El Foro Mundo para la Reforma Agraria (http://www. fmra.org), llevado a cabo del 5 al 8 de diciembre, en Valencia, España, superó las expectativas en términos de la participación de los movimientos sociales de base y otros actores, de avances reales en el análisis, y de un sentido renovado de compromiso para obligar a que […]
El Foro Mundo para la Reforma Agraria (http://www. fmra.org), llevado a cabo del 5 al 8 de diciembre, en Valencia, España, superó las expectativas en términos de la participación de los movimientos sociales de base y otros actores, de avances reales en el análisis, y de un sentido renovado de compromiso para obligar a que el tema de la reforma agraria vuelva nuevamente al centro del debate político sobre el futuro de las áreas rurales en el mundo.
Se congregaron más de 500 delegados y delegadas de 68 países de cinco continentes, incluyendo 13 países europeos, 20 países de Africa, 18 de América latina, 2 de Norteamérica, 16 de Asia, y uno de Oceanía. Cincuenta y seis por ciento eran hombres y 44 por ciento mujeres, y bastante más de la mitad provinieron de organizaciones de campesinos, de pequeños agricultores, de pueblos indígenas, de los sin tierra, de los habitantes del bosque y de pescadores.
Si se pudiera describir el foro en una sola palabra sería: movilizador. Los delegados fueron prácticamente unánimes en su convicción de que la magnitud del problema global de los sin tierra y de la exclusión del acceso a los recursos naturales es tan grande que solamente con la «politización» de la problemática, conduciendo a una movilización social masiva, se tendría la esperanza de encontrar soluciones. Delegados y delegadas se fueron con el compromiso renovado de construir esa movilización. La presencia de casi 100 delegados de Vía Campesina, la alianza global de movimientos rurales (http:// www.viacampesina.org), fuerza clave detrás de la Campaña Global para la Reforma Agraria, contribuyó a imprimir el sello de la movilización en el foro.
El ejemplo relativamente exitoso en Brasil de la «reforma agraria desde abajo», impulsado por el Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST), inspiró a las delegaciones. El MST ocupa un papel de liderazgo en una tendencia global hacia el uso creciente de ocupaciones de tierras ociosas, como herramienta para asentar a los sin tierra y para presionar a los gobiernos a cumplir con una verdadera reforma agraria. Queda muy claro que las ocupaciones de la tierra irán en aumento por parte de los movimientos rurales alrededor del mundo, y entonces una tarea clave es construir la solidaridad con estas ocupaciones y con las reformas agrarias más acertadas, conducidas por gobiernos como el de Cuba y Venezuela, cuando crecientemente éstas son objeto de ataques por los sectores poderosos.
El consenso que emergió de los paneles plenarios -donde la mayoría de los ponentes provinieron de los movimientos de base- y de los numerosos talleres es que la crisis global que afecta a las áreas rurales se puede entender principalmente como choque de modelos de la agricultura, de los sistemas de alimentación y del desarrollo rural, y que se debe tratar como tal. La declaración borrador emitida en el foro -abierta a quienes la quieran suscribir (disponible en el sitio web del foro)- dice en parte:
«Hoy, personas de todo el mundo se encuentran confrontadas con dos modelos… El dominante es el modelo agroexportador, basado en la lógica neoliberal y el libre comercio, la privatización y la transformación de la tierra, el agua, los bosques, la pesca, las semillas, el conocimiento y la vida. Se guía por el objetivo de beneficios corporativos y la intensificación de la producción para la exportación, y es responsable de la creciente concentración de tierras, recursos, y cadenas de producción y distribución de alimentos y otros productos agrícolas en manos de un número reducido de corporaciones. El precio de los alimentos y otros productos agrícolas decrece constantemente por el dumping y otros factores; asimismo, disminuyen los ingresos de campesinos y trabajadores. Los precios para el consumidor, sin embargo, continúan su incremento…. El modelo basado en la agricultura campesina y familiar y en la soberanía alimentaria, por el contrario prioriza la producción local para los mercados locales y nacionales, rechaza el dumping y utiliza prácticas de producción basadas en el conocimiento local. La experiencia muestra que este modelo es potencialmente más productivo por unidad de superficie, más compatible con el medio ambiente y mucho más capaz de proporcionar una vida digna a las familias rurales, al mismo tiempo que les proporciona a los consumidores rurales y urbanos alimentos sanos, asequibles y producidos localmente.»
Se comparte la convicción de que la expansión incontrolada del modelo dominante, impulsada por las políticas agrarias del Banco Mundial (BM), las políticas de libre comercio de la Organización Mundial de Comercio (OMC), así como por los acuerdos comerciales regionales y bilaterales, está socavando nuestra esperanza del modelo de la pequeña granja, que evidentemente es el mejor. La buena noticia es que los movimientos campesinos, de pequeños agricultores, de los sin tierra y los indígenas están más vivos, mejor organizados y más sofisticados de lo que han estado en mucho tiempo; están en plena resistencia al modelo dominante y se están juntando para construir alianzas políticas con grupos de consumidores, de pobladores, de la iglesia, de derechos humanos y ambientales, para presionar en favor de políticas integrales de soberanía alimentaria que comienzan con una reforma agraria verdadera y con un freno a la liberalización comercial indiscriminada para los productos agrícolas (http://www.foodfirst.org/pubs/backgrdrs/2003/f03v9n4.html).
En el pronunciamiento final, los signatarios reivindican que la OMC salga del sector de la alimentación y la agricultura, apelan a una reforma agraria verdadera, denuncian las políticas de la privatización de la tierra del BM, exigen el cese de la violencia contra las organizaciones campesinas y los pueblos indígenas, inspirada por los terratenientes y corporaciones, por haber defendido las actuales ocupaciones de tierras y otros procesos de la reforma agraria, y por trabajar juntos para construir ejemplos locales y nacionales exitosos de soberanía alimentaria. Está muy claro que la lucha comenzó hace mucho tiempo, pero que este foro ha servido de «trampolín», que ha dado a los movimientos un nuevo empuje por el hecho de haber avanzado conjuntamente en el análisis de la elaboración de estrategias.
Las memorias de la conferencia, que se publicarán en el sitio Web de la conferencia en algunas semanas, incluirán los resúmenes de los talleres que fueron muy ricos, con reales avances analíticos en asuntos como tierra y género, el concepto del territorio vs. tierra, la exclusión social, la parcelación de tierras comunales, los nuevos granjeros, la construcción de alianzas, el papel de las instituciones multilaterales, y mucho más. Estos serán recursos valiosos tanto para los movimientos como para los analistas.
*Investigador del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (http://www.ceccam.org.mx) y co coordinador de la Red de Investigación-Acción sobre la Tierra (http://www. acciontierra. org) que coauspició el Foro Mundial sobre la Reforma Agraria (http://www.fmra.org).