La voz pitiyanqui, según alegaba Mario Briceño Irragorri en su texto «Aviso a los navegantes» de 1953, define a aquellos «compatriotas prestados a hacer juego a los intereses norteamericanos, en perjuicio de los sagrados intereses de Venezuela.» En medio de una campaña electoral en la que vemos proliferar nuevas cepas de esta especie, ―unos por […]
La voz pitiyanqui, según alegaba Mario Briceño Irragorri en su texto «Aviso a los navegantes» de 1953, define a aquellos «compatriotas prestados a hacer juego a los intereses norteamericanos, en perjuicio de los sagrados intereses de Venezuela.»
En medio de una campaña electoral en la que vemos proliferar nuevas cepas de esta especie, ―unos por vocación y otros por desinformación o manipulación― resulta pedagógico hacer una suerte de confrontación entre las políticas (y los resultados) de estos dos modelos hoy por hoy en confrontación: el estadounidense y el Bolivariano. Veamos:
ELECCIONES PARA QUÉ
EN EEUU:: Forzados por un sistema autoritario y elitesco que imposibilita la emergencia de un tercer partido de izquierda con opción de triunfo, los estadounidenses marchan rumbo a elegir un nuevo gobierno derechista y guerrerista, fanático y corporativista, deshonesto y genocida. Forma de comprobarlo: La crisis financiera lo pone cristalino: ni los Demócratas ni los Republicanos son partidos democráticos pues no actúan en favor de las mayorìas. Prefieren ser «agentes» de los grandes monopolios. Gane McCain o gane Obama, el libreto que el futuro presidente tendrá que actuar parece estar ya escrito por anticipado.
EN VENEZUELA: Luego de varios períodos consecutivos de caída en picada de la economía en especial durante las décadas del 80 y 90 del pasado siglo, los venezolanos dimos un giro enérgico y resuelto hacia el socialismo. Y hoy vamos rumbo a cumplir 10 años de revolución socio-política, económica y cultural Bolivariana. Forma de comprobar esto: Pese a al carácter democrático y conciliador del gobierno de Chávez nuestros pitiyanquis de siempre tienen claro que al Bolivarianismo hay que pararlo como sea. Y para la izquierda queda claro que al proceso hoy más que nunca hay que apoyarlo, nutrirlo con una crítica constructiva y radicalizarlo. Democracia directa, generación de más y mejor empleo, mayor productividad, mayor creatividad, seguridad social y promoción de la participación protagónica y la solidaridad internacional son las consignas.
UN AMERICAN WAY OF LIFE… PERO SIN TECHO
EN EEUU: más de un millón de familias encaran hoy la ejecución hipotecaria de sus viviendas, y casi toda la población teme que los bancos quebrados (o por quebrar) les desvalijen sus ahorros, fondos de pensiones, acciones, bonos y otros instrumentos financieros. Forma de comprobar esto: Bush acaba de sacar al ejército a las calles para reprimir de inmediato cualquier asomo de protesta pública. Lo revela el Army Times, el periódico de las Fuerzas Armadas: «La Primera Brigada de Combate de la Tercera División de Infantería del Ejército de EE.UU que pasó 35 meses en Irak en misión de patrulla y de protección de convoyes militares fue llamada a casa, donde podrá ser convocada «a ayudar con disturbios civiles».
EN VENEZUELA, mientras tanto, el gobierno bolivariano revoluciona las condiciones para adquirir vivienda en el país. Formas de comprobarlo: Ley de protección del deudor hipotecario, proscripción de los intereses indexados, legislación que garantiza la provisión de préstamos hipotecarios hasta por el 100% del costo total de la vivienda, fondos para ayudar a las familias de bajos ingresos con la cuota inicial, entre otros.
CON LA MISMA VARA QUE MIDAS, SERÁS MEDIDO
EN EEUU: Luego de décadas de ásperas críticas al manejo soberano de la deuda pública y del sector financiero y bancario de países del «mundo no industrializado», el gobierno de Bush aplica las mismas políticas intervencionistas que hasta hace poco demonizaban. Sí, las mismas que tildaban como vulgar «Capitalismo de Estado». Formas de comprobar esto: Winfried Ruigrok y Rob van Tulder reconocidos investigadores en economía internacional acaban de publicar un informe que arroja que desde hace 15 años, cuando menos 20 compañías entre las 100 primeras en el ranking de la revista Fortune, sobrevivieron exclusivamente puesto que sus respectivos gobiernos trasladaron las pérdidas a la economía real. ¿Qué significa esto? Que pusieron a pagar al ciudadano común las pérdidas de los banqueros y especuladores financieros. Millones de familias que perciben alrededor de 1000 dólares al mes en EEUU están pagando ahora los mega-sueldos de gerentes y las mega-dividendos quienes de quiebran estas entidades a sabiendas de que el gobierno los premiará por ello.
VENEZUELA (incluso en medio de esta grave crisis planetaria que viene y sigue arrastrado los sistemas financieros de EEUU y buena parte de Europa y Asia) Venezuela viene dando evidencias de tener un sistema financiero y bancario sólido. Forma empírica de comprobarlo: Ningún banco, empresa de seguros, reaseguros o empresa inmobiliaria se ha visto en apuros y mucho menos se ha declarado en quiebra. Nadie aquí habla de auxilios financieros. Ni Chávez está reuniéndose con a la Unión Europea para negociar medidas urgentes de salvataje financiero. Además, el índice de morosidad bancario en Venezuela aunque ha crecido recién, sigue todavía ubicándose por debajo del 2%.
EL DRÁCULA DE LOS PODERES PÚBLICOS VIRTUALES ESTADOUNIDENSES
EN EEUU:: el ciudadano medio empieza a entender ahora que hay un Congreso no electo cuyo poder está por encima del Congreso Nacional de EEUU. Es el llamado «Congreso del Movimiento Libre de los Capitales». Es un «parlamento virtual» de inversores y prestamistas que inspeccionan y direccionan programas gubernamentales, y ejercen sus presiones contra toda medida progresista que vaya en favor del pueblo, tildándola de anti-económica, absurda, peligrosa y/o irracional.
EN VENEZUELA: Mientras esto sucede en «el Norte», el ciudadano medio venezolano empieza a entender que contrario a lo que la oposición corea: que «aquí hay un dictador», que «aquí no hay separación de poderes», ni «libertad económica», ni «libertad de prensa», ni «políticas en favor de la gente», la realidad es muy otra. La realidad es que durante el gobierno Bolivariano ni el Presidente ni el Parlamento ni los Poderes Públicos han tomado jamás medidas que permitan o faciliten a los potentados asaltar sin misericordia al país. Forma de comprobarlo: ¿alguno ha visto al gobierno bolivariano dejar a millones de personas en la calle luego de ejecutarle sus viviendas, o sus ahorros, o sus prestaciones sociales, o su seguridad social o eliminar sus puestos de trabajo? Este es el trabajo del pitiyanqui: acusar a nuestro gobierno Bolivariano de lo que cotidianamente estilan hacer los gobiernos de EEUU: conculcar los derechos civiles, económicos, sociales y culturales de la mayoría de la población.
ECONOMÍAS DE CASINO VS. ESQUEMAS DE GOBERNABILIDAD
EN EEUU:: un esquema irresponsable de liberalización financiera contagió a buena parte del mundo «desarrollado» por razón de su economía de casino hecho que está desencadenado efectos que trascienden con mucho el ámbito de la economía. Esta carrera hacia la desregulación y la liberalización sin precedentes demuestra ser un arma eficaz contra el sistema democrático. Estudios lo demuestran: mientras el estadounidense medio pierda sus derechos más elementales (vivienda, alimentación, salud, ahorros, seguridad social) y hasta sus expectativas de cambio, éste suele tornarse más reacio a preocuparse por los derechos políticos, ecológicos y por sus responsabilidades hacia otras regiones. Debido a que estas crisis de los bancos ricos son canceladas con dineros de los proletarios más pobres de EEUU y del mundo, estas crisis profundizan en EEUU la tesis del sálvese quien pueda (individualismo), las compras nerviosas (consumismo psicológico) y abona el camino y justificación para librar nuevas guerras contra el mundo no industrializado (militarismo patriotero redentor).
EN VENEZUELA: Frente a las tesis de la liberalización financiera, el gobierno Bolivariano ha puesto en vigor una política de regulación estatal de la convertibilidad de divisas y de prudencia en la compra de papeles financieros en los mercados internacionales. Por eso instó hace meses a todos los bancos privados a capitalizarse y a salir de todos los papeles con respaldo dudoso. Paradojas: El gobierno socialista de Chávez salvó así a los bancos y a los banqueros venezolanos de una caída y mesa limpia que el sistema financiero estadounidense le tenía montado a todo el sistema financiero internacional. Esta previsión salvó a los banqueros, salvó a los bancos, y salvó además a los ahorristas venezolanos y extranjeros que tenían sus dineros confiados aquí.
SEIS DESENLACES:
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Mientras EEUU traslada su inflación y su recesión producto de guerras y subsidios a las grandes corporaciones en detrimento de sus ciudadanos y de los países más endeudados y pobres del planeta, Venezuela promueve una política social de inclusión, una política económica interna prudente y sustentable, y una política exterior de respeto irrestricto de la soberanía y de solidaridad con muchos Pueblos del mundo, incluyendo sectores proletarios de países desarrollados. Los programas de petróleo a precios reducidos para calefacción de sectores vulnerables en EEUU y petróleo para el desarrollo en otras regiones de América Latina, el Caribe y el mundo marchan en esta dirección.
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Mientras el sistema financiero y el gobierno de EEUU dejan a millones de personas sin casa, sin ahorros, sin pensiones de vejez, sin seguridad social y sin esperanzas de levantar a sus familias con dignidad, Venezuela promueve un sistema de inclusión progresiva de los diversos sectores y actores del país y también de la región. La inclusión de Venezuela entre los tres países a nivel mundial que suministran tratamiento retroviral contra el SIDA no es producto de la casualidad.
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Mientras la economía de EEUU entra en recesión, devalúa el dólar y ve desplomarse bancos, bolsas y entidades financieras, Venezuela presenta un sistema bancario discreto pero controlado, un desahogado nivel de reservas internacionales en relación con el tamaño de su economía, y una tasa de interés estable. Esto significa una economía bastante sana, aunque todavía inflacionaria y aún excesivamente enganchada, vía petróleo, a la economía (de EEUU) que va en dirección a paralizarse. Otra vez tuvo razón Chávez en sus esfuerzos por mirar hacia el Sur y en su empeño por diversificar nuestras relaciones económicas y abrirlas hacia América Latina, Europa y Asia.
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Mientras EEUU presenta una tasa de inflación creciente y una tasa de crecimiento descendiente desde hace varios años, una baja tasa de ahorro y una más baja tasa de formación de capital, Venezuela, pese al discreto tamaño de su economía y su condición de país mono-productor, presenta comparativamente una situación general bastante saludable. Según la data del BCV, la economía venezolana continúa creciendo sostenidamente desde el 2004 así como tasas positivas de formación bruta de capital fijo y una tasa positiva y creciente de fomento de la actividad agrícola. La tasa de desempleo abierto sigue disminuyendo y el salario mínimo alcanzó ubicarse como el más alto de América Latina. La deuda pública tiene 5 años consecutivos disminuyendo con respecto al PIB, y la inflación promedio del gobierno Bolivariano, aunque relativamente alta, es la menos alta en comparación con los tres gobiernos precedentes (Caldera, Pérez, Lusinchi).
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Visión profética parece que tuvo Woodrow Wilson, Presidente de EEUU durante la Primera Guerra Mundial cuando hace varias décadas declaró: «Hemos llegado a ser uno de los gobiernos peor gobernados del mundo, uno de los gobiernos más absolutamente controlados y dominados. Ya no somos un gobierno de la opinión libre, ya no somos un gobierno dirigido por la convicción y el voto de la mayoría, sino un gobierno de la opinión y la coacción de pequeños grupos de hombres dominantes».
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Salvo que alguien viva directa o indirectamente al servicio del sistema alienante, intervencionista y expoliador de EEUU, ser hoy pitiyanqui en Venezuela día resulta casi admirable. Requiere cerrar los ojos y los oídos todo el tiempo y con mucha fuerza ante eso que un tal Marx gustaba etiquetar como «la terca realidad».