Son en su mayoría jóvenes, negros y habitantes de las «favelas». Este es el perfil que torna sospechosas las acciones policiales en las calles de las ciudades brasileñas, según Vera Lúcia Vieira, profesora de Historia de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC/SP). Ella es una de las responsables por el estudio sobre violencia […]
Son en su mayoría jóvenes, negros y habitantes de las «favelas». Este es el perfil que torna sospechosas las acciones policiales en las calles de las ciudades brasileñas, según Vera Lúcia Vieira, profesora de Historia de la Pontificia Universidad Católica de San Pablo (PUC/SP). Ella es una de las responsables por el estudio sobre violencia policial. El análisis de las muertes y torturas resultantes de la acción policial fue realizado con base en las informaciones de los periódicos de grande y media circulación.
Gran parte de las personas son muertas por sospechosas. Según datos de la Fiscalía Pública del Estado de San Pablo, en los últimos diez años, hasta diciembre de 2005, más de 3.200 personas fueron muertas por las Policías Civil y Militar. En el estado de Río de Janeiro, en el sudeste brasileño, son innumerables los casos de asesinatos en los suburbios. Sólo la masacre de la Baixada Fulmínense, región metropolitana del estado, ocurrida en marzo del año pasado, dejó 30 muertos. Según la profesora, estas muertes ocurren porque hay una violencia institucionalizada en la sociedad y las personas que cometen estos asesinatos están actuando con el respaldo de las fuerzas legales.
«Si se mata a las personas por sospechosas en las calles, significa que no se tiene la institucionalidad de las reglas, de la llamada democracia, en que la persona tiene que ser presa, después llevada a procedimientos judiciales que, en principio, llevan a identificar si hay o no culpa. Si se tiene estas muertes por sospecha en las calles, significa que la institucionalidad de la ley no existe. Entonces, por eso esta alta mortalidad y por eso nosotros tenemos que precavernos y observar bien qué tipo de Estado es éste, qué tipo de democracia es ésta que estamos vivenciando.»
Según la pesquisa de la Fiscalía de la Policía de San Pablo, la mayor parte de las víctimas no poseía antecedentes criminales, ni había cometido ninguna infracción.