La visita a Jamaica del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ratificó el papel asignado al petróleo como elemento impulsor de la integración regional, tal como fueron el carbón y el acero para la Unión Europea. El propio Chávez consideró a Petrocaribe la columna vertebral de la integración, pues parte de un concepto mucho más abarcador […]
La visita a Jamaica del Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ratificó el papel asignado al petróleo como elemento impulsor de la integración regional, tal como fueron el carbón y el acero para la Unión Europea.
El propio Chávez consideró a Petrocaribe la columna vertebral de la integración, pues parte de un concepto mucho más abarcador que el de abastecer a las naciones caribeñas con más de 200 mil barriles diarios de crudo.
El proyecto constituirá un apoyo importante a las economías caribeñas muy deterioradas por el avance del libre comercio que ha eliminado en los últimos años beneficios de que disfrutaban en productos exportables como bananos, azúcar y otros.
Mediante Petrocaribe los estados caribeños podrán cancelar las compras de petróleo a corto, medio y largo plazo según el precio de la materia prima en los mercados internacionales, con financiamiento hasta del 40 por ciento.
Durante la visita de Chávez esta semana, Venezuela y Jamaica acordaron incrementar el suministro de petróleo y derivados procesados a la isla de siete mil 300 barriles de crudo y refinados diarios a 21 mil barriles.
La triplicación del suministro de crudo venezolano a Jamaica constituyó el primer acuerdo bilateral entre los 14 miembros de Petrocaribe y establece asimismo el incremento de la capacidad refinadora diaria jamaicana a corto plazo.
La iniciativa regional constituye un escalón de una proyección mucho más amplia concebida como Petroamerica, a la que se incorporarían también Petroandina y Petrosur, un proceso que en alguna medida recuerda los hitos de la Unión Europea.
Lo curioso es que muchos de quienes acusan a Chávez de utilizar el petróleo como elemento de la política internacional, admiran el proceso europeo que tuvo su origen en un concepto similar.
Considerada la semilla de la actual Unión, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero se engendró en 1950, cuando el ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, propuso integrar las industrias del carbón y del acero de Europa Occidental.
El paso siguiente fue la constitución de la Comunidad Europea de Energía Atómica y la Comunidad Económica Europea, que en 1967 se fusionaron con la del carbón y el acero para crear la Comisión Europea, el Consejo de Ministros y el Parlamento Europeo.
La propuesta venezolana de Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) es básicamente diferente al patrón europeo, porque no se centra en el comercio, pero es difícil eludir la comparación por lo que representa como antecedente.
A diferencia de la unión europea de carbón y acero, Petrocaribe incluye un perfil social, a partir de la creación del fondo ALBA Caribe, con un aporte inicial de 50 millones de dólares para financiar proyectos de desarrollo social entre los signatarios.
«Se ha hecho claro por el presidente Chávez que estos fondos estarán dirigidos a la mejora social y a la eliminación de la pobreza con vías a un mayor desarrollo», recordó el primer ministro Percival Patterson luego de firmar el acuerdo bilateral.
Petrocaribe debe tener otro hito importante el próximo 6 de septiembre, cuando se reúnan en el balneario jamaicano de Montego Bay los mandatarios del Caribe para conmemorar los 190 años de la redacción por Simón Bolívar, de la Carta de Jamaica.
En esa carta el Libertador analiza la lucha por la independencia de las Américas en un contexto continental, como fue siempre la perspectiva de su lucha emancipadora, espíritu que recoge actualmente el proyecto del ALBA.
Según los adelantos, los líderes caribeños utilizarán ese encuentro para discutir acuerdos más amplios relacionados con la energía, incluyendo el abastecimiento y producción de electricidad para el funcionamiento de las actividades socioeconómicas.