«La figura de Haydée pertenece para siempre no sólo a la historia cubana, sino a la Historia, que es una revolución permanente», afirmó Roberto Fernández Retamar en la presentación del libro «Haydée habla del Moncada», que reunió en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas a importantes figuras de la cultura y […]
«La figura de Haydée pertenece para siempre no sólo a la historia cubana, sino a la Historia, que es una revolución permanente», afirmó Roberto Fernández Retamar en la presentación del libro «Haydée habla del Moncada», que reunió en la sala Che Guevara de la Casa de las Américas a importantes figuras de la cultura y a trabajadores de la institución, algunos de los cuales compartieron labores con la fundadora de la Casa.
Retamar -que precisamente recordó su trabajo durante quince años junto a Haydée- destacó su extraordinaria virtud de «decir las cosas más intensas con la mayor sencillez del mundo» y la capacidad de penetrar en el alma de los demás. «Este libro debe ser leído sobre todo por los jóvenes, es muy importante que sepan que personas así han existido y siguen existiendo», dijo.
Celia María Hart Santamaría -quien escribió el prólogo para esta nueva edición a cargo de Ocean Press y en quien, como afirmara Retamar, sobreviven el fulgor, la audacia y la originalidad que caracterizaron a la heroína- evocó momentos de la vida de Haydée de los que fue testigo. «Nunca vi a mi madre satisfecha cuando ya había una institución formada, un libro publicado, un reto superado, sino frente a las empresas complejas, riesgosas… Para ella la Revolución no terminaba, era un proceso siempre inacabado», contó.
La nueva edición de «Haydée habla del Moncada», que recoge una charla que impartió en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de La Habana el 13 de julio de 1967, incluye además del prólogo de su hijo la carta que Haydée enviara a sus padres pocos días después de ingresar en prisión, inédita hasta ahora.
Desde la emotividad del prólogo, que nos acerca a la Haydée luchadora, madre, al ser lleno de luz y comprometido con la Revolución, la creación y la vida, que fundó la Casa de las Américas, hasta la narración de sus propias vivencias durante la acción del Moncada y su visión de aquellos hechos, el libro se convierte en testimonio imprescindible y en una de esas lecciones sobre las cimas a que puede elevarse el ser humano desde la más pura sencillez y la devoción a una causa justa y de amor.
A lo largo de su conversación con estudiantes de la universidad habanera hace 38 años, cuando habían pasado otros 14 desde la gesta moncadista, la heroína deja a las nuevas generaciones una semblanza única de aquellos hechos y sus protagonistas, incluidos sus líderes; imágenes y sensaciones que quedaron en la memoria de un espíritu original con una visión de la historia revolucionaria y marcada por la poesía, como cuando recuerda los minutos que precedieron a la acción:
«Aquella noche fue la noche de la vida porque queríamos ver, sentir, mirar todo lo que ya tal vez nunca más miraríamos, ni sentiríamos, ni tocaríamos. Todo se hace más hermoso cuando se piensa que después no se va a tener (…) por lo menos en aquel momento, de verdad, lo que más había en mí era toda la belleza que había en la naturaleza, en el ser humano».