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¿Por qué nos espían los gobiernos?

Fuentes: Alai-amlatina

Una de las discusiones que se está dando en el marco del Foro de Gobernanza de Internet (FGI), que se desarrolla en Río de Janeiro, del 12 al 15 de noviembre de 2007, tiene que ver con la delgada línea roja que pareciera existir entre el respeto a la libertad de expresión y la seguridad […]

Una de las discusiones que se está dando en el marco del Foro de Gobernanza de Internet (FGI), que se desarrolla en Río de Janeiro, del 12 al 15 de noviembre de 2007, tiene que ver con la delgada línea roja que pareciera existir entre el respeto a la libertad de expresión y la seguridad y lucha contra el terrorismo. En el panel sobre «Libertad de expresión como tema de seguridad», el debate dejó abierta la sensación de que sería mejor que los gobiernos no nos protegieran tanto, si es que esa protección se convierte en violación de derechos humanos consagrados universalmente.

«¿Por qué nos espían los gobiernos? Lo hacen con la idea de protegernos del terrorismo, pero podrían terminar violando derechos humanos fundamentales», señaló uno de los panelistas. En la Unión Europea éste ha sido un tema de mucha discusión en los últimos años y es por eso que se han aprobado varios acuerdos con lineamientos y recomendaciones en torno al ejercicio de la libertad de expresión «en tiempos de terrorismo». Un representante del Consejo de Europa aclaró que estos lineamientos tienen como objetivo lograr que libertad de expresión sea respetada por los estados aún en la lucha contra el terrorismo. Explicó que las recomendaciones establecen que no deberán haber restricciones salvo que sean estrictamente necesarias, y se tendrán que respetar la vida privada de las personas, la seguridad personal, la no intervención en los derechos del periodismo, con protección de sus fuentes de información y garantizando la circulación de la información por cualquier medio, incluso Internet.

Pero es cierto también que las organizaciones que monitorean el ejercicio de la libertad de expresión en el mundo, llevan contabilizados 36 países que restringen seriamente el funcionamiento de Internet y de otras herramientas de comunicación electrónica. Agregan a esta lista otros 24 países que utilizan filtros para la información a la cual pueden acceder sus ciudadanos y otro tipo de dispositivos técnicos que permiten monitorear los usos de Internet por parte de los usuarios. Estas organizaciones apuntan al hecho de que la imposibilidad de ejercer la libertad de expresión, intercambiando información tiene también una consecuencia negativa en materia de creación de conocimientos y de circulación de estos conocimientos, con resultados que afectan finalmente el desarrollo económico, la productividad y la innovación.

«¿Acaso Internet le quita poder a los gobiernos?», se preguntó un representante del Consejo de Europa. «Por el contrario, los enriquece», afirmó. Parte de esta riqueza está en el debate multisectorial, en el cual gobiernos, empresas privadas y sociedad civil se han embarcado para lograr un marco de gobernanza de Internet que vaya más allá de los aspectos técnicos y tenga en cuenta principios en común para dar respuestas a los múltiples desafíos y oportunidades que ofrece el desarrollo actual de las comunicaciones en Internet.

Las empresas privadas también nos controlan

Yahoo entregó en China los datos de un activista al gobierno y el hombre terminó preso. Google aceptó bloquear los sitios indicados por el gobierno chino, pero hace la salvedad de «ser transparente» porque al pretender acceder a los sitios en cuestión aparece un cartelito que aclara que eso se hace por orden del gobierno. Hay prestadores de servicios de Internet que tienen una ética fluctuante: bloquean los sitios de pornografía infantil si existen leyes al respecto en el país en cuestión, pero los dejan de acceso libre cuando en el país no existe ley alguna que contemple el tema.

Cuando el ministro brasileño Mangabera Unger se refirió en la sesión inaugural del Foro de Gobernanza de Internet a la necesidad de terminar con la dictadura del poder, del dinero y del autoritarismo cultural en Internet, estaba abarcando varias cuestiones de peso en su demanda. Y el poder del dinero no es algo que se pueda obviar. ¿Por qué no habría de aceptar una empresa los requerimientos restrictivos a la libertad de expresión de un gobierno, si eso le abre las puertas a millones de nuevos usuarios (¡y aumentar sideralmente el negocio!)

En el transcurso de uno de los paneles sobre el tema del ejercicio de la libertad de expresión en Internet, el representante de una empresa privada trató de disculpar las políticas adoptadas aduciendo que es como si se tratara de abrir una biblioteca pública con restricciones a determinados títulos y autores. Igual la abriría porque eso permitiría que la gente accediera al menos a algunos libros.

Para los hombres y mujeres latinoamericanos que sufrimos durante las temibles dictaduras militares la persecución y asesinato de decenas de escritores y periodistas, como también la quema pública de libros porque eran considerados contrarios al «ser nacional», a lo «occidental y cristiano» o simplemente «subversivos», se nos hace doloroso y condenable el hecho de que muy tranquilamente los empresarios, una vez más, le hagan el juego a la represión. Me dirán que no es novedad, pero quizá ilusamente habíamos pensado que con Internet no podrían…

Esta segunda reunión del Foro de Gobernanza de Internet se desarrolla en Río de Janeiro, del 12 al 15 de noviembre de 2007. La primera reunión se celebró en Atenas, en octubre de 2006. El FGI fue convocado por Naciones Unidas en cumplimiento del mandato recibido por los acuerdos surgidos de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información (Túnez, 2005)

– Dafne Sabanes Plou, periodista argentina, es animadora en América Latina del Programa de Apoyo de las Redes de Mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, APC-PARM.

Más información: http://alainet.org