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PETROCARIBE y el combustible integrador

Fuentes: Rebelión

Si los yacimientos y comercialización de combustibles habían sido motivos de discordias y guerras como la realizada contra Iraq por Estados Unidos y Gran Bretaña, contrariamente ahora el petróleo proveniente de los yacimientos venezolanos está sirviendo para crear un ambiente de confraternidad, ayuda e integración en la región. La Quinta Cumbre Extraordinaria de PETROCARIBE que […]

Si los yacimientos y comercialización de combustibles habían sido motivos de discordias y guerras como la realizada contra Iraq por Estados Unidos y Gran Bretaña, contrariamente ahora el petróleo proveniente de los yacimientos venezolanos está sirviendo para crear un ambiente de confraternidad, ayuda e integración en la región.

La Quinta Cumbre Extraordinaria de PETROCARIBE que se celebró el 11 y 12 de julio en Maracaibo, 500 kms al oeste de Caracas, reforzó la expansión de este mecanismo de cooperación hacia Centroamérica, con la incorporación de Guatemala y la participación Costa Rica como observador.

PETROCARIBE nació el 29 de junio de 2005, con la participación de 14 países del Caribe, que asistieron al Primer Encuentro Energético de Jefes de Estado y o de Gobierno del área, celebrado en la ciudad de Puerto La Cruz, estado Anzoategui.

La iniciativa fue promovida por Venezuela y actualmente agrupa a 17 países que reciben más de 200.000 barriles diarios de petróleo y derivados con financiación a bajo interés.

Hasta el momento, Venezuela suministraba el combustible a los suscriptores del Caribe y América Central los que pagaban hasta el 50 % de sus compras a 90 días y el resto a un plazo de hasta 25 años a un interés del 1 % anual.

A propuesta del presidente Hugo Chávez y dado el encarecimiento constante del precio del combustible, se acordó que de ahora en adelante se flexibilizara del sistema de pago para beneficiar a sus miembros.

La fórmula propone cancelar el 40 % de la factura petrolera a 90 días y el resto será financiado a 25 años, con una tasa del 1 % anual, en caso de que el precio del barril de crudo supere los 100 dólares.

Si el precio del petróleo sobrepasa los 150 dólares, los países cancelarán a Venezuela el 30 % de la factura a 90 días y el 70 % será financiado a largo plazo.

En sus tres años de fundado, este mecanismo ha crecido, se ha consolidado y fortalecido como un factor político catalizador de los esfuerzos integradores de la región basado en el mejor aprovechamiento soberano de los recursos energéticos.

Con el propósito de avanzar en su desarrollo, se concertó la creación de una empresa mixta Grannacional de energía entre los países miembros interesados, que podría funcionar en un bloque del campo petrolero de la Faja del Orinoco, lo que a su juicio contribuiría a que el grupo se beneficie del petróleo desde la fase de explotación.

Es decir, participación directa de sus miembros en la explotación petrolera lo cual les permitirá adquirir conocimientos y beneficios en el tema desde la base, en una operación completamente diametral a lo que ocurre con las empresas transnacionales internacionales que se enriquecen con el saqueo de las riquezas naturales de las naciones donde se asientan.

Desde ahora, los jefes de Estado y de Gobierno del bloque laborarán para disminuir las terribles asimetrías que impiden a vastos sectores de sus países el acceso a condiciones esenciales y dignas de vida y lo harán en base al principio de solidaridad compartida.

A propuesta del gobierno jamaicano, se materializó la iniciativa de aportar 5 000 000 de dólares al fondo Alba Caribe y la realización de cursos en el área de modernización de sistemas agrícolas.

Como la actual crisis financiera, económica y alimentaria capitalista mundial ha incrementado los precios en todos los productos y materias primas, Venezuela pondrá a disposición de Centroamérica y el Caribe unas 100 000 toneladas métricas de urea, con un descuento del 40 %, como una medida que ayudará a las producciones agrarias.

En ese sentido, y para no quedar estancados solo en el sector petrolero, se creará un organismo para la coordinación de políticas agroalimentarias denominado Petroalimentos con un Consejo de ministros de Agricultura, que se reunirá el 30 de julio en Tegucigalpa, Honduras.

Con el pensamiento fijo en la integración de los pueblos bajo los fundamentos de la solidaridad se instalará una Comisión de Planificación para el comercio justo con el fin de promover la compensación como forma de pago del financiamiento establecido en el acuerdo PETROCARIBE y se velará además por acortar las asimetrías económicas entre sus países mediante un esquema de intercambio equitativo.

Las iniciativas incluyen el impulso de programas sociales en toda la región en beneficio de las grandes mayorías poblacionales. Los países también podrán sufragar sus deudas petroleras con productos y servicios.

Innumerables son las ventajas que este mecanismo introdujo en la vida de los países de la región, que según el Ministro de Energía y Petróleos de Venezuela, Rafael Ramírez ha aportado un peso de contribución económica a su miembros de 4.000 millones de dólares en 2007, y se han destinado 100 millones de dólares a proyectos que benefician directamente a los pueblos, en especial a las comunidades y sectores más necesitados de la región caribeña.

A PETROCARIBE están integrados, además de Venezuela, Cuba, República Dominicana, Belice, Jamaica, Surinam, Guyana, Granada, Bahamas, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Saint Kitts and Nevis, Antigua y Barbuda, Nicaragua, Honduras, Haití y Guatemala, este último lo refrendo en la reciente Cumbre. Además se han interesado participar, Santa Lucia, Costa Rica y Puerto Rico.

Todos los presentes en la cita de Maracaibo expresaron la satisfacción de haberse integrado al bloque y como colofón, el presidente de Guatemala, Álvaro Colom, lo catalogó como la iniciativa de cooperación más importante e innovadora de las últimas décadas para los países de Latinoamérica y el Caribe.

En conclusiones, PETROCARIBE ha sido creada para promover soluciones de complementación de las economías de la región y no como forma de absorción que imponen las políticas neoliberales y de libre comercio impulsadas por Estados Unidos y la Unión Europea, amparadas por los organismos financieros internacionales y ejecutadas en gran medida por las compañías transnacionales.