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Petróleo a 100 dólares: ahora es otra historia

Fuentes: Sin Permiso

En una sola sesión, el crudo subió 4,02 dólares y rebasa la «cota 100», para luego bajar a 99,62. El oro vuela a 855 dólares la onza. Wall Street pierde casi un 2%, mientras el euro llega a valer 1,473 frente al billete verde. Por vez primera en la historia, el petróleo ha rebasado, ayer […]

En una sola sesión, el crudo subió 4,02 dólares y rebasa la «cota 100», para luego bajar a 99,62. El oro vuela a 855 dólares la onza. Wall Street pierde casi un 2%, mientras el euro llega a valer 1,473 frente al billete verde.

Por vez primera en la historia, el petróleo ha rebasado, ayer [2 enero], el mítico umbral de los 100 dólares por barril. Un aumento fulminante, en una sóla jornada, de 4,02 dólares. El pasado 21 de noviembre, el crudo Light había logrado la anterior marca de 99,29 dólares por barril, para luego bajar hasta 90. También el Brent, en el mercado de Londres, ha alcanzado un nuevo máximo, tocando los 97,07 dólares.

La reacción de Wal Street ha sido instantánea y nerviosa, también porque anduvo condicionada hasta la apertura por las pésimas noticias en el frente industrial: el índice ISM, que mide el complejo manufacturero, ha seguido descendiendo en diciembre por sexto mes consecutivo. Peor todavía: ha terminado bajo «cuota 50» (47,7), convencionalmente asumida como el umbral de la recesión. El dato ha sorprendido, obviamente para mal. Todas las previsiones eran, de hecho, holgadamente superiores.

Para aliviar la moral del mercado de valores estadounidenses no podía bastar la noticia del ínfimo aumento -del 0,1%- del gasto inmobiliario. Las inversiones se han dirigido sobre todo a la construcción de edificios públicos y escuelas. Y su dimensión no basta para recuperar la flexión (-0,4%) registrada en noviembre. Tanto el índice Dow Jones como el Nasdaq han acusado, por ende, pérdidas masivas, que en un determinado momento llegaron a superar los dos puntos porcentuales, para terminar con daños limitados -1,33% y -1,17%, respectivamente, a una hora del cierre-. Confirmando la ola de pánico, los metales preciosos -tradicionales bienes refugio- experimentaban todos un fuerte aumento: el oro tocaba máximos de 855 dólares la onza y, como en el lejano 1980, el platino se comerciaba a 1544 dólares; análogamente con el paladio, a 373 dólares.

Entró en tremolina también, como consecuencia, el mercado del valores del euro, que se disparó a 1,4731 frente al dólar. Por lo demás, los principales analistas dan por descontado que la Reserva Federal procederá en unos días a un nuevo recorte del tipo de interés (llevándolo por debajo del actual 4%). Para sostenerlo no ha servido ni siquiera la reevaluación del yuan -la moneda china-, que contribuye en cierta medida a hacer menos dramática la situación de la balanza de pagos con el extranjero. Se perfilado así el leitmotiv que podría dominar el escenario de los mercados en el año 2008. Salvo, huelga decirlo, que la debilidad de la economía norteamericana no llegue a manifestarse con una abierta recesión. Impresión confirmada anoche por la publicación del acta de la última reunión del comité operativo de la FED, conforme a la cual «las incertidumbres sobre la marcha de la economía crecen» y «la tasa de crecimiento de 2008 será inferior a lo estimado anteriormente».

El alza del petróleo tiene, pues, una motivación monetaria (la debilidad del dólar, su unidad de medida); pero está sostenida también por razones geopolíticas, además de los movimientos especulativos. Ayer pesaron los ataques lanzados por los guerrilleros del Delta del Níger a las instalaciones petrolíferas de las transnacionales (el país es el quinto exportador mundial de petróleo), con el resultado de 12 personas muertas en Port Harcourt. Pero en los días pasados había contribuido a la misma dinámica alcista la inestabilidad política de Pakistán, que amenaza ya a la entera región. También tiene su peso, aun si no decisivo, la situación de guerra civil en Kenia.

Al propio tiempo, la especulación financiera está ya «anticipando» estimaciones sobre las reservas estratégicas de EEUU (que se prevén disminuidas), así como la caída productiva de las instalaciones mexicanas. Pero ya se sabe que la especulación «huele la sangre», cebándose allí donde hay dificultades reales. Agrava los problemas, en una palabra, pero no los causa.

Sea ello como fuere: el haber rebasado la «cota 100″ tiene una indudable fuerza simbólica. Como explicaba hace varios años en una entrevista el expresidente de la ENI, Franco Bernabé, se acabó la era del petróleo fácil». O bien a bajo precio. Eso está resultando ahora evidente también para los renuentes al trabajo. Pero no parece que los «patronos del mundo» tengan en mente la promoción de un cambio de paradigma.

Maurizio Galvani es un analista económico que escribe regularmente en el cotidiano comunista italiano Il Manifesto.