En medio de la crisis financiera, alimentaria y energética mundial, PETROCARIBE es una luz para los países miembros del acuerdo de cooperación y para otros, sumidos en las políticas neoliberales impuestas hace más de un decenio.
Para Centroamérica, esta iniciativa impulsada por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, no podía ser más oportuna.
Los pueblos de la región, cada vez más empobrecidos, añaden nuevos dígitos a la interminable lista de hambrientos del mundo, a causa del crecimiento ininterrumpido del precio del barril de petróleo en el mercado mundial que en una especie de cachumbambé amenaza con llegar a los 200 dólares.
Para revertir tal situación, el nuevo esquema de financiación de PETROCARIBE, acordado en su V Cumbre en Maracaibo, Venezuela, permite a sus miembros pagar el 60 por ciento del combustible a los 90 días de recibido y el 40 por ciento en un plazo de 25 años con una tasa de interés del uno por ciento, siempre que el precio del barril supere los cien dólares en el mercado mundial.
Los beneficios de PETROCARIBE que se constatan en Cuba, Nicaragua, República Dominicana, Haití, Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Jamaica, Surinam, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas y Venezuela y Honduras, serán también disfrutados por Guatemala.
Esta nación centroamericana formalizó el pasado 13 de julio, en Maracaibo, su participación en el convenio, que le garantizará el suministro desde Venezuela y en condiciones favorables de pago 20 mil barriles diarios del combustible fósil y sus derivados.
Ese ahorro le permitirá financiar programas sociales, de infraestructura, desarrollo energético y otras inversiones que se consideren convenientes.
Guatemala, con el 56 por ciento de la población en la pobreza y la mitad de sus niños desnutridos, pagó de enero a marzo de este año 748,5 millones de dólares por la compra de carburantes, 62,9 por ciento más que en el mismo período de 2007.
Honduras que participó por vez primera como miembro pleno activo en la recién concluida cita ha recibido tres embarques con derivados venezolanos.
Estas compran permitieron ahorrar unos 17 millones de dólares, los cuales se destinarán al fomento del agro y la inversión social, según el ministro hondureño de la presidencia, Enrique Flores.
Y es que PETROCARIBE va más allá de la simple venta de carburantes.
Uno de los principios de este mecanismo es contribuir al desarrollo económico y social mediante la solución de las asimetrías en el acceso a los recursos energéticos, por la vía de un nuevo esquema de intercambio favorable, equitativo y justo entre los países de la región caribeña.
También contempla el intercambio de petróleo por productos y servicios, según una propuesta del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en la Cumbre realizada en Cienfuegos, Cuba en diciembre de 2007.
Actualmente, PETROCARIBE distribuye alrededor de 140 mil y 150 mil barriles de petróleo diariamente en condiciones beneficiosas de pago, que representan un ahorro para los miembros de 700 a 800 millones de dólares.
Sin dudas, las ventajas de este acuerdo que aglutina ya a 18 países, son apreciadas por el gobierno de Costa Rica que formalizó, el jueves 17 de julio, su petición para su ingreso como miembro pleno.
Autoridades de la nación tica estiman para fines de 2008 que la factura petrolera llegue a los 100 millones de dólares, el doble del valor registrado en 2007.
En tal sentido el gobierno costarricense intentará negociar con las autoridades venezolanas un acuerdo transitorio para empezar a adquirir petróleo en condiciones especiales, pues la aceptación como miembro se decidirá en la próxima cita del grupo.
En El Salvador, cuyos gastos por concepto de combustible podrán llegar a mil 500 millones de dólares, a fines de 2008, sólo las alcaldías gobernadas por el opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, ven con buenos ojos la oferta de PETROCARIBE.
Sin dudas, este acuerdo, que a criterio del canciller venezolano, Nicolás Maduro, en los tres años de vigencia ha crecido, se ha consolidado y fortalecido, supera al Pacto de San José, suscrito el 3 de agosto de 1980 en la capital de Costa Rica, por México y Venezuela.
Ahora, hay una nueva luz, a la cual seguro no estarán indiferentes los amos de la gran burbuja especulativa financiera que envuelve al mundo.
PETROCARIBE deviene en estos momentos la opción para liberar a los pueblos de las crecientes dificultades de acceso a los recursos energéticos, que acentúan las desigualdades sociales y deterioran la calidad de vida, a través de una visión solidaria.