La multinacional estatal Petroamérica, cuya semilla podría ser la reciente constitución de Petrosur, controlaría 11.5% de las reservas mundiales de crudo, aprovecharía la suma de las fortalezas de la región y elevaría la calidad de vida material y espiritual de más de 530 millones de seres humanos.«La creación de Petroamérica está concebida como una alianza […]
La multinacional estatal Petroamérica, cuya semilla podría ser la reciente constitución de Petrosur, controlaría 11.5% de las reservas mundiales de crudo, aprovecharía la suma de las fortalezas de la región y elevaría la calidad de vida material y espiritual de más de 530 millones de seres humanos.
«La creación de Petroamérica está concebida como una alianza estratégica entre las operadoras energéticas nacionales a fin de fortalecerlas aún más y convertirlas en instrumentos eficaces y eficientes para la integración sobre la base de la complementaridad y solidaridad», aseguró el presidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Alí Rodríguez Araque, luego de una reunión con el presidente de Petrobras, José Eduardo Dutra, y otros miembros de la junta directiva de esa corporación energética en la que trabajaron posibles alianzas entre las dos operadoras del crudo.
«Saludamos los encuentros entre nuestras dos empresas, Pdvsa y Petrobras encaminados a identificar, como estoy seguro que lo lograremos, áreas comunes y proyectos en los cuales se despliegue toda la capacidad adquirida en tantos años de experiencia con miras a fortalecer la integración de América Latina y el Caribe», dijo Rodríguez Araque al asegurar que Venezuela juega un rol estratégico en la seguridad energética mundial.
De esta forma, el titular de la estatal venezolana culminó una intensa y exitosa gira integracionista por el Cono Sur que incluyó la inauguración de las oficinas de Interven Venezuela S.A., en Buenos Aires, Argentina. Asimismo, en visita a La Asunción, se reunió con el Presidente de Paraguay, Nicanor Duarte, y titular de la empresa petrolera paraguaya, Petropar, Ángel Recalde, para adelantar el Convenio de Cooperación Económica Venezuela-Paraguay.
Al final de su gira por Brasil, Rodríguez Araque recordó que Venezuela continuará jugando su rol como uno de los más importantes proveedores de hidrocarburos.
Para ello, Pdvsa ha trazado un plan que apenas en cinco años, entre 2004 y 2009, requiere una inversión de 37 mil millones de dólares a fin de elevar la capacidad de producción por encima de los 5 millones de barriles. La mayor parte de esa inversión, unos 27 mil millones de dólares, será cubierta con recursos propios pero exigirá de terceros un aporte de unos 10 mil millones de dólares.
«La experiencia histórica nos está dictando una lección: la integración regional es un asunto de nuestros Estados y gobiernos. Por supuesto, que ello no implica la exclusión de sectores empresariales privados. El quid radica en concebir la integración como un asunto de Estado a fin de que el esfuerzo esté guiado por una voluntad política, con visión económica y con vocación social», indicó Rodríguez Araque.
-Proyectado este drama a nuestra América, ¿cómo ver las cosas con indiferencia cuando enfrentamos la humillación continental de tener más de 100 millones de latinoamericanos obligados sobrevivir con menos de un dólar diario?, comentó.
Es con esta conciencia de ciudadano de esta América Latina y caribeña que el presidente Hugo Chávez Frías ha lanzado la idea de Petroamérica como una herramienta donde se conjuguen los talentos, destrezas y recursos de nuestros países para obtener el mayor beneficio mutuo y como fuerza para la eficaz defensa de nuestra soberanía, enfatizó el presidente de Pdvsa.
Finalmente, Rodríguez Araque resaltó que «esa vergüenza del atraso que todavía padecemos sólo podrá superarse, entre otros medios, a través de la integración de nuestras naciones. Nuestros enormes recursos energéticos están llamados a convertirse en una de las principales columnas de sustentación del gran esfuerzo por realizar.
Ello contribuirá a reafirmar nuestra soberanía como naciones y a elevar a nuestra gente desde la condición de simples ocupantes pasivos e inconscientes, muchas veces miserables, de una porción territorial hasta la plenitud de ciudadanos, es decir, de seres humanos conscientes de los derechos que le corresponden por legado histórico, del derecho a vivir en una tierra libre y en condiciones materiales y espirituales que están en lo más esencial de la condición humana», subrayó finalmente.