Hace cuatro años el mundo vio nacer Petrocaribe como un Acuerdo de Cooperación Energética suscrito por 14 países que ya se manifestaban «preocupados por las tendencias de la economía mundial y, particularmente, por las políticas y prácticas prevalecientes en los países industrializados que pueden conducir a una mayor marginación de los países del Tercer Mundo […]
Hace cuatro años el mundo vio nacer Petrocaribe como un Acuerdo de Cooperación Energética suscrito por 14 países que ya se manifestaban «preocupados por las tendencias de la economía mundial y, particularmente, por las políticas y prácticas prevalecientes en los países industrializados que pueden conducir a una mayor marginación de los países del Tercer Mundo más pequeños y con economías más dependientes del exterior».
Los mandatarios del Caribe ya avizoraban que tal situación planteaba la necesidad de contar con formas de suministro energético seguras.
Petrocaribe es consecuente con la política que Venezuela ha propuesto incluso en el seno de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y que fue expuesta por el presidente Hugo Chávez Frías en Arabia Saudita, durante la III Cumbre de Jefes de Estado y/o Gobierno de la organización, celebrada en noviembre de 2007.
En esa ocasión, el mandatario venezolano invitó a sus homólogos a asumir propuestas solidarias para aliviar el sufrimiento de los millones de personas que habitan los 50 países más pobres de la tierra, cuyo consumo total de crudo apenas alcanza los 700 mil barriles diarios. No obstante, hasta ahora Petrocaribe es una iniciativa única en la región y en el mundo.
Hoy día las previsiones de los 14 signatarios no sólo se confirman, sino que la realidad va consolidando un mecanismo de cooperación más allá de la seguridad energética, la voluntad política de los mandatarios de este lado del mundo forja un escudo para defender de la miseria a millones de seres humanos.
Bajo las premisas del comercio justo, la complementación, la solidaridad, la justicia social y la voluntad común de avanzar, esta iniciativa de integración regional continúa siendo la única alternativa real que tienen los países en desarrollo de procurarse un acceso seguro y confiable a las fuentes de energía.
Las cuentas están claras para la mayoría de los mandatarios de la región, tanto así que ya son 19 los países que forman parte de la iniciativa (incluyendo a Panamá, que solicitó formalmente su ingreso), todos representantes del llamado Tercer Mundo, esa porción del planeta en la cual, según cifras del Banco Mundial, 70% de la canasta de consumo de una persona pobre se gasta en alimentos y energía.
Una alternativa solidaria
De acuerdo con las cifras manejadas por el presidente dominicano, Leonel Fernández, 57 países del planeta, 14 de ellos en América Latina, tienen un ingreso per cápita anual de hasta 6 mil dólares o menos y son importadores netos de petróleo.
Como afirma Fernández, esta iniciativa que no se rige por las directrices rapaces del capitalismo, «Venezuela está dando una gran lección al mundo de que frente a la especulación, frente a la avaricia y frente a la búsqueda insaciable de la riqueza también puede prevalecer la solidaridad y la generosidad».
Ahora, ¿hay contradicción entre la condición de Venezuela como país exportador de petróleo y el planteamiento de Petrocaribe’ El propio presidente dominicano comentó en la V Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y/o Gobierno de Petrocaribe -celebrada en Venezuela, en julio de 2008-, que «incluso luce como hasta anormal que un país productor y exportador de petróleo, en lugar de estar sólo en reuniones con países productores y exportadores convoque a países que son importadores netos de crudo a compartir generosamente ese patrimonio y esa riqueza».
Resultados tangibles
De acuerdo a los datos suministrados por la principal industrias petrolera venezolana, desde la firma del Acuerdo de Cooperación Energética Petrocaribe y hasta el primer semestre de 2008, el suministro acumulado de petróleo y productos en el marco de la iniciativa alcanzó 59 millones de barriles. La porción financiada de la factura petrolera (2.007 millones de dólares) representa para los países que recibieron el suministro un ahorro por 921 millones de dólares, estimado en 14 dólares por barril. Estos recursos son empleados por los países para adelantar proyectos de desarrollo.
Por otra parte, con la constitución de empresas mixtas entre Petróleos de Veenzuela (Pdvsa) y las petroleras estatales de ocho países integrantes de la iniciativa, se llevan a cabo inversiones conjuntas que alcanzan los 552 millones de dólares, para el desarrollo de infraestructura de refinación, almacenamiento y despacho de combustible.
Entre estas obras figuran la Planta de llenado de Gas Licuado de Petróleo (GLP), en operaciones desde febrero de 2007 en San Vicente y las Granadinas, la Planta de Almacenamiento y Distribución de Combustible a punto de ser inaugurada en Dominica, así como la Refinería «Camilo Cienfuegos», reactivada en Cuba, en operaciones desde diciembre de 2007 con una capacidad de producción de 67.000 barriles diarios. También deben ser mencionados los proyectos de generación eléctrica que se desarrollan en Nicaragua, Haití, Antigua y Barbuda, Dominica y San Cristóbal y Nieves.
Estos proyectos buscan establecer una estrategia de suministro a largo plazo, que permita vencer los obstáculos que tenían estas naciones para el manejo soberano de su matriz energética. Antes de Petrocaribe, los países de la región no tenían ningún control sobre la cadena de suministro de crudo y productos y dependían de las transnacionales y de la especulación de los intermediarios.
La estrategia que se fija con la iniciativa es, en corto plazo, el establecimiento de suministro y costos competitivos; y a largo plazo, eliminar la intermediación con la construcción de facilidades propias y sinergias en cada país, con lo cual cada nación gana en materia de seguridad energética.
Proyectos sociales
Petrocaribe es más que un acuerdo de suministro con facilidades de pago para los países suscriptores, entre los logros hay que citar los proyectos sociales que, en las áreas de turismo, educación, salud, vivienda, saneamiento ambiental, vialidad, deporte y agricultura, se llevan a cabo en el marco del Fondo Alba Caribe, creado para el financiamiento de programas sociales y económicos, a partir de aportes provenientes de instrumentos financieros y no financieros; así como contribuciones que se puedan acordar de la porción financiada de la factura petrolera y los ahorros producidos por el comercio directo.
De este fondo se han asignado 106 millones de dólares para 69 proyectos en 10 de los países signatarios.
La garantía de un suministro seguro, confiable y al alcance de los pueblos del Caribe, así como los ahorros obtenidos a través de esta iniciativa no constituyen por si mismos un escudo antimiseria. El escudo se complementa con acciones concretas para enfrentar las dificultades en el acceso a los alimentos y garantizar la seguridad y soberanía alimentaria.
Por esa razón, en el más reciente encuentro de la organización, el presidente Chávez puso sobre la mesa la iniciativa de Petroalimentos, que contempla la creación de un Consejo Permanente de Ministros de Agricultura, el cual se reunió por primera vez en Honduras con la tarea concreta de establecer lineamientos y delinear iniciativas para la construcción de la seguridad y soberanía alimentaria regional.
Un nuevo mapa energético
Como parte del Tratado de Seguridad Energética suscrito en la III Cumbre de Jefes de Estado y/o Gobierno de Petrocaribe realizada en Caracas en agosto de 2007, en el cual se identificaron los ejes de acción de petróleo, gas, energía eléctrica, y energía renovable, los ministros de energía de la región han aprobado una cartera de 10 proyectos en materia de ahorro y uso eficiente de la Energía; 44 proyectos piloto en materia de energía renovable, en las áreas de energía solar térmica, solar fotovoltáica, geotérmica y eólica.
Igualmente el Grupo Técnico de Energías Renovables realiza un estudio sobre las potencialidades de instalación de microcentrales hidroeléctricas que permita la incorporación efectiva de estas fuentes a la matriz de energía primaria de los países miembros, tomando en cuenta las experiencias en la región.
Estos proyectos forman parte de las acciones derivadas del estudio de la Matriz Energética del Caribe, realizado por la organización, por medio del cual se detectó que los países de la región, con un potencial para el desarrollo de fuentes alternativas de energía, son altamente dependientes del petróleo para la generación eléctrica.
En materia de gas, fue aprobado un plan maestro de suministro de gas natural en las áreas del Caribe, Centroamérica y Suramérica. Si Petrocaribe fuese un instrumento para someter a los pueblos de las pequeñas islas, no se trabajaría tanto para alcanzar su seguridad energética.
Un nuevo espacio económico
¿Es Petrocaribe un acuerdo desventajoso para Venezuela? ¡No!. Con esta iniciativa de política exterior, el país recupera su presencia en un espacio que le es natural, debido no sólo a la cercanía geográfica, sino a las profundas afinidades culturales e históricas que unen a nuestros pueblos.
En el pasado, Venezuela había cedido este espacio ante las transnacionales y los intermediarios, quienes hicieron de esta región un «mercado premium», pues al dominar todos los eslabones de la cadena de comercialización, eran quienes establecían las reglas y los precios.
El país con la gigantesca reserva de hidrocarburos, miraba con indiferencia a unos vecinos dominados por el poder transnacional. Al regresar a este espacio, Venezuela lo hace planteando un nuevo paradigma, que rebate las reglas mercantiles que regían el mercado energético regional e incentivando con solidaridad y sinceridad la recuperación y afianzamiento de la soberanía e independencia de los países.
Dentro de la estrategia geopolítica venezolana de construcción de un mundo pluripolar, Petrocaribe se prepara para dar un salto y convertir a la región, a partir de las potencialidades de los países que la integran, en un polo de desarrollo. Un espacio económico que permita resolver, en conjunto, los problemas comunes, pero que también sirva para asistir como bloque a las negociaciones con otras potencias, independientemente de su tamaño.
Convencido está el presidente venezolano, Hugo Chávez, de que en un futuro no muy lejano los países del Caribe pueden establecer alianzas estratégicas con otras naciones con economías fuertes, tales como China, Rusia y otros países amigos de Venezuela. «Claro que podemos hacerlo, y juntos con más razón», dijo el mandatario.
Tal como concluyó el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, este grupo de países que ha apostado por el camino del comercio justo, que toma en cuenta las disparidades existentes entre las economías de las diversas naciones y que no condiciona el diálogo, la cooperación ni la búsqueda conjunta de soluciones.
Países miembros de Petrocaribe: Antigua y Barbuda, Honduras, Bahamas, Jamaica.Belice Nicaragua, Cuba,República Dominicana,Dominica, San Cristobal y Nieves, Granada,San Vicente y las Granadinas, Guatemala, Santa Lucía,Guyana, Surinam, Haiti y Venezuela.
Fuente: http://abn.info.ve/noticia.php?articulo=213640&lee=3