Compartimos el siguiente texto de la organización brasilera hermana Insurgencia, tendencia interna del PSOL – Partido Socialismo e Liberdade . El documento es parte de una polémica con el PSTU de Brasil – Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado , que se enmarca en la coyuntura política del país vecino, pero que, al mismo tiempo, expresa […]
Compartimos el siguiente texto de la organización brasilera hermana Insurgencia, tendencia interna del PSOL – Partido Socialismo e Liberdade . El documento es parte de una polémica con el PSTU de Brasil – Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado , que se enmarca en la coyuntura política del país vecino, pero que, al mismo tiempo, expresa una perspectiva y un patrimonio político con el que nos identificamos. En un registro polémico, el texto recoge posiciones sobre la caracterización del momento histórico, la cultura política y las concepciones estratégicas y organizativas que nos diferencian de otras tradiciones de la izquierda (Democracia Socialista – Argentina).
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Insurgencia, corriente interna del PSOL resultante de la fusión entre lo que fueron Enlace, CSOL y CVL – segunda fuerza en dimensión del ala izquierda del partido – no completó todavía un año de existencia pero colecciona golpes de los más variados de parte del PSTU, en diversos y de los más distintos niveles, en redes sociales, en el movimiento, en blogs de militantes y en su sitio oficial.
Como es de conocimiento del conjunto del activismo, el PSTU, importante y tradicional partido de la izquierda socialista brasilera, con fuerte actuación en el movimiento sindical y presencia razonable en el movimiento estudiantil, es una agremiación de valientes luchadoras y luchadores. El PSTU pertenece, junto a las centenas de millares de jóvenes con reciente actividad política, al mismo campo político del PSOL y en particular de la izquierda del PSOL, en la cual tiene parte destacada Insurgencia.
¿Cuál es la razón entonces de esta obsesión del PSTU, sus dirigentes y militantes en atacar al PSOL y a Insurgencia en particular?
El más reciente episodio fue la publicación, en el sitio nacional del PSTU, del acto-de-fe de dos jóvenes militantes de la USP, oriundos de nuestras filas, que rompieran con Insurgencia y el PSOL y adhirieron a aquel partido. (Acto-de-fe era el ritual que la Iglesia Católica contra-reformista, en el periodo de la Inquisición, impugna a los supuestos trasgresores del canon, de la línea oficial, para hacerlos reconocer sus pecados pasados)
El texto «La estrategia revolucionaria en cuestión[1]«, realizado por los dos exmilitantes de Insurgencia, publicado en el sitio nacional del PSTU, no realiza ninguna crítica nueva, no propone ningún debate estratégico o táctico original. Al repetir las mismas y viejas diferencias entre el PSTU e Insurgencia, dirigido quirúrgicamente a militantes de nuestra corriente, del PSOL y del movimiento, que nos conocen a ambos, es parte más de una tentativa de incidir sobre activistas que se preguntan honestamente a cuál de las organizaciones adherir o con cuál simpatizar.
¿Fraccionalismo entre aliados?
Esta metodología de disputa, en el que apenas posiciones pre-concebidas son repetidas como mantras, sin ninguna preocupación sincera de dialogar en búsqueda de síntesis o acuerdos mínimos, sirve muy poco o nada para la desfragmentación de la izquierda.
Con todo respeto por la opción de los dos suscriptores de la carta, lamentamos inmensamente la insistencia del PSTU en esa forma de lucha fraccional mezquina, en tiempos de necesidad de disputa contra-hegemónica (contra los enemigos de clase) mucho mayor y desafiante en la sociedad.
Después de todo, si no estamos juntos para la disputa electoral nacional (porque el PSTU decidió que no haría el frente de izquierda nacional con el PSOL ante la candidatura presidencial de Randolfe Rodrigues, pero mantiene esa misma política, de forma inflexible y equivocada, ante el viraje experimentado en la lucha interna del PSOL y la candidatura de Luciana Genro), estamos lado a lado en las luchas, en varias oposiciones sindicales, en innumerables direcciones de entidades de clase y en varias disputas electorales estaduales.
Lamentamos y exponemos así con franqueza una primera diferencia fundamental: nosotros, desde Insurgencia, repudiamos el método de combate fraccional entre organizaciones aliadas. Ejerciendo ese método, el PSTU pone en duda ante los activistas a los cuales distribuye esa carta y de toda la vanguardia luchadora, la sinceridad de sus afirmaciones acerca de las alianzas con las que se compromete, ya que es extraño para nosotros buscar alianzas con los que son considerados enemigos. Insurgencia rechaza esta metodología.
En segundo lugar, pero no menos importante, Insurgencia repudia vehemente el método de tergiversación de la opinión ajena, de falsificación de lo que piensan otros agrupamientos, personas o corrientes, de la interpretación tendenciosa de las afirmaciones de organizaciones aliadas, que fue tan trágicamente aplicado en el siglo XX por la vieja izquierda estalinista que ambos decimos superar. Infelizmente, no puede ser diagnosticado como otra cosa que una falsificación, con un gran ingrediente de deshonestidad intelectual, que los camaradas extraigan de un tramo de tres líneas de una revista de 68 páginas la conclusión de que nuestra organización es institucionalista, por tanto, «revisionista» y reformista.
Con este brote anti-Insurgencia, el PSTU demuestra estar muy incómodo con nuestra existencia. El PSTU está incomodado porque el PSOL e Insurgencia ejercen tentadora atracción sobre jóvenes, trabajadoras y trabajadores. Por eso apela patéticamente a ese lamentable vale-todo.
La «culpa» de los Black blocs
No negamos que varias, casi todas o todas las diferencias expuestas por el texto en cuestión existen. Nos negamos a asumir la policiaca y maniquea interpretación de que los black blocs son enemigos de clase y de la izquierda, aunque comprendamos que las acciones de los BB son, sí, desplazadas del conjunto del movimiento. Aunque critiquemos los métodos autonomistas, que no respetan decisiones colectivas. Es por eso que los enfrentamos duramente en SEPE-RJ, por ejemplo.
En lo que definitivamente no concordamos con el PSTU es en colocar en los enmascarados la responsabilidad por la represión y por la truculencia de la policía y del Estado brasileros. En lo que de modo alguno podemos concordar con los camaradas del PSTU es con la actitud lamentable de abandonar simplemente el Bloque de Luchas de Porto Alegre, con el pretexto de que éste, con la presencia de black blocs, podría dar motivo a la represión.
Al colocar la «culpa» de la reciente reducción del número de manifestantes en las calles exclusivamente en los black blocs, nuestros excompañeros hacen un análisis unilateral, rompiendo inclusive con la concepción de partido de Lenin, que dicen defender. Es algo completamente esperable que, después de un momento de lucha política de gran intensidad, parte de los trabajadores sean «atraídos» de vuelta por su día-a-día y de eso se deduce la necesidad de una organización partidaria constante, que mantenga las luchas vivas incluso en tiempo de «calma» social.
Nos negamos a diagnosticar como «ingreso de la clase obrera» (organizadas en categorías) en la lucha pos-junio a aquel ensayo burocrático de julio de 2013, en el cual las direcciones de centrales oficialistas fueron incapaces de construir un proceso de huelga y movilización real por la base y mismo diversos sindicatos de base del PSTU y/o de la CSP-Conlutas decidieron no acatar el llamado a huelga. Creemos que el ingreso de la clase trabajadora en el ascenso pos-2013 ocurrió a partir de la huelga de los basureros de Rio y en el impulso de la lucha de los profesores fluminenses, que fueron huelgas «punto de partida» para el desbordamiento de diversas huelgas por la base en el país. (Los activistas más sinceros comprendieron que una diferencia de este contenido no significa falta de comprensión del movimiento de junio, sino una saludable y constructiva diferenciación).
La declaración de que el acto de las direcciones de la burocracia sindical fue el ingreso de la clase trabajadora en las jornadas de junio es bastante simbólico de la relación que el PSTU establece con la realidad. Dirección de una central sindical minoritaria, pero importante (la CSP-Conlutas), el PSTU tiende cada vez más a analizar la realidad a la luz de la superestructura burocrática sindical que pasó a frecuentar, en el cual el aparato es utilizado no en favor de la reorganización de la izquierda en su totalidad sino, más bien, como instrumento de propaganda y auto-proclamación de sus propias políticas.
Es preciso limpiar el terreno de las tergiversaciones sobre nuestras posiciones «estratégicas». Somos una corriente marxista revolucionaria, no creemos en el éxito de cualquier empresa revolucionaria que tenga como camino la acumulación de fuerzas en el ámbito del Estado burgués. Los mandatos de nuestros parlamentarios son ejemplos de la total dedicación al fortalecimiento de los movimientos sociales y de las luchas, así como a las denuncias de las negociaciones internas de las cámaras legislativas que pertenecen así como de los gobiernos de turno. (¿Los suscriptores de la carta sufrieron alguna amnesia?)
En el límite de la hipocresía a la que los que hoy nos llaman institucionalistas y «revisionistas» llegan, en el interés de elegir un concejal en la capital de Pará, en 2012, hicieron un frente electoral con el PSOL y el oficialista PCdoB – un arco de alianzas de nuestro partido contra el cual las corrientes que venimos de conformar Insurgencia lucharon y denunciaron públicamente hasta el final. Insurgencia y sus corrientes constitutivas nunca apoyaran ni conformaran alianzas electorales del tipo que el PSTU hizo en Belem.
Concepción de partido vintage
Tenemos, sí, apreciaciones bien diferentes de las del PSTU en el terreno estratégico. Nuestras diferencias más importantes residen en la comprensión histórica del mundo, su momento actual y el papel del partido revolucionario. El PSTU mantiene una visión del mundo y de la revolución referenciada en el modelo ruso, de inicio del siglo XX. Y mantiene una concepción del partido absolutamente coherente con esa visión «vintage», es preciso reconocer.
Insurgencia, a diferencia, percibe que el mundo cambio, y bastante. Que la etapa actual, pasados los 30 años neoliberales y su victoria ideológica contra lo que fue llamado «socialismo real», es de profunda fragmentación de los socialistas y de lucha atroz por su reorganización, lo que significa disposición al diálogo y la búsqueda de recomposición por la vía de síntesis.
Nuestra estrategia, de Insurgencia, es impulsar un proceso que evaluamos que será largo y complejo, de reconstrucción del movimiento socialista sobre bases revolucionarias – en el mundo y en Brasil -, pasando por diversas e imprevisibles fusiones y síntesis de experiencias. Ese es el sentido de nuestra participación en el PSOL. La apertura para eso y las políticas de unidad de los revolucionarios de diferentes niveles posibles (que es mucho más que el frente único) está en el centro de nuestra concepción estratégica.
Los camaradas del PSTU ven la reorganización de otro modo. Afirman que existe un proceso de reorganización, pero no extraen de esa definición sus últimas consecuencias, porque mantienen su concepción del partido revolucionario de vanguardia idéntica a la de cien años atrás. Por eso se negaron a unirse al PSOL. Por eso consideran toda y cualquier contribución que no encaje en sus esquemas como «revisionista». ¿Revisionistas de que, caras pálida? ¿No es justo y necesario revisar alguna cosa pasados cien, setenta, cincuenta años de tremendas novedades en la lucha de clases? ¿No es justo e ineludible, para citar apenas una cuestión no percibida por la generación de Lenin, Trotsky y Rosa, incluir en el programa de la revolución del siglo XXI el combate contra la degradación del medio ambiente?
Insurgencia es radicalmente contraria a toda política auto-proclamatoria de una vanguardia revolucionaria que se dice dueña del programa revolucionario acabado. Para el PSTU, el centro es la construcción de un partido que ya se dice dirección revolucionaria del proletariado, antes que ésta se forje. Por esta razón, el PSTU tiene un régimen interno de fracción, adverso al pluralismo, mientras que el pluralismo es reconocido por nosotros como una cualidad, y no un problema. Por eso, en el régimen interno que tenemos y que nosotros proponemos llevar a los movimientos, es preciso tener mucha disposición para el debate, diálogo y principalmente paciencia revolucionaria para la construcción en la diversidad – lo que no todo joven camarada se dispone a tener.
Creemos que el PSTU tiende a colocarse al margen del proceso de recomposición, por más que esperemos que cambien… Porque hacen un fetiche de la reorganización de la clase trabajadora y tienen una relación instrumental con los movimiento sociales. Porque todo está siempre en función de construir el partido, encima de todo y para todo.
Porque Insurgencia es por ahora la comprobación de que las síntesis y fusiones, además de necesarias, son posibles… porque somos lo opuesto por el vértice de la hipótesis autoproclamatoria, defendida por el PSTU… porque, para mal de sus pecados, todavía tenemos en nuestro interior una camada de cuadros oriunda de Convergencia Socialista y del PSTU, que hicieron la experiencia con él – impidiéndoles reivindicar en solitario su propia trayectoria – por esas y por otras, ¡nosotros incomodamos mucho al PSTU!
Por eso, esa necesidad de atacarnos permanentemente.
Frente a tales ataques, nuestra respuesta no puede ser otra «senão a de muitos votos de que avancem«[2]. ¡Que consigan salir de su burbuja y vengan a construir con nosotros y tantos otros socialistas revolucionarios el bloque histórico necesario para la revolución socialista!
[1] A estratégia revolucionária em questão, en: http://www.pstu.org.br/node/20752
[2] Nota del traductor: Mantenemos la expresión original del portugués porque en una traducción literal se pierde el sentido. La expresión remite a desear que sigan su rumbo. Subrayado nuestro.
* Felipe Moda de la Coordinación Nacional e Isadora Penna, de la Coordinación estadual de San Pablo de Insurgencia.
Traducido del portugués por Martín Mosquera.
Extraído de http://www.insurgencia.org/por-que-a-insurgencia-incomoda-tanto-o-pstu/