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Presidente Hugo Rafael Chávez Frías: objetivo permanente de los terroristas venezolanos y cubanos

Fuentes: Rebelión

El día 23 de septiembre de 2009, se dio a conocer que la fiscalía colombiana cuenta con suficientes pruebas sobre un plan para asesinar al presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías, en que se encontraba implicado Manuel Rosales, ex gobernador del Estado de Zulia y actualmente prófugo de la justicia. El intento de magnicidio involucró […]

El día 23 de septiembre de 2009, se dio a conocer que la fiscalía colombiana cuenta con suficientes pruebas sobre un plan para asesinar al presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías, en que se encontraba implicado Manuel Rosales, ex gobernador del Estado de Zulia y actualmente prófugo de la justicia. El intento de magnicidio involucró a varios terroristas venezolanos y a grupos paramilitares colombianos, aunque no se descarta la participación de mafiosos terroristas de Miami, con los que Rosales ha establecidos sólidas relaciones desde la década de los 70.

De acuerdo con un testimonio ofrecido al Nuevo Herald por un soldado de filas nombrado Geovanny Velásquez Zambrano, involucrado en crímenes contra la población colombiana, Rosales sostuvo varios encuentros el jueves 23 y el viernes 24 de diciembre de 1999, con la finalidad de asesinar al mandatario venezolano y en los que ofreció la suma de $25 millones para ejecutar el magnicidio.

El primero de estos encuentros tuvo lugar en Los Molinos del Norte, Cúcuta, con la participación del jefe paramilitar Jorge Iván Laverde, narcotraficante preso actualmente en Colombia, y de varios venezolanos vinculados a la ultraderecha. El otro encuentro se celebró en Ureña, estado de Táchira. Otro de los implicados fue el mayor del ejército colombiano Mauricio Llorente Chávez, actualmente preso bajo la acusación de realizar varias masacres en Catatumbo, Colombia.

Como resultado de estas reuniones se estableció un campo de entrenamiento de paramilitares colombianos para ejecutar provocaciones en la frontera colombiana-venezolana, así como asesinar al presidente de Venezuela.

Muchas han sido las denuncias que han implicado a Manuel Rosales en planes magnicidas, destacándose que en noviembre de 2006 mantuvo contactos con paramilitares de Colombia en Puerto Santander, un punto cercano a la frontera con Venezuela.

En otra ocasión, en abril de 2003, fue denunciado otro intento magnicida contra Chávez promovido por miembros del gobierno colombiano en franca violación de leyes internacionales, entre los que se encontraba el director del DAS, Jorge Noguera. Este vasto plan preveía el asesinato de otras figuras del gobierno venezolano en ese entonces como el Ministro del Interior, Jesse Chacón; el Fiscal General de la República, Isaías Rodríguez y del periodista José Vicente Rangel, vicepresidente de Venezuela por esa época.

En todo el entarimado de planes de atentado contra Chávez no se descarta la participación de varios miembros de la mafia terrorista de Miami, puesto que un innumerable grupo de contrarrevolucionarios venezolanos ha escogido esta ciudad para cohabitar con sus congéneres de origen cubano a los que les une la defensa a ultranza del anticomunismo y el odio acérrimo a cualquier cambio progresista en sus países. De esta forma, las últimas décadas, Miami han sido testigo del maridaje entre las principales organizaciones extremistas de la Florida y de ex militares y burgueses venezolanos, quienes planean abiertamente acciones de corte terrorista contra Cuba y Venezuela.

Prueba de ello lo es la creación de una alianza entre terroristas el 29 enero de 2003, entre los Comandos F-4, al mando del bufonesco Rodolfo Frómeta, y de la autotitulada Junta Patriótica Venezolana, dirigida por el capitán golpista Luis Eduardo García. Como resultado del acuerdo entre los dos grupos terroristas, se han creado campos de entrenamiento en los pantanos de los Everglades, en los que se entrenan varios contrarrevolucionarios cubanos y venezolanos.

Prueba igualmente de los vínculos de la mafia de Miami con los contrarrevolucionarios venezolanos lo fue la realización de una marcha contra la Revolución Bolivariana el 8 de enero de 2003, en la que participaron varios cabecillas terroristas de origen cubano. Casi un año después, el 27 de marzo 2004, repitieron el mismo desfile de trogloditas intransigentes en las mismas calles de la Pequeña Habana, en Miami. Entre los participantes se encontraba nada menos que Tony Calatayud, reconocido terrorista dirigente del Congreso Nacional Cubano.

Recientemente, el 6 de marzo de 2009 varios terroristas de la mafia de Miami, entre los que se encontraban Huber Matos, Ángel De Fana y otros personajes vinculados a la organización Alpha 66, a Luis Posada Carriles y a la FNCA, se encontraron con sus socios venezolanos y mafiosos cubanoamericanos en esa ciudad del Condado Miami Dade. Por la parte venezolana estaban los conspiradores y golpistas el ex coronel del ejército Gustavo Díaz, el ex capitán Javier Nieto Quintero y el ex teniente José Antonio Colina Pulido, destacados por su agresividad y actividad violenta en Venezuela durante el golpe de 2002.

Los vínculos de Manuel Rosales con la contrarrevolución cubana de Miami han sido evidentes. Ha mantenido estrechas relaciones con varios de los miembros de la célula terrorista de Luis Posada Carriles en Venezuela, varios de los cuales participaron en el frustrado atentado contra Fidel en Isla Margarita, Venezuela, en 1997. Salvador Romaní, Ricardo Koesling, Francisco Pimentel, Hermes Rojas Peralta, Pedro Morales y Nelly Rojas, esposa de este último, quienes se encargaron de realizar estudios en Isla Margarita que contemplaban el descubrimiento y análisis de las medidas gubernamentales de seguridad en la misma, examen del recorrido posible de la aeronave cubana que transportaba a Fidel previo a su aterrizaje, sus vías de desplazamiento en el lugar, así como otras importantes tareas logísticas.

Muchos de estos implicados participaron con Manuel Rosales en la organización del golpe de estado de abril del 2002, como fueron los casos de Ricardo Koesling, Francisco Pimentel y Henry López Cisco. Este último de los mencionados amigos y asalariados de Manuel Rosales, pues fue su jefe de seguridad en Zulia, estuvo directamente vinculado a las actividades terroristas de Orlando Bosch y Luis Posada Carriles. No es secreto para nadie que López Cisco colaboró en las actividades terroristas contra Cuba, dentro de las actividades de la CORU, y en la represión y asesinato de personalidades progresistas latinoamericanas dentro del funesto Plan Cóndor.

Prófugo de la justicia venezolana y presentado ante el mundo como alternativa de una supuesta gobernabilidad en Venezuela, por obra y gracia de la prensa mediática de ultraderecha, Manuel Rosales recibió el asilo político en Perú el 27 de abril de 2009. Su permanente coqueteo con los paramilitares y narcotraficantes colombianos, así como con la mafia extremista de Miami, con la finalidad de asesinar al presidente Chávez, hacen de él un peligroso terrorista al que hay que vigilar de manera permanente. Detrás de cada paso suyo, por supuesto, está la mano de Posada Carriles, Rodolfo Frómeta, Orlando Bosch, Huber Matos, Antonio Calatayud, Ángel De Fana y otros criminales como él.

Percy Francisco Alvarado Godoy es un escritor guatemalteco.