Recomiendo:
0

Un análisis político de la crisis financiera

Preocupación de muchos, concilio de pocos

Fuentes: CubaDebate

La crisis tiene sacados de quicio a gobernantes, políticos, economistas y sobre todo a los ciudadanos, que no ven idea clara de cómo se saldrá del túnel. En Washington, el sábado 15, tendrá lugar una publicitada reunión del G-20, un grupo integrado por los países más ricos del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran […]

La crisis tiene sacados de quicio a gobernantes, políticos, economistas y sobre todo a los ciudadanos, que no ven idea clara de cómo se saldrá del túnel.

En Washington, el sábado 15, tendrá lugar una publicitada reunión del G-20, un grupo integrado por los países más ricos del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Italia y Japón), 12 economías emergentes (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Rusia, Sudáfrica y Turquía) y a la Unión Europea como bloque.

Sus autoridades financieras y monetarias se reúnen anualmente desde 1999, pero ha sido poca su influencia como Grupo en el destino económico mundial. Más conocido es otro G-20 el cual agrupa a los países del sur que conciertan posiciones en las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio.

A la cita en la capital norteamericana también acudirán los titulares del FMI, el Banco Mundial y el Banco Central Europeo, así como el Presidente del Gobierno español, quien ocupará una de las dos bancas de Francia, que es miembro del G-7 y Presidente de turno de la UE.

 Turbulencias 

La convocatoria extraordinaria del G-20 responde a la más profunda crisis del capitalismo desde la Gran Depresión de la década de los ´30 del pasado siglo. La debacle iniciada en el inflado sector inmobiliario norteamericano se ha extendido como plaga, contagiando a los mercados mundiales, arrasando el sistema financiero, obligando a los gobiernos a inyectar billones de dólares y euros en las instituciones financieras y causando ya impacto en la economía real. La recesión atrapa a varias economías desarrolladas, las quiebras se extienden más allá de los bancos, la industria automotriz ha sido duramente sacudida.

Algunos datos de los últimos días dan una medida de la situación:

-La economía norteamericana está en recesión, con una caída del 0,3% en el tercer trimestre del 2008. En similar situación se encuentran el Reino Unido, Francia y Alemania. El FMI espera en el 2009 un decrecimiento de la economía de Estados Unidos en 0,7% y pronostica para la zona euro una contracción del 0,5%.

-La industria automovilística está de capa caída, especialmente en EE.UU. General Motors, Ford y Chrysler han acumulado pérdidas de miles de millones de dólares. GM advirtió que puede quedar sin liquidez antes de fin de año y sus acciones siguen bajando precipitadamente para valorarse ahora al mismo nivel de 1946. En Europa, los gigantes franceses del automóvil Peugeot-Citröen y Renault, así como las alemanas Porsche, BW y Daimler, tendrán que cerrar temporalmente algunas de sus plantas para reducir la producción.

-Diecisiete bancos han quebrado en Estados Unidos en lo que va de año. La consultora Weiss Research señala que 1479 bancos y 158 agencias de créditos y ahorros están en riesgo de quiebra en ese país.

-El Departamento del Trabajo norteamericano informó la pasada semana que en el mes de octubre se perdieron 240 mil puestos de trabajo, en el décimo mes consecutivo en que las nóminas se contraen. El desempleo se sitúa así en un 6,5%, el nivel más alto desde octubre de 1994. Un millón 200 mil norteamericanos han quedado desempleados en lo que va de 2008.

-El número de parados en Alemania se situó en 2 997 000 pesonas, según la Agencia Federal de Empleo. Es una cifra muy cercana a la barrera simbólica de los 3 millones de desempleados alcanzados en noviembre de 1992, en plena anexión del este.

-Son más de 20 millones las personas que pueden quedar sin empleo en los próximos 12 meses, según estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo

-La deuda nacional de los Estados Unidos supera ya los 10, 2 billones de dólares. La deuda española ha pasado del 37% al 42% del Producto Interno Bruto debido al paquete de rescate aprobado por el gobierno de ese país.

-El consumo de los norteamericanos tuvo su mayor caída en 28 años, según datos del Departamento de Comercio, al descender un 3,1%. Un golpe significativo para una economía que depende en dos tercios del consumo.

-Los ingresos personales de los estadounidenses bajaron en el tercer trimestre un 8,7%, la mayor caída desde que se inició el registro de este indicador en 1947.

 Statu quo

Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional son señalados como los grandes culpables de la crisis, por el papel fundamental que juegan en orden financiero y económico internacional construido en Bretton Woods y prevaleciente hasta hoy.

Ambos intentan mantener sus céntricas posiciones, tratando de erigirse como garantes de la estabilidad del sistema. Mientras la mayoría habla de cambiar la arquitectura financiera, Bush insiste en que basta una reforma del sistema de mercado liberal. «En este momento de incertidumbre económica mundial sería precisamente el momento equivocado para rechazar métodos probados para crear prosperidad y esperanza», dijo el inquilino de la Casa Blanca en una de sus más recientes alocuciones radiales de los sábados.

El FMI, por su parte, ofreció de inmediato sus servicios en el clímax de la crisis tras la quiebra de Lehman Brothers. Su Director Gerente, Dominique Strauss-Kahn dijo: «Puede haber autoridades nacionales o regionales, pero hace falta un garante global, una institución que verifique las normas… Debido a que reunimos a todos los países, somos capacer de definir y de garantizar el compromiso y el interés general. Esto es lo que más necesita el mundo.»

Pero precisamente, en ese mundo, unos cuantos recuerdan el nefasto papel del FMI con sus Programas de Ajuste Estructural, la liberalización a ultranza de las finanzas y las fronteras abiertas sin restricciones al capital extranjero.

«Sería la cosa más absurda seguir con quienes nos han llevado hoy a esta crisis financiera mundial. Creo que es ya tiempo de dar el descanso eterno a los acuerdos de Breton Woods, porque ya estamos en otro mundo», declaró a Prensa Latina el Presidente de la Asamblea General de la ONU y ex canciller nicaragüense Miguel D´Escoto.

El mandatario ecuatoriano Rafael Correa, haciendo alusión al FMI y el Banco Mundial, dijo durante la Cumbre Iberoamericana: «…eso no hay que rescatarlo, hay que botarlo al tacho de la basura…ellos son los culpables del gran desastre de los pueblo latinoamericanos».

A su vez, el Canciller de Argentina Jorge Taiana enfatizó durante la reciente reunión extraordinaria del Consejo de Mercosur: «En el caso de algunos países y específicamente de Argentina, hemos señalado que el Fondo Monetario Internacional es uno de los responsables por la situación que atraviesa el mundo financiero».

En las últimas semanas, el FMI ha brindado asistencia financiera de emergencia a Hungría y Ucrania, cuyas economías estaban al borde del colapso. A Ucrania le concedió un crédito de crisis por 16 400 millones de dólares y a Hungría le aprobó un préstamo contingente de 15 700 millones. La deuda externa de Hungría equivale hoy a algo más que su Producto Interno Bruto.

Islandia también ha solicitado un crédito al FMI, el primer país desarrollado que solicita asistencia del Fondo desde que Gran Bretaña lo hiciera en 1976, por el riesgo de bancarrota que sufre su economía. Sin embargo, los países europeos encabezados por Holanda y el Reino Unido han bloqueado la aprobación del préstamo porque el gobierno islandés no se ha plegado a las exigencias de ofrecer garantías estatales a los inversores extranjeros y otros condicionamientos.

Las últimas grandes intervenciones del FMI databan de la crisis asiática de 1997-98 y sus réplicas en América Latina.

 Mirada desde el Viejo Mundo

La Unión Europea ha encabezado a su forma el pelotón de reclamantes de una nueva arquitectura financiera. Los países del Viejo Continente han sufrido la debacle de sus bancos, embaucados por las hipotecas tóxicas que envueltas en papel de celofán les vendieron los bancos norteamericanos.

La molestia europea se hace evidente en declaraciones recientes del Primer Ministro de Luxemburgo Jean-Claude Juncker quien declaró que Estados Unidos ignoró las advertencias de Europa en los últimos años sobre una crisis financiera: «Todos los problemas que hoy son la raíz de la crisis financiera internacional fueron abordados, identificados y discutidos. Todo lo que dijimos pasó»- señaló el también coordinador de los ministros de finanza de la zona euro.»No digo que los estadounidenses se burlaron de nosotros, pero dejaron claro que pensaban que nosotros éramos nerviosos e hiperactivos y no entendieron el nuevo planeta que ellos consideraron se lo impondrían a otros».

En su visita a Bush el pasado 18 de octubre, acompañado del Presidente de la Comisión Europea José Manuel Durao Barroso, el mandatario francés Nicolás Sarkozy le expresó a su homólogo estadounidense que tenía el mandato de los 27 países de la UE de «encontrar una solución correspondiente» y «emprender una revisión a fondo del sistema financiero internacional y de los principios básicos del capitalismo mundial»

El pasado fin de semana los mandatarios europeos se encontraron para buscar un consenso de cara a la Cumbre de Washington. Las diferencias han sido evidentes entre las propuestas de Francia y las de Alemania y Gran Bretaña. Ángela Merkel y Gordon Brown se distancian de las propuestas de Sarkozy de hacer frente a la crisis nacionalizando sectores claves de la economía europea.

Los mandatarios europeos concordaron en centrar su propuesta en darle al FMI el papel de celador de las finanzas del mundo, otorgándole mayor poder para que impida las crisis financieras, con más dinero para ayudar a los países con problemas. Allí como se sabe tanto Estados Unidos como los europeos en conjunto tienen poder de veto. Es como darle nuevamente las llaves al ladrón.

También propusieron crear estructuras supervisoras de los mercados para evitar que revienten nuevas burbujas.

Francia e Italia han abogado por ampliar el G-8 con algunas naciones emergentes, para imprimirle visos más inclusivos y democráticos al exclusivo club de los poderosos.

 Propuestas del mundo emergente

Las llamadas naciones emergentes se han parapetado en la crisis para reclamar el espacio que les corresponde en el concierto internacional. China, Rusia, Brasil y otros países piden una mayor participación en los espacios decisorios.

«Necesitamos hacer las reformas necesarias en las instituciones financieras internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como aumentar la representación de los países en desarrollo…incluso en puestos de alto nivel», expresó el vicecanciller chino He Yafei

China espera que el esfuerzo mundial para enfrentar la crisis conduzca a un sistema financiero «imparcial, justo, inclusivo y ordenado».

Brasil, a través de su Ministro de Hacienda Guido Mantega señaló que «es cada vez más difícil negarle a las economías emergentes y en desarrollo una participación más relevante en las decisiones mundiales», ya que la crisis financiera mundial «hizo todavía más evidente (…) que la administración de la economía global y las finanzas internacionales necesitan cambios urgentes».

«Los países emergentes representamos el 75% del crecimiento mundial pero participamos mínimamente en las decisiones de los organismos internacionales que deben representar mejor la nueva correlación de fuerzas en el mundo»

Reuniones recientes de los Ministros de Finanzas de Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y México avalaron la propuesta de convertir al G-20 en el escenario para las principales decisiones económicas internacionales, elevando su representación al nivel de Jefes de Estado y de Gobierno, ya que hasta ahora ha sido sólo un foro de reflexión entre los Ministros de Finanzas y los Presidentes de los Bancos Centrales de los países miembros.

Aspiran con ello a garantizar una mayor presencia en las decisiones de las economías emergentes, que son hoy los principales acreedores mundiales, con reservas que frisan los 9 millones de millones de dólares en divisas y activos.

¿Nueva arquitectura?

En las vísperas de la reunión, el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz ha dado su visión sobre el camino a seguir: «… mientras que EE.UU y Gran Bretaña dominaron el viejo Bretton Woods, el paisaje mundial actual es notablemente diferente. De la misma forma, las viejas instituciones de Bretton Woods estuvieron definidas por un conjunto de doctrinas económicas que ya se ha demostrado que fracasan no sólo en los países en desarrollo sino incluso en el corazón del capitalismo. La próxima cumbre mundial debe enfrentarse a esas nuevas realidades si se quiere trabajar efectivamente hacia la creación de un sistema financiero global más estable y equitativo».

Pero poco se ha de esperar de la cita de Washington, como no sea tímidos pasos reformistas que prolonguen la agonía del enfermo. El revolcón necesario no vendrá.

Estados Unidos ya advirtió que no deben esperarse medidas concretas. Para la Casa Blanca el encuentro debe servir para identificar las causas de la crisis, examinar las medidas tomadas para enfrentarla y exponer ideas sobre futuras reformas.

Bush se fue este jueves a hablar en el corazón de Wall Street. Allí señaló que ‘la crisis no fue un fallo del sistema de libre mercado y la respuesta no es tratar de reinventar este sistema’.

‘Algunos culpan de la crisis a la insuficiente regulación en el mercado hipotecario de Estados Unidos. Pero muchos países europeos tenían regulaciones más extensas y han tenido problemas idénticos a los nuestros’, dijo en su intento por defender el sistema estadunidense.

Ante las críticas crecientes al capitalismo y tras indicar que es un momento decisivo para la economía global, señaló que el camino es ‘arreglar los problemas que enfrentamos, hacer las reformas necesarias y seguir adelante con los principios que guían el libre mercado que han llevado prosperidad y esperanza alrededor del mundo’, afirmó.

Bush sostuvo que «el capitalismo de libre mercado es mucho más que una teoría económica. Es la locomotora de la movilidad social, la autopista del sueño americano».

A su vez, una red de casi 600 organizaciones no gubernamentales de 88 países expresó en una declaración sus aprehensiones sobre la cumbre: «Nos preocupa profundamente que ese encuentro se realice de manera precipitada y no inclusiva y que, en consecuencia, no aborde el espectro total de los cambios necesarios ni distribuya las cargas equitativamente».

No hay dudas de que el saldo final del encuentro, que tendrá lugar en el National Building Museum, se reducirá a la implementación de controles y regulaciones de tipo financiero, pero no se mirará a la economía real y a la esencia de que el crecimiento capitalista es insostenible e incurable.

Ya lo había advertido Fidel en sus Reflexiones: «Existe gran temor de que los países más ricos del mundo, reunidos con un grupo reducido de países emergentes golpeados por la crisis financiera, aprueben un nuevo Bretton Woods ignorando al resto del mundo».

Esperemos al sábado para ver cuánto de arquitectos tienen los 20.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/index.php?tpl=design/opiniones.tpl.html&newsid_obj_id=13143

Randy Alonso es periodista cubano, director del sitio web CubaDebate y del programa informativo «Mesa Redonda» en la televisión de Cuba.