Luego de más de una década de apertura comercial y privatizaciones, México sigue siendo un país incapaz de generar su propio crecimiento, reconoció la directora del centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para México, Gabriela Ramos, quien sostuvo que la reforma que debiera ser prioritaria para el país es […]
Luego de más de una década de apertura comercial y privatizaciones, México sigue siendo un país incapaz de generar su propio crecimiento, reconoció la directora del centro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para México, Gabriela Ramos, quien sostuvo que la reforma que debiera ser prioritaria para el país es la educativa, con énfasis en la calidad y la asimilación de nuevas tecnologías.
Por su parte, el economista de la UNAM Rolando Cordera advirtió que de no haber reformas, dentro de 30 o 40 años México será un país de viejos empobrecidos. Asimismo, calificó de »impresentable» la reforma fiscal planteada por el Ejecutivo, pues en lugar de acabar con los privilegios de 10 por ciento más rico de la población que concentra 40 por ciento de la riqueza nacional, insiste en gravar el consumo.
En una mesa redonda organizada por el Colegio Nacional de Economistas para analizar el más reciente estudio de la OCDE sobre México, Gabriela Ramos señaló que el país ha logrado avances, como una estabilidad macroeconómica que impidió la fuga de capitales y una devaluación durante la recesión de 2001; asimismo, ha habido mejoras en educación, salud y esperanza de vida.
Sin embargo, el potencial de crecimiento de la economía se ha reducido a 4 por ciento, insuficiente para resolver las carencias del país, y la productividad ha permanecido prácticamente estancada durante diez años, con un crecimiento de apenas 0.5 por ciento.
México, dijo, tiene una mano de obra abundante pero mal preparada. Este atraso, aunado a una pobre inversión en ciencia y tecnología, contribuyó a que en los últimos diez años no hubiera una transferencia del trabajo a actividades más avanzadas, sino entre ramas industriales de baja productividad que no pueden competir con los bajos salarios de China y otros países asiáticos.
El país, agregó, también necesita una reforma laboral que facilite la movilidad de los trabajadores y que incluya un seguro de desempleo, mejores programas de capacitación e incentivos al trabajo formal; más acceso al crédito, un sistema legal transparente y eficaz y una reforma fiscal que aumente los ingresos públicos.
Ramos señaló que, a pesar de la reducción de la pobreza extrema reportada por el Banco Mundial y el gobierno mexicano, la miseria en México sigue siendo muy alta y se necesitan políticas orientadas a reducir la concentración del ingreso.
La información oficial dejó de ser confiable: Cordera
Rolando Cordera señaló que el cuarto Informe de gobierno se caracterizó por su »desgano institucional» y ha dejado de ser una fuente confiable de información para los economistas. Asimismo, se manifestó a favor de que el Congreso »dé el salto» para adjudicar autonomía al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), que es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), lo que genera problemas de credibilidad.
Cordera coincidió con la representante de la OCDE en que México necesita reformas, pues de lo contrario el llamado bono demográfico (la abundancia de población joven) se convertirá en un pagaré, pues para 2040 o 2050 será un país de viejos con un crecimiento económico nulo.
El analista dijo estar complacido de que, contra las tesis de las políticas neoliberales, la OCDE recomiende políticas anticíclicas como aumentar la inversión, que si bien no sirven para desarrollar a un país, sí sirven para amortiguar las caídas en caso de crisis.
Después de las privatizaciones y la apertura, agregó Cordera, México finalmente comprobó que la inversión privada no ha cubierto las necesidades de inversión del país.
Asimismo, sugirió investigar qué está pasando con el sector privado mexicano, que al parecer »compró» la tesis gubernamental de que sin las llamadas reformas estructurales no habría crecimiento y por ello dejó de invertir.