La economía venezolana ha logrado soportar los coletazos de una crisis mundial, que ha afectado tanto a los países industrializados, como a la mayoría de las naciones del mundo con grandes impactos sociales, reflejados en millones de personas sin empleo, el cierre de pequeñas y medianas empresas y condenando a muchos países pobres a nuevos […]
La economía venezolana ha logrado soportar los coletazos de una crisis mundial, que ha afectado tanto a los países industrializados, como a la mayoría de las naciones del mundo con grandes impactos sociales, reflejados en millones de personas sin empleo, el cierre de pequeñas y medianas empresas y condenando a muchos países pobres a nuevos ajustes financieros. Muchos profetas de la oposición auguraban la fractura de la economía venezolana, basados en viejas experiencias aplicadas por los gobiernos de Acción Democrática, en la décadas del 80 y 90 del siglo XX.
Aún queda en nuestra memoria el paquetazo de medidas aplicados por el ex presidente Carlos Andrés Pérez, según instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) en aquel febrero de 1989, que generó el levantamiento espontáneo de un pueblo, en el denominado Caracazo, en el que la repuesta del gobierno adeco fue balas y muertes de centenares de venezolanos. Hoy en una crisis mucho más grave a nivel mundial, el pueblo venezolano no ha sufrido ningún impacto económico, no hubo ajustes macroeconómicos, no se devalúo la moneda, no se despidieron trabajadores, no se aplicará ningún plan recesionista al estilo FMI.
Venezuela con el menor índice de desigualdad en Latinoamérica
Un reciente informe de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL), ubica a Venezuela con 0,427 del Índice de Gini, siendo esta la cifra más baja de Latinoamérica. Elías Eljuri, presidente del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en una conferencia de prensa manifestó que «Una de las luchas más importantes que se están librando en el país es contra la desigualdad, y en 10 años hemos logrado reducirla, pasando de 0,48 en 1998 a 0,42 en 2009, y se sigue trabajando en tomar las medidas necesarias para ir corrigiendo las distorsiones que existen en la distribución de los ingresos, que es una herencia que se desató en la década de los setenta».
También sostuvo Eljuri que «Los programas de inclusión social y la transformación de la sociedad capitalista al socialismo, garantizarán que Venezuela reduzca ese índice en mayor medida hasta alcanzar niveles óptimos cercanos a cero. Y que el incremento de los niveles de acceso a la educación y la salud, así como la disminución de la tasa de analfabetismo, fueron logrados por las políticas sociales implementadas a través de las Misiones sociales. Además creamos un plan intensivo de medidas sanitarias, lo que ha logrado disminuir la tasa de mortalidad infantil en 7,6 en los últimos 10 años, pasando de 21,6 niños por cada 1.000 a 14 por cada 1.000».
Planes gubernamentales permitirán cerrar el año con un PIB positivo
Las medidas y planes económicos que esta elaborando el gobierno nacional permitirán que el Producto Interno Bruto (PIB) anual cierre en positivo, y la recuperación de los precios del petróleo permite que la economía venezolana cuente con más recursos para ser invertidos en la reactivación económica, desestimando de esa manera el informe presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) que asegura que la economía venezolana entró en un proceso de recesión.
La pregunta que le haríamos al FMI seria; Si Venezuela no entró en recesión este año cuando la crisis económica fue tan drástica y cuando los precios del petróleo llegaron a su nivel más bajo, ubicándose en 30 dólares por barril, ¿por qué habrá recesión ahora, cuando los precios se están recuperando, ubicándose en un promedio del año de 52,7 dólares por barril? Este indicador nos indica que la economía se esta recuperando. En el marco del plan gubernamental para finales de año se estima que el promedio del barril de petróleo en Venezuela cierre en 60 dólares, con lo que se ubicaría en 20 dólares por encima de lo estimado en el Presupuesto nacional.
Ante la crisis una propuesta de producción y generación de empleo
La respuesta del Gobierno Nacional a la crisis para reimpulsar el PIB, que tuvo una leve contracción de 2.4% en el segundo trimestre de este 2009, ha sido implementar una serie de medidas dirigidas a incrementar el empleo y la productividad en diversos sectores de la economía, poniendo mayor énfasis en el área de la construcción, para lo que se anunció un Plan Extraordinario de Empleo, que tendrá como principal tarea la construcción de viviendas.
El decreto número 6.964, publicado en la Gaceta Oficial número 39.279 del martes 6 de octubre, se refiere a que el Plan busca garantizar la soberanía alimentaria de los venezolanos y el acceso oportuno y permanente a los alimentos por parte de las personas, en especial las de menos recursos, mediante la agilización de compras nacionales e internacionales, privilegiando la producción nacional para mantener así un abastecimiento estable.
En este decreto, se precisa que con una inversión de Bs.F. 4.829.677.000 (2.246,4 millones de dólares) se adquirirán 986.667 toneladas métricas de productos agroalimentarios tales como arroz de mesa, pasta alimenticia, harina de maíz precocida, leguminosas, azúcar, sal, aceite comestible, margarina, café, carne de pollo y de res, mortadela, salchicha, sardina y atún enlatado, mayonesa, salsa de tomate, leche completa en polvo y descremada y sorgo, entre otros, que serán expedidos a través de la Red de Mercados de Alimentos (Mercal).
De esta manera el gobierno bolivariano busca caminos para reactivar la economía venezolana, creando mecanismos de empleo y alimentación, buscando equilibrar su economía. Mientras tanto las informaciones internacionales hablan de los ajustes económicos, el cierre de empresas y multinacionales, y despidos masivos. ¿Será que los Gurús del neoliberalismo aún no perciben el fracaso de su modelo? El que de manera arbitraria dejó al libre albedrío la economía del mundo, en manos de las trasnacionales y los grandes capitales.
Aún no conciben que los recursos de la humanidad y la vida del ser humano sean un patrimonio social y de la mayoría de los ciudadanos y no pueden ser propiedad de una minoría enriquecida.