. A pesar del aumento del salario mínimo a 1.548 Bs.F, este aún no alcanza a satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores.
Los altos precios de los alimentos y el alto costo de la vida están golpeando con fuerza la conciencia de las masas. Lo vemos ahora más que nunca, al tener la menor participación de las masas en las marchas y eventos a favor de la Revolución y a su vez en los resultados electorales. El Gobierno ha acertado al nacionalizar una parte importante de las cadenas de supermercados como Cada y Éxito, pero como hemos dicho, las nacionalizaciones parciales no son suficientes.
Caída de la producción
El aparato productivo nacional sigue mayoritariamente en manos de la burguesía nacional apátrida, que vinculada con sectores transnacionales ha venido sometiendo al pueblo al acaparamiento, desabastecimiento y encarecimiento de los productos de primera necesidad a niveles insostenibles, haciendo que el poder adquisitivo de los trabajadores y el pueblo venezolano vaya mermando cada día más, a pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional en aumentar el salario mínimo, controlar los precios y mantener el control de cambios. La Inflación especulativa es un fenómeno del cual no ha podido zafarse el Gobierno y es uno de los más grandes flagelos que afecta a la población en todos los rubros.
Como hemos dicho la producción nacional ha caído producto de un gigantesco sabotaje por parte de la burguesía y a su vez el sabotaje burocrático que no ha hecho más que incrementarse en el último periodo. La burocracia a través de Cadivi, ha inyectado grandes cantidades de dólares a la economía (cosa que la burguesía niega constantemente).
En un artículo publicado por el periódico burgués Reporte de la Economía, nos dice que mientras la burguesía se lleva la mayoría de divisas del país, su aporte a la economía nacional está apenas en el cuarto lugar tras el sector estatal: «Los ingresos del sector privado están en el cuarto lugar con el mayor aporte de divisas con sus US$ 3.121 millones de lo que representó apenas un 6,87% del total de ingresos de divisas del año pasado, a diferencia del periodo anterior donde la contribución de dicho sector había representado el 13% del total. Como cosa muy paradójica, de lado de los egresos el sector que se lleva la mayor parte, es precisamente el sector privado, a quien se le otorgaron el año pasado casi US$ 30.000 millones de un total de ingresos de divisas de US$ 53.754, lo que representó el 55% del total, con lo cual el Gobierno con sus políticas socialistas por un lado destruye la producción interna y por el otro crea una burguesía parasitaria importadora a la cual tiene que entregar la mayor cantidad de divisas que produce el país, burguesía que entonces vive a la sombra del Gobierno» (6).
Tras la burla del autor sobre el socialismo y la burguesía, vemos una gran realidad: la burguesía se lleva la mayor parte de las divisas del país, pero para producir cada vez menos e importar cada vez más. El aumento del gasto público antes de las elecciones del 26-S del 2010 no logró sacar al país de la intensa recesión por la que atravesó hasta octubre del año pasado. El Gobierno ha tenido que aplicar ajustes y medidas antipopulares como el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 9% a 12%, devaluó la moneda en enero y diciembre, incrementó los precios de algunos alimentos que estaban regulados. A esto se suma la crisis eléctrica, donde el estado tuvo que hacer una inversión de prácticamente 10.000 millones de dólares. Sería inocente pensar que estas medidas no afectaron los resultados de las elecciones del 26-S.
El Producto Interno Bruto (PIB) industrial cayó 0,4% en el cuarto trimestre del 2010 con dos años y medio en recesión técnica. Estas cifras del BCV explican que el sector manufacturero sigue su caída, sumando los 0,4% el último trimestre del 2010 y con la caída de 6,9% que registró en el mismo trimestre de 2009, lo que acumula una contracción acumulada de 7,3% del PIB industrial desde el 2008, golpeando con ferocidad los puestos de trabajo, los salarios y los derechos de los trabajadores, dejando a miles de obreros en la calle.
El propio BCV explica: «se observó contracción en las industrias del caucho y plástico (-3,4%), productos elaborados de metal (-1,9%), metales comunes (-9,0%), maquinarias y equipos (-26,0%), vehículos (-26,1%), edición e impresión (-3,3%), cuero y calzado (-13,3%), textiles (-16,7%) y productos de madera (-19,3%)». Los obreros de todos estos sectores se están viendo fuertemente afectados por el gigantesco sabotaje implementado por la burguesía. Esto es parte de la política equivocada de «importarlo todo» donde miles de obreros se están viendo afectados (7).
El propio BCV afirma que la caída de la minería llegó a 9 trimestres en recesión, con una caída de 17,5% entre octubre y diciembre. La caída que ha tenido el sector en todo el 2010 fue de 13,4%, superior a las caídas de 11,2% del 2009 y 4,2% en el 2008. Estas cifras demuestran el incremento de la lucha de clases en las empresas básicas de Guayana como veremos más adelante.
La construcción es una de las actividades que creció en el 2009, pero en el 2010 cayó en un -7,2%. La recesión del sector se agravó aún más a medida que avanzaba el año: 5,8% en el segundo trimestre, 7% en el tercero y 8,6% en el cuarto. El comercio tuvo una caída de 2,9% en el cuarto trimestre y 6,1% en todo 2010 y a su vez mientras que la industria tuvo una caída de 0,4% y 3,4%. La electricidad y el agua cerraron con una disminución de 6,1%. Cerraron 2010 con retrocesos las instituciones financieras (-4,9%), el transporte (-2,6%) y los servicios empresariales (-1,2%). A su vez, la Cámara de la Industria del Vestido dijo que sus ventas cayeron un 25% al cierre del 2010 (8).
Las cifras que tenemos en mano son realmente dramáticas. La situación hoy en el país comienza a ser insostenible. Para mantener todos los puestos de trabajo, urge nacionalizar la industria bajo control obrero.
Ni el imperialismo ni la burguesía nacional invierten en Venezuela
Los reformistas no paran en sus discursos y entrevistas en alagar a la burguesía, diciendo una y otra vez que no es tarea del Gobierno nacionalizar los grandes medios de producción, que por lo tanto pueden dormir tranquilos e invertir con confianza en Venezuela. Entre estos encontramos al Vice-Presidente Elías Jaua. Como explica claramente el camarada Alan Woods:
«En una reciente entrevista en Contragolpe ( http://www.vtv.gov.ve/videos-emisiones-anteriores/46775 ), Elías Jaua (el vicepresidente), declaró que el reconocimiento de la propiedad privada es un principio básico del Movimiento Bolivariano y que las expropiaciones fueron «sólo para los monopolios y la oligarquía». Muy bien, estamos de acuerdo. Pero inmediatamente él vuelve confuso todo el tema introduciendo la cuestión de empresas familiares pequeñas y medianas, etc. Esto ha sido arrastrado por los pelos para justificar no llevar a cabo la expropiación de los grandes bancos y monopolios.
«Se trata de una propuesta de ABC que las empresas pequeñas y medianas no tienen ningún papel independiente en la economía. Todas las decisiones principales son tomadas por las juntas directivas de los grandes bancos y monopolios. Por esa razón, no es en absoluto necesario nacionalizar las empresas pequeñas, pero es muy necesario nacionalizar los grandes bancos y monopolios. ¡Pero en el mismo programa el camarada Jaua negó cualquier intención de nacionalizar Polar! ¿Alguien piensa que Polar es una «pequeña o mediana empresa»? ¡Si esto no es un monopolio, entonces no sé lo que es un monopolio!»
«De esta entrevista se concluiría que el compañero Jaua no tiene ninguna intención de nacionalizar nada. En su lugar, habla en términos vagos sobre la «democratización» del aparato productivo, ¡a saber lo que esto quiere decir! «Estamos en un estado de constante diálogo con el sector privado», el compañero nos informa. Sí, este «diálogo» ha estado teniendo lugar durante mucho tiempo y ya hemos visto los resultados del mismo. El Presidente pide a los empresarios una reunión y les insta a invertir. ¿El resultado? Disminuye la inversión privada. La burguesía no invierte sino que envía su dinero al extranjero. Se trata de una huelga de capital. Todo el mundo lo sabe. Pero los reformistas entierran sus cabezas en la arena y hablan de la necesidad de «diálogo» y un «bloque patriótico», y los burgueses se ríen todo el camino hasta el banco».
El gran revolucionario ruso León Trotsky, explicó con claridad la política nefasta llevada a cabo por los reformistas y estalinistas en la Revolución Española, diciendo que el lugar de la burguesía ha sido ocupado por su sombra. Como vemos, igual que en España, a pesar de los constantes llamados de los reformistas de que la burguesía participe con ellos, estos ni siquiera se han tomado la molestia de participar en el Polo Patriótico, pues la mayoría de los explotadores están del lado de la derecha agrupados en Fedecamaras. Desde el comienzo de la revolución bolivariana, los burgueses han entendido con claridad que, cualquiera que fuese su carácter al comienzo, el movimiento va dirigido contra la propiedad privada de los medios de producción y la tierra.
El mal denominado grupo empresarios por Venezuela (EMPREVEN) se ha hecho polvo cósmico. Uno de estos, Alejandro Uzcátegui, estuvo implicado en casos de estafa, corrupción y buscado por la Interpol. Hoy en día ha sido perdonado por altos burócratas que seguramente estuvieron implicados con él, mientras los que quedaron del grupo aparecen cada vez que pueden en la televisión estatal exigiendo aumentos de precios «socialistas». A estos se suma el antes venerado empresario Walid Makled, hoy tras las rejas por ser un peligroso narcotraficante asesino, lo que demuestra el carácter parásito de la burguesía venezolana. Los constantes llamados a la burguesía nacional e internacional para que invierta en el país caen constantemente en saco roto, como lo podemos ver en los siguientes puntos:
A. En un reciente estudio realizado por el instituto burgués IESA, en Venezuela se necesitan 17 procedimientos para poder abrir una empresa. Además, estos procedimientos pueden tardar 141 días aproximadamente. El Índice de Clima Económico (ICE) ubica al país en el puesto 144 de un total de 183 y en último lugar de 11 países de Suramérica en términos de facilidad para hacer negocios entre octubre de 2010 y enero de 2011.
B. El Foro Económico Mundial explica que Venezuela es uno de los países menos competitivos del mundo y coloca al país en el puesto 122 de 139 naciones como el menos competitivo de América Latina. El FEM explica: «El ambiente competitivo de Venezuela parece empeorar cada año, con una adversa evaluación del panorama institucional y eficiencia de los factores de mercado (mercado de productos, eficiencia del mercado laboral, y desarrollo del mercado financiero)» (09).
C. La Cámara Venezolano Americana de Comercio e Industria (Venamcham) afirma que en su encuesta de coyuntura que el 31% de sus miembros no invertirá en el 2011 y dicen además, que la caída de las ventas ha hecho que el 36% de los burgueses disminuya el número de trabajadores en sus empresas, con un alza de cinco puntos en comparación a los números del 2009, cuando los burgueses afirmaban que sólo 31% había realizado recortes (10).
D. En su informe sobre Riesgo Crediticio de la Deuda Soberana, la firma británica CMA, Venezuela se ubica detrás de Grecia como los países con mayores posibilidades de no pagar su deuda soberana (11).
La prensa burguesa mundial no cesa en decir que Venezuela es el peor país para hacer inversiones del mundo. Entonces ¿Cómo los reformistas pueden hacer constantes llamados a la burguesía para que inviertan?
Sin embargo, los tres ejemplos mencionados son pequeños tras la producción petrolera. Antes del informe del Rafael Ramírez en la Asamblea Nacional, la producción petrolera era de 30 millones de barriles según cifras oficiales del momento.
En un reciente informe realizado por la firma Capital Economics, citado por la revista burguesa The Economist dice que hay un riesgo creciente de que el Gobierno (venezolano) cesaría sus pagos en el año 2012. Este informe explica que sus dudas se basan sobre el informe a la Asamblea Nacional del Ministerio de Energía y Petróleo, donde este afirmó que en Venezuela se produce 2,78 millones de barriles diarios y no los 3 millones que era la cifra oficial hasta el 2009.
Pero el Gobierno afirma que la caída de la producción fue producto del retiro de petróleo del mercado exigido por las cuotas de la OPEP. A esto se suma la caída de 12,2% en inversión como explicó el Ministro, para poder mejorar la producción de por lo menos 70 pozos viejos y de difícil mantenimiento. Pero aún así, los reformistas esperan con que algún día llegaran los burgueses e invertirán en Venezuela.
El propio Banco Central, en su informe de fin de año, afirma que la extracción de crudo y gas ha experimentado un descenso de un 2,8%. Estas cifras demuestran la imposibilidad del Gobierno de depender exclusivamente del petróleo para poder mantener las importaciones y la economía. El Gobierno quiere en realidad que se recupere la economía mundial y que aumente el consumo de petróleo por parte de las grandes potencias imperialistas, pero el panorama para una prolongada recuperación de la economía mundial parece sombrío.
Aumento de la criminalidad
El capitalismo y el atraso de las fuerzas productivas en Venezuela han dejado graves consecuencias para toda la población. A esto se debe los altos índices de criminalidad en el país. El Ministro de Interior y Justicia, Tarek El Aisami, reconoció oficialmente que Venezuela tiene una tasa de 48 homicidios por cada 100.000 habitantes en el 2010. Solo en el 2010 se produjeron 13.894 homicidios. En 13 años los homicidios han aumentado de 4500 a 16.000, siendo las ciudades más peligrosas Caracas, Táchira, Anzoátegui, Miranda, Carabobo, Lara, Bolívar, Aragua y Zulia.
Según un documento filtrado por trabajadores del Instituto Nacional de Estadística elaborado para la Vicepresidencia de la República dice que en el 2009 se registraron 19.133 asesinatos, ubicando al país en 75 homicidios por cada 100.000 habitantes. ¡Estas son las cifras más altas de América Latina! (12)
En numerosas ocasiones, Ministros del Gobierno han citado las cifras de la encuestadora chilena Latinobarómetro. Sin embargo en su estudio anual ubica la delincuencia como la principal preocupación de la población venezolana con un 64%, delante de Panamá, El Salvador y Costa Rica.
Cifras como estas demuestran la fragilidad del capitalismo venezolano y el carácter parásito de la burguesía. La derecha no ha cesado un segundo en achacar el problema de la delincuencia organizada al Gobierno, pero a su vez, el Gobierno ha sacado la conclusión de que es posible acabar los altos índices de criminalidad creando la Policía Nacional. La conclusión es equivocada desde un punto de vista marxista, ya que se toman las particularidades y no las raíces del problema. La criminalidad es producto de un sistema en descomposición como el capitalismo, es decir, para acabar con ella es necesario acabar con el sistema que ha dado su origen.
El capitalismo en Venezuela ha puesto al pueblo a matar al propio pueblo. Mientras no exista un plan que permita el desarrollo de las fuerzas productivas en Venezuela a través de la nacionalización de la industria y de las palancas fundamentales de la economía, la lacra de la criminalidad seguirá existiendo.
Pero, en última instancia, ¿Cuál es la causa esencial y fundamental de la criminalidad?
El sistema capitalista, sistema en el cual un puñado de capitalistas expropia permanentemente a la clase trabajadora la riqueza que ésta produce con su sudor y esfuerzo, es la principal causa de la miseria y la desigualdad en el mundo de hoy. De cada mercancía que es producida en la sociedad capitalista, de cada zapato, de cada nevera, de cada lata de atún, de cada prenda de ropa, la parte de la riqueza generada que corresponde al obrero es siempre lo mínimo para subsistir. Mientras los dueños de los medios de producción, los latifundistas, empresarios y banqueros, se llevan el 60%,70% y hasta más del 70% de la riqueza generada en sus fábricas y tierras, a la clase trabajadora siempre le toca lo mínimo para subsistir. Es esa la razón esencial de la necesidad y la pobreza que ha padecido históricamente nuestro pueblo.
Por otra parte, el carácter anárquico del sistema de producción capitalista, nunca permite a la totalidad de la población acceder a un empleo digno, ya que el interés de la burguesía no es planificar la producción racionalmente a fin de satisfacer todas las necesidades de la población, entre ellas la necesidad de empleo, sino acumular capital. Es esa la razón esencial del desempleo, y si a ello unimos el carácter parasitario de la burguesía pro imperialista venezolana, que nunca llevó adelante la industrialización de nuestro país, tendremos como resultado la carencia de fuentes de empleo que históricamente caracterizaron a Venezuela.
En estas condiciones de severa miseria y pobreza, las capas más pauperizadas de la sociedad venezolana han buscado otras vías para obtener su sustento diario, incluso por medio del uso de la violencia. Sobre esta base de miseria y opresión, comienza entonces a desarrollarse por años y décadas una cultura de violencia y delincuencia en estas capas de la sociedad al punto de dejar de ser una expresión inmediata de la pobreza y alcanzar a ser un poder social y cultural e incluso político, como el caso de Colombia, dentro de la sociedad.
Muchos jóvenes de nuestras barriadas, ante la carencia de fuentes de empleo formal productivo sólo tienen dos opciones, el trabajo informal, por cuenta propia o la delincuencia, y ante la desesperación de obtener un sustento muchos jóvenes han escogido la segunda opción. En otros casos la delincuencia, como poder social y cultural ejerce una influencia directa sobre la educación de muchos niños de nuestras comunidades más oprimidas, impactando la conciencia de estos infantes y deformándola para el beneficio propio, creando así un ejército de futuros jóvenes que acrecentarán el poder de las bandas y pandillas existentes en esas comunidades. Es éste un fenómeno propio de todos los países semicoloniales, no sólo de Venezuela. Es una realidad a la que nos ha llevado décadas de explotación capitalista neocolonial salvaje, países como Colombia, Brasil, El Salvador, México son casos ejemplares, pero igualmente todo nuestro continente y todos los continentes conformados por las antiguas colonias europeas sufrimos este mal.
Durante la revolución bolivariana, se disminuido de forma importante el desempleo formal, debito a los niveles de inversión pública en obras de infraestructura, y al aumento del empleo en las instituciones del estado, sin embargo, la causa de fondo de la delincuencia sigue existiendo en nuestra sociedad, más aún, se ha agravado, dado el ataque y sabotaje feroz de la burguesía venezolana contra la producción industrial y agrícola del país. Es esta la razón esencial de la delincuencia en Venezuela.
La única de forma de dar un duro golpe a la delincuencia como fenómeno social, al punto de poder erradicarla en un futuro próximo, es a través de la nacionalización de la industria, tierra y banca bajo control obrero, lo que nos permitiría desarrollar un plan nacional de industrialización del país y de desarrollo de la economía que a su vez implicaría un aumento colosal de las cifras de empleo formal a niveles nunca antes visto, lo que redundaría en un aumento enorme de la calidad de vida de nuestra población. Pero eso es sólo posible llevando adelante las tareas de la revolución socialista, de lo contrario seguirá existiendo y creciendo la delincuencia.
El problema de la vivienda y la ganancia de los bancos
Tras los desastres dejados por las lluvias de noviembre del año pasado, se ha abierto un acalorado debate entre la derecha y el PSUV. Pero como hemos visto, durante años, el problema de la vivienda ha estado íntimamente ligado a los Bancos. Ante el discurso fraudulento y demagógico de la derecha de defender y representar los derechos de la pequeña burguesía y del pueblo pobre, hemos visto su carácter reaccionario al ponerse de lado de los bancos, de los explotadores y mafiosos que están detrás de la estafa inmobiliaria.
Durante los últimos años, los bancos venezolanos han amasado jugosas cantidades de dinero. El 2010 no es la excepción, tal como nos explica Reporte de la Economía: «La banca no se puede quejar del 2010 al ganar un neto de US$ 1.481.121.628 al cambio de Bs. 4,30 por dólar por el 51,91% sobre el 2009, quizás el esfuerzo se hizo ante lo que preveían que les vendrá para el 2011″.
«Las ganancias netas de este año totalizaron 6.369 millones, un 51,91% sobre diciembre del 2009 con un aumento de 2.176 millones de bolívares, pagándole al impuesto sobre la renta un medio del 7,365 gracias al mismo gobierno que los exonera para que les compren los papeles para los gastos corrientes».
«Los ingresos financieros se elevaron en 797 millones, de 37.650 a 38.447 millones de bolívares».
«Sin embargo, casi los pagan con los otros ingresos por 13.117 millones, de los cuales las comisiones totalizaron 5.733 millones y otros ingresos operativos 7.383 millones» (13).
Ya para enero del 2011, la banca obtuvo ganancias por 688.567, según Reporte de la Economía bajo un estudio de Aristimuño Herrera y Asociados.
Hoy en día preguntamos ¿Cuántas viviendas se podrían construir con semejante cantidad de dinero? Recientemente la Asociación Bancaria Nacional declaró que estaba dispuesta a participar en el plan de construcción de viviendas. El propio camarada Chávez hizo las siguientes declaraciones: «Me da gusto, (el presidente de la Asociación Bancaria) Juan Carlos Escotet estuvo llamando e hicieron un comunicado».
Y ante el impasse con el Presidente del Banco Provincial dijo lo siguiente:
«Sólo lo llamé para pedirle que atendiera a esa gente (que hacían una denuncia de estafa inmobiliaria), pero el señor Rodríguez se comportó un poquito altanero…yo le respondí para ponerlo en su sitio, después vino a reuniones con el vicepresidente en los mejores términos». Como sabemos, el Banco Provincial participó descaradamente en la estafa de terrazas del Ávila. ¿No es acaso la pequeña burguesía la que se vio afectada con esta estafa? El Gobierno debería estatizar el Banco. Este es el verdadero carácter de los banqueros en Venezuela. Son los bancos quienes quieren acabar con la propiedad privada libremente adquirida y no «el comunismo» como dice la derecha constantemente.
Según un estudio de El Mundo/Economía y Negocios tomando como fuentes informes del Banco Central, memorias y cuentas de Ministerios y la Cámara Inmobiliaria de Venezuela durante los 11 años de Gobierno revolucionario se han construido 296.605 viviendas, un promedio anual de 29.605. Para acabar con el drama de la vivienda en el país se necesitan dos millones de viviendas lo que quiere decir 200.000 casas por año o 7000 por millón de habitantes para resolver el déficit. El gobierno ha construido 1.387 unidades por millón entre 1999 y 2009 en promedio, muy por debajo de la demanda de viviendas por parte de la clase trabajadora. Estas cifras demuestran la incapacidad del sector privado en satisfacer la demanda y la necesidad de crear una empresa estatal de construcción que este bajo control democrático de los trabajadores y las comunidades (14).
El presupuesto nacional de 2011 estipula 40.000 viviendas, sin embargo, ante el problema de la vivienda, el Gobierno se he puesto como meta construir 150.000 en todo el año, una meta difícil de alcanzar de no nacionalizar la banca. Para satisfacer las necesidades de la clase trabajadora se necesitan construir más de 913 viviendas diarias, o 578 edificios de 12 pisos de cuatro apartamentos. El metro cuadrado cuesta aproximadamente 5000 Bs.F. Para hacer realidad la idea de construir 300.000 viviendas se necesitarían aproximadamente 500 millardos, es decir, el equivalente a 2,5 años el presupuesto nacional. ¿Es realizable ésta promesa? ¡Por supuesto que es realizable! La nacionalización de los bancos permitiría tener el dinero suficiente no sólo para realizar ésta meta, sino para superarla. Los banqueros ni han estado, ni están, ni estarán interesados en acabar con el problema de la vivienda, todo lo contrario.
Hoy en día Sidor está en manos del estado, lo mismo que las principales empresas cementeras. La movilización de la clase obrera para la construcción masiva de viviendas sería uno de los pasos de la economía planificada. Miles de trabajadores participarían en la construcción de viviendas a través de un plan. Millones de pobres que viven en los barrios ingresarían a las filas del proletariado. Pero el deseo del Gobierno venezolano se ve minado por la entrega de millones de dólares a la burguesía venezolana y el sabotaje burocrático en las empresas nacionalizadas.
A esto se suma la entrega de millones de dólares a la burguesía colombiana, donde el Gobierno entregó 365 de 700 millones de dólares a la burguesía carnicera y asesina de Colombia, representada hoy en día por su Presidente, el ultraderechista Juan Manuel Santos. De esto ha estado encargado Nicolás Maduro, quien afirma: «Luego de un intenso trabajo se han certificado los pagos pendientes, la deuda acumulada que está por el orden de los 700 millones de dólares y que al momento se han cancelado 365». Mientras la derecha se jacta diciendo que se le «regala» dinero a los demás países, cierran la boca ante semejante cantidad de dinero entregada a los ricos de Colombia. Esto no es casualidad (15).
[Continuará…..]
Notas:(01) La inflación de la era Chávez es de casi mil por ciento. Reporte Diario de la Economía. Caracas, viernes 4 de febrero de 2011.
(02) Osorio no descarta que el Estado «importe todo». El Mundo Economía y Negocios. Jueves 24 de marzo de 2011. Página 7
(03) Costo de las importaciones públicas aumentó 72%. El Mundo Economía y Negocios. Miércoles 23 de febrero de 2011. Página 19
(04) El gobierno aumenta sus importaciones en la medida en que destruye todo lo que expropia. Reporte de la Economía, Caracas, viernes 18 de marzo de 2011. Página 18
(05) Cifras tomadas del Instituto Nacional de Estadísticas. Se pueden ver en: http://www.ine.gov.ve/inpc/listadecuadros.html
(06) Borrón y cuenta nueva a los egresos de PDVSA a partir del 2007. Reporte de la Economía, Caracas, viernes 4 de marzo de 2011. Página 4.
(07) PIB industrial lleva dos años y medio en recesión técnica. El Mundo Economía y Negocios. Jueves 24 de febrero de 2011
(08) Situación de la industria del vestido desnuda al BCV. El Mundo Economía y Negocios. Lunes 28 de febrero de 2011
(09) Venezuela cae en el índice de competitividad 2010-2011. El Mundo Economía y Negocios. Viernes 10 de septiembre de 2010
(10) 47% del empresariado afirma que sus ventas han caído. El Mundo Economía y Negocios. Miércoles 29 de septiembre de 2010
(11) Informe sobre Riesgo Crediticio de la Deuda Soberana de la firma británica CMA http://www.elmundo.com.ve/Default.aspx?id_portal=1&id_page=26&Id_Noticia=12009
(12) En Colombia se registran 32 asesinatos por cada 100.000 habitantes, mientras que en México son 8 por cada 100.000 habitantes http://www.slideshare.net/lapatilla/encuesta-ine-inseguridad
(13) Nota Editorial de Reporte de la Economía tomado de Sudeban. Caracas, viernes 4 de febrero de 2011. Página 15. Las negritas son nuestras.
(14) Estudio de sobre el problema de la vivienda. El Mundo/Economía y Negocios. Miércoles 5 de enero del 2011, página 7.
(15) Venezuela pagó 365 de los 700 millones que adeuda a empresarios colombianos. Reporte de la Economía, Caracas, viernes 18 de febrero de 2011. Página 21
Fuente: http://www.luchadeclases.org.ve/construyendo-la-cmi-leftmenu-162/7070-perspectivas-2011