Proveniente de una familia de músicos y nacido en Montevideo, el autor, compositor, cantor, docente y locutor uruguayo Daniel Viglietti, se caracterizó por interpretar canciones de protesta durante las movilizaciones de la década de 1960 en su país. Considera que cuando se va a transformar una sociedad lo más importante es ser celosamente críticos y […]
Proveniente de una familia de músicos y nacido en Montevideo, el autor, compositor, cantor, docente y locutor uruguayo Daniel Viglietti, se caracterizó por interpretar canciones de protesta durante las movilizaciones de la década de 1960 en su país. Considera que cuando se va a transformar una sociedad lo más importante es ser celosamente críticos y sobre todo estar atentos en que no se desvíe el camino original. Los cantantes de protesta no necesariamente buscan la fama, pero Viglietti se ha covertido en una figura internacionalmente reconocida.
-¿Cuál considera que ha sido su secreto para lograr trascender?
-Las canciones expresan una cantidad de sentimientos que están estrechamente relacionados con la memoria de los pueblos. Para construir un poder alternativo la palabra protesta es limitada. Prefiero llamarlas canciones humanas porque aluden a lo más esencial del ser humano, al ideal de un mundo fundado en el compañerismo, en la solidaridad y no en el egoísmo y la explotación del hombre por el hombre.
-¿Cómo y cuándo descubrió su pasión por la música?
-Desde la cuna, diría yo; mi madre era pianista y mi papá guitarrista. Siento que estaba predestinado a no ser ingeniero o astronauta, sino músico.
-¿Quiénes fueron su mejor influencia musical ?
-La principal influencia vino de mis padres, también de un tío materno, quien era pianista como ella y alternaba la música popular con la música culta. De allí aprendí y descubrí los valores de la música popular. Pero también Atahualpa Yupanqui, él era un músico y poeta argentino a quien solía escuchar desde niño. Pienso que la música es algo frágil que no puede resolver ningún proceso histórico, pero puede ayudar a tomar conciencia. Creo que cantando puedo contribuir a sensibilizar a los oyentes.
-Hace 25 años fue la primera vez que usted pisó suelo venezolano, ¿Qué recuerda de esa ocasión?
-Esa primera vez conocí e inicié una linda amistad con Alí Primera, el cantautor del pueblo, recuerdo que estuvimos en una casa en la playa donde le hice una larga entrevista. Después de ello solíamos encontrarnos en varios países de América Latina.
-¿Cómo ve la actual música de protesta en América Latina?
-Definitivamente hay un proceso de relevo. Si los músicos de ahora estuvieran imitando a Yupanqui, Jara o Viglietti, en el sentido musical, el mundo se hubiera detenido. Debemos seguir apostando a la renovación y pienso que en la medida de que en Venezuela y Uruguay se están viviendo etapas progresistas, la música puede ser una buena base para que los jóvenes se formen y estudien.
-Durante once años estuvo en el exilio ¿Qué aprendió durante ese período?
-Aprendí que hay que comunicarse con otros pueblos y culturas. Me ayudó el hecho de que mis canciones circularon mucho y fueron cantadas en varios idiomas como francés, noruego y sueco. Todo eso me demostró que el exilio también podría ser parte de un taller de trabajo. No me encerré en la melancolía, a pesar de que me dolía. Seguí creando.
-Tras la reciente elección como presidente de Uruguay del izquierdista y excombatiente José «Pepe» Mujica, ¿Qué futuro vislumbra para su país?
– Es un hecho original y sorprendente que una persona que hace décadas era difamado por sus ideas, haya llegado a ser presidente. Como decía Mario Benedetti, para el optimismo no hay vacunas.
– En Chile se le está haciendo un homenaje a Víctor Jara, ¿Qué piensa de ese evento?
– Acabo de estar allá, donde la viuda de Víctor me estuvo contando cómo iba a hacer -aunque tardío- un gran homenaje a su memoria. Un funeral pero con el puño alzado. Víctor fue un símbolo claro de lucha. Siempre le recuerdo con mucho afecto.
-En Montevideo y Caracas ha tenido la oportunidad de cantar con Cecilia Todd, ¿Qué siente al reencontrarse con ella acá en Venezuela?
– Estoy muy contento por volver a cantar con mi querida amiga. En el pasado habíamos hecho conciertos maravillosos.
-¿Cuál es la importancia de conducir la integración latinoamericana a través de la música?
– Creo que la música es un hilo de comunicación que ayuda a formar todo este tejido entre los países latinoamericanos. Me parece que la música no necesita visa para cruzar una frontera, simplemente pasa, se mezcla y se deja sentir.
-¿Qué opina de los avances que ha tenido la Revolución Bolivariana?
– Creo que ha dado pasos importantes. Definitivamente ha quedado atrás una etapa de tradiciones conservatorias y contrarrevolucionarias, tal como ha ocurrido en Uruguay. Son movimientos paralelos que se van encontrando. Nosotros llevamos en esta lucha menos tiempo, pero estamos avanzando.
-Un mensaje para Venezuela…
-Un fuerte abrazo de parte de muchas personas que están pendiente de lo que los venezolanos hacen en su país. Hace poco intervine en un acto organizado por la embajada de Venezuela en Uruguay, sobre la experiencia de Elena Quintero, quien fue maestra y le compuse una canción titulada «Tiza y Bastón». Ella prueba que siempre estamos pendiente un pueblo con el otro. Traigo conmigo un abrazo desde allá para todos los venezolanos bolivarianos.
Una voz que rompe todas las cercas
A Desalambrar, canción que entonó ayer junto al Presidente Chávez, es el tema con el que se define Daniel Viglietti. «Entre otras canciones, mis oyentes dicen que esta canción es mi identidad», afirmó.
T/Rosina Romero F/Oscar Arria Caracas
Fuente: http://www.larevolucionvive.org.ve/spip.php?article945