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Deforestación y quemas deliberadas

Primero el exterminio indígena, luego el de la Amazonía

Fuentes: Rebelión

De una historia solo es verdad aquello que se cree quien la escucha HERMANN HESSE La razón detrás de la destrucción de la selva amazónica, ya con más de 74 mil incendios deliberados, no espontáneos, en lo que va de 2019, es, de nuevo, el exterminio de indígenas, por parte del ultraderechista Jair Messias Bolsonaro […]

De una historia solo es verdad aquello que se cree quien la escucha
HERMANN HESSE
La razón detrás de la destrucción de la selva amazónica, ya con más de 74 mil incendios deliberados, no espontáneos, en lo que va de 2019, es, de nuevo, el exterminio de indígenas, por parte del ultraderechista Jair Messias Bolsonaro o Bolsonazi: «Los indígenas estorban en el desarrollo de la Amazonía». (1) Así como la apropiación indebida, mediante la expoliación de terrenos históricamente concedidos a las tribus originarias, por parte del emporio ganadero JBS, dirigido hoy por el también ultraderechista Joesley Batista y a quien en 2018 la policía brasileña arrestó por su vínculo con la Operación Lava Jato (2). En tercer lugar, el papel desempeñado por la MinAgricultura, Tereza Cristina, la «Musa del Veneno», por ser una decidida impulsora del uso de agrotóxicos y, en particular del glifosato: otra funcionaria más, de ultraderecha (3). De 1871 a hoy, EEUU exterminó 100 millones de indios, en uno de los tantos holocaustos que ha habido: por razones mediáticas e hipócritas, durante décadas solo se citó el judío, de seis millones, olvidando el de 22 millones de negros, en gringolandia, porque, ¿no eran personas? O el de 30 millones de congoleses que, en tres décadas, provocó el «dueño» del Congo, por designio de 14 países liderados por EEUU, en 1897, Leopoldo II, de Bélgica. Luego vendría el gobierno Eyskens, el mismo que con los gringos Eisenhower y Kennedy, el secretario general de la ONU Dag Hammarskjöld y la policía belga asesinaron al líder Patrice Lumumba, el 17/ene/1961, ya ungido Primer Ministro por elección popular.
Mientras Bolsonazi, en el colmo del delirio neoliberal, acusa a las ONG ambientalistas de alentar las quemas, para un supuesto aprovechamiento económico y «generarle problemas a Brasil», los indígenas lo acusan por la destrucción de la selva. En declaraciones a Democracy Now, el líder indígena Handech Wakanã Mura, dijo: «Y cada día que pasa vemos el avance de la destrucción: deforestación, invasión, tala. Estamos tristes porque la selva se está muriendo [eso dice en su nobleza, pero, la están matando] en todo momento. Sentimos el cambio climático [que Hitler Trump niega]. Y el mundo necesita la selva, y nuestros hijos necesitan la selva». Se recuerda que, durante la década de 1970, la Dictadura Brasileña (1964-1985), «el día que duró 21 años», como dicen aún los viejos habitantes del país del fútbol, hoy de las iglesias, y la firma Volkswagen, ya habían promovido «el mayor incendio de la historia» (4). Por las mismas razones: deforestación, agronegocio, ganadería, tala y minería. Desde la llegada de Bolsonazi al poder (gracias a los EEUU, a la Registraduría de Brasil, a 23 millones de evangélicos), la deforestación se ha incrementado en más del 80%.

A toda la tragedia anterior, se suma ahora la rapiña de los siete grandes, G-7, que, convocados por Macron, han sancionado económicamente al Brasil de Bolsonazi y ahora le envían R$ 90 millones, para luego apropiarse del gigante suramericano, con lo que, de paso, aprietan aún más al resto de países latinos, a fin de asegurar el mayor número de esclavos posible; garantizar una mano de obra barata para trabajos menores en Europa y en el resto de países del «Primer Mundo»; y continuar evitando el ánimo de libertad de los pueblos lo mismo que la autodeterminación y la autonomía, tanto individual como colectiva. Pero, el incendiario ahora rechaza la «ayuda». La dialéctica del amo y del esclavo, con Hegel y sin Marx, continúa aun para disgusto de millones. Macron anuncia el retiro del apoyo al pacto entre la Unión Europea y Mercosur «por conducta de Brasil»: como si los desafueros de un dirigente fueran los de los habitantes o, peor, del país mismo, sin contar con sus habitantes, por supuesto. (5)

El 21/ago/19, Bolsonazi, sin pruebas, culpó a las ONG: «En cuanto a los incendios en el Amazonas, […] podrían haber sido provocados por las organizaciones no gubernamentales, porque habían pedido dinero. ¿Con qué intención? Generar problemas a Brasil». Él trabaja para desregular y abrir el Amazonas al agronegocio, la tala y la minería desde que asumió el cargo. Su intento de culpar a los ambientalistas por la tragedia provocada, originó vergüenza ajena e indignación generalizadas. Sus palabras fueron conocidas a la vez que los indígenas usaban las redes sociales para documentar cómo los mineros/madereros ilegales quemaban sus territorios. Célia, miembro de la tribu de Pataxó, en un video que se viralizó en Brasil, dijo: «Miren lo que le han hecho a nuestra reserva. Durante dos años hemos estado luchando por conservar esta tierra, y ahora estos alborotadores vienen aquí y prenden fuego a nuestra aldea. Por si fuera poco, la empresa minera Vale mata a nuestro río, nuestra gente, nuestra fuente de vida, y ahora vienen y prenden fuego [a] nuestra reserva. ¡No nos quedaremos callados! Mañana cerraremos la carretera y queremos que los medios nos defiendan».

Investigadores brasileños afirman que los incendios en la Amazonia han alcanzado el ritmo más alto jamás registrado, mientras los madereros ilegales queman vastas áreas de selva tropical para despejar tierras para la minería y el pastoreo de ganado. El Instituto Nacional de Investigación Espacial (INPE), de Brasil, informó que los satélites han detectado unos 74.000 incendios en Brasil en lo que va del año, lo que representa un aumento de más del 80% con respecto al mismo período de 2018. También hay incendios en la vecina Bolivia, donde se han quemado más de 900 mil Has, según NYT, 26/ago/19. Los incendios han enviado enormes columnas de humo a gran parte de Sudamérica, convirtiendo el día en noche en São Paulo, ubicada a más de 2.700 kilómetros de la cuenca del Amazonas. (6)

Los habitantes de la ciudad de São Paulo observaron un extraño fenómeno en la tarde del lunes 19/ago/19. Eran casi las 3, cuando el día se volvió noche y las calles quedaron por completo a oscuras. Al principio, muchos pensaron que aquello era causado por el mal tiempo, pero el factor principal para que el cielo se volviera oscuro era en realidad el humo de los incendios que se extendieron por los bosques del norte del país, a través de los estados de Acre, Rondônia, Mato Grosso y Mato Grosso do Sul, y fueron transportados por el viento hacia el sureste, de acuerdo con Opera Mundi, 22/ago.

La devastación incendiaria de la Amazonía, incentivada por Bolsonazi, puso a Brasil en la picota ante el mundo: la de un país «gobernado» por un irresponsable, que administra sus recursos naturales, igual que su hijo Eduardo maneja su cuenta de Twitter, mientras funge de embajador en EEUU. Lo peor: a la par que dicha catástrofe ocurre, dejando una nube negra sobre el país y, en particular, sobre São Paulo, en vez de confesar su responsabilidad, prefirió, sumergido en aguas de la ridiculez, acusar a ONGs y a otros gobiernos (lo hizo con Macron) por sus errores. Además, como relata la agencia Télam, uno de sus generales, en un show de incoherencia, invocó una frase de Ho Chi Minh, el gran líder de la resistencia y fundador del PC de Vietnam del Norte, para justificar sus posiciones. El general Villas Boas, dijo por Twitter: «Con claridad difícilmente vista, estamos viendo que un país europeo, esta vez Francia, por intermedio de su presidente Macron, realiza ataques directos a la soberanía brasileña, que incluye obviamente amenazas del empleo del poder militar» (7)
Ahora, Bolsonazi ha dicho que el gobierno no tiene recursos para combatir los incendios, como quien, tácitamente, asume la responsabilidad de los hechos, cuando antes dijo que los incendios eran provocados por ONGs y ambientalistas, tal como señala un informe de The NYT, 23/ago/2019. (8) Tamaña incoherencia solo se esperaría de un Kike Peñalosa, un Mickey Uribe, un profe Macías. Ahora, desde 2006, Greenpeace develó que la firma gringa Cargill estaba detrás de la deforestación masiva. https://www.youtube.com/watch?v=eusryL9kvho
Fuera de eso, terratenientes, madereros e impulsores del agronegocio y de la ganadería extensiva, están usando veneno como arma química para expulsar a colonos y pueblos indígenas: en Confresa, Mato Grosso, la lluvia de veneno expulsa a las familias agricultoras y envenena las aguas del territorio indígena Urubu Branco, como se muestra en Diálogos do Sul, 20/ago/2019. (9)

Bolsonazi tiene un largo historial de comentarios fascistas/racistas y misóginos (no solo) sobre las etnias. En 1998, un diario brasileño lo citó: «Es una pena que la caballería brasileña no haya sido tan eficiente como los estadounidenses, que exterminaron a los indios», revuelca la amnesia Democracy Now. (10) Un video lo muestra en estado puro sobre temas tan diversos como tortura, votaciones, afrodescendientes, genocidio, diferencias salariales hombre/mujer, homofobia, pedofilia, hijos gays, misoginia, tortura, racismo, feminicidio: «¡A través del voto no se consigue nada en este país! ¡Nada! ¡Absolutamente nada! [Ni en Colombia] Las cosas solo van a cambiar si empezamos una guerra civil. Y haciendo el trabajo que el régimen militar [Dictadura] no hizo: matando a 30.000. ¡Matando! ¿Van a morir algunos inocentes? Bueno. El hecho de que la mujer tenga un derecho laboral más, la baja por maternidad, hace que el empleador prefiera contratar hombres. Yo no pagaría el mismo salario. ¡Pero hay mujeres muy válidas! ¡Pero, ¿qué respeto a los homosexuales? ¡Ellos son los que nos tiene que respetar, al contrario! Al hijo que empiece a mostrar comportamientos un poco gays hay que darle una paliza, para cambiar su comportamiento. Algunas personas que conozco aquí ya me lo han dicho: ‘¡Qué bien que me pegaron de niño, mi padre me enseñó a ser un hombre!’ La prensa podría decir que es un derecho de los pedófilos, el no ser molestados cuando están realizando actos… No hay ninguna diferencia. La mayoría no tiene nada que ver con la minoría. La minoría tiene que callarse y doblegarse ante la mayoría. Punto. P: «¿Si usted fuera elegido presidente, disolvería el Congreso?» R: «Sin ninguna duda, daría un golpe el mismo día. [El Congreso] ¡No funciona! Y digo más: el 90% de la gente estaría de acuerdo y lo celebraría. No voy a ser hipócrita. Prefiero que mi hijo muera en un accidente a que aparezca con un bigotón. Para mí está muerto, igual. […] Ahora yo soy el violador… [Una profesora:] ‘Sí, usted lo es’. Mira, yo nunca te violaría, no te lo mereces. ‘Más le vale no intentarlo, le daría una bofetada… es un salvaje’. Dame y te la devuelvo [sin que la mujer le amenace]. Y la empuja. ‘Pero, ¿esto qué es? ¿Dónde están los guardias de seguridad? Pero, ¿esto qué es?’. Tú me has llamado violador. ‘Usted es un enfermo’. No tienes valor para volver a decírmelo, puta. ‘Pero, ¿esto qué es?’ En según qué casos, estoy a favor de la tortura. Porque funciona. Es lo que algunos merecen. ¿Qué pasa ahora [con los homosexuales]? ¿Son semidioses? Cualquier problema, por ejemplo, pillan a alguien robando y de repente resulta que era homosexual… homofobia. No, eso no existe. Tener relaciones sexuales a través del sistema excretor, no te hace mejor que los demás. ¡Menudo chiste! [Estuve en una región] de afrodescendientes. El más delgado de ellos pesaba siete arrobas (78 Kg.) ¡No hacen nada! Creo que no sirven ni para procrear. Se aproxima hacia ti un hombre y te quiere hacer daño. ¿Qué haces? Tienes dos alternativas. La primera es sacar del bolso un papel que dice: ‘Aquí está la ley de feminicidio’. ¿Qué prefieres? ¿La ley de feminicidio o sacar una pistola y pa-pa-pa-pá? Eso es defender a la mujer.» ¡Plop! (11)

Él y Uribe no requieren de un prontuario: ellos mismos lo han forjado a pulso. Solo basta enjuiciarlos y condenarlos. A Slobodan Milošević EEUU le hizo un juicio arbitrario e injusto, tras calificarlo/descalificarlo como «carnicero de los Balcanes, genocida, monstruo sediento de sangre», siendo luego asesinado en la prisión de La Haya, 2006, y, como prueba de ello, el Tribunal Internacional de La Haya reconoce tardíamente la inocencia del líder serbio: por ello, su hijo Marko, reitera que fue asesinado (12). Hoy es imprescindible hacerles un proceso legal y justo a Bolsonazi y Uribe, «baluartes» de los desafueros del poder autocrático y unilateral: no es posible, en un mundo descompuesto, ambos sigan libres, mientras se clama a gritos su condena, para poder restablecer el medio ambiente en el Amazonas y lograr un mejor clima político en el planeta. Bolsonazi escupe: «Al pueblo en el estado de Roraima: en 2019, vamos a destrozar la reserva indígena de Raposa Serra do Sol. Vamos a darles armas a todos los terratenientes.» Basta revisar sus asertos e inferir en ellos cómo va el espectáculo de la política, dirigido por sociópatas de todo pelambre, con la anuencia tácita de poderosos, jueces y prensa, como si se tratara de un show para TV o Netflix o para cualquier otro medio de desinformación que opera hoy en el orbe, ante la desidia de quienes tienen su solución.

Ya en 1992, Fidel Castro advertía sobre la destrucción del Amazonas: «Sr. presidente, Fernando Collor de Mello, Sr. Secretario General de la ONU, Boutros-Ghali, Excelencias: Una importante especie biológica, está en riesgo de desaparecer, por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Ahora tomamos conciencia de este problema, cuando casi es tarde para impedirlo. Es necesario señalar que las sociedades de consumo, son las responsables de la atroz destrucción del medio ambiente. Ellas nacieron de las antiguas metrópolis coloniales y de políticas imperiales que, a su vez, engendraron el atraso y la pobreza que hoy azotan a la inmensa mayoría de la Humanidad. Con solo el 20% de la población mundial, ellas consumen las dos terceras partes de los metales y las tres cuartas partes de la energía que se produce en el mundo. Han envenenado mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas, con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Los bosques desaparecen. Los desiertos se extienden. Miles de millones de toneladas de tierra fértil van a parar cada año al mar. Numerosas especies se extinguen. La presión poblacional y la pobreza conducen a esfuerzos desesperados para sobrevivir aun a costa de la Naturaleza. No es posible culpar de esto a los países del Tercer Mundo [así los llama un dudoso «Primer Mundo» en su prurito de oprimir/someter], colonias ayer, naciones explotadas y saqueadas hoy por un orden económico mundial injusto. La solución no puede ser impedir el desarrollo de los que más lo necesitan. Lo real es que todo lo que contribuya hoy al subdesarrollo y la pobreza, constituye una violación flagrante de la ecología. Decenas de millones de hombres, mujeres y niños, mueren cada año en el Tercer Mundo, a consecuencia de esto. Más que en cada una de las dos guerras mundiales. El intercambio desigual, el proteccionismo y la deuda externa agreden la ecología y propician la destrucción del medio ambiente. Si se quiere salvar a la Humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y las tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países, para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida ni hábitos de consumo que arruinan al medio ambiente. Hágase más racional la vida humana [no Fidel: más emocional/amorosa]. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para el desarrollo sostenido [y sostenible] sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre. Cuando las supuestas amenazas del comunismo han desaparecido y no quedan ya pretextos para guerras frías, carreras armamentistas ni gastos militares, ¿qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta? Cesen los egoísmos; cesen los hegemonismos. Cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo. Gracias.» (13) Ni más faltaba, a Usted, Fidel.

Y como suele pasar, lo que dice hace tiempo se sabe, pero los gobernantes prefieren hacerse los locos. Prefieren recordarlo luego, cuando ya la tragedia se ha consumado. Ejemplos sobran en la historia del país, en la del mundo. Luego de que tan tristes/patéticas historias se han archivado, mal, se instalan centros nacionales de memoria histórica que luego son desmantelados, intervenidos, borrados del mapa. O cambian a los funcionarios eficientes por analfabetos funcionales y listo. Pero, olvidan que el olvido es imperdonable, que la memoria es el único tribunal incorruptible, que para mentir hay que tener buena memoria. Porque algunos pueblos serán desmemoriados, pero todos no son pendejos ni susceptibles de engaño, aunque el engaño sea la ley y la verdad aquí no sea más que un eufemismo. Como libertad, igualdad, fraternidad, tríptico engañoso importado de Francia. Y eso que todavía no entraban en acción De Gaulle, Giscard d’Estaing, Mitterrand, Chirac, Sarkozy, Hollande ni Macron.

A la rebelión organizada, a la justicia social y a la recomposición de los medios de producción, así como a una menos inequitativa redistribución de la riqueza es a lo que se llama desde esta columna. Y de paso, se aclara, a ningún chimbo castrochavismo, ni a volverse como Venezuela: más bien, a que no haya más injerencia gringa y a que si hemos de convertirnos en algo, que sea en Bolivia: «paisito de quechuas y aymaras», já, que ya entró en la órbita 5-G, al aliarse con la Federación Rusa; que sin intervencionismo gringo ya atesora ganancias por 35 mil millones de dólares en apenas diez años y que ha nacionalizado sus recursos naturales, así como garantizado la vida de los bolivianos para las próximas tres décadas, al subsidiar a madres cabeza de familia con un estipendio mensual de mil dólares.
En conclusión, es posible, lo que dice la indígena suene a victoria del oprimido sobre el opresor, pero, quizás solo sea uno más de los consuelos para no dejar morir la esperanza: igual que para alentar la confianza en el género humano, el menos humano de los zoo-géneros: «En la Amazonía llevamos resistiendo 519 años» (14) Para fortuna de los pesimistas, o sea, optimistas bien informados, lo que ella dice antes de la frase, ayuda a la reorientación de las cosas, así como a la esperanza en un destino mejor para los pueblos indígenas y para la humanidad agobiada y doliente, esa que ya no cree en nada, ni en el credo ni en lo que cree que cree o en lo que no cree que no cree: «¡No vamos a entregar nuestras tierras! ¡Vamos a luchar! ¡Los garimpeiros invaden nuestras tierras! ¡Los madereros invaden nuestras tierras! Los evangélicos están entrando en nuestra tierra, para dividir a nuestro pueblo, acabando con nuestra cultura y hasta con nuestra alma. ¡Nuestra alma! Demarquen, […] demarquen nuestras tierras, las tierras de la Amazonía. Algunos dicen: ‘¡El indio es un incapaz! ¡El indio es un animal!’ No, no somos ningún animal. Animales son los que están violando nuestros derechos, […] garantizados. A Jair Bolsonaro y a […] empresarios, les digo: respeten nuestra vida, […] nuestro territorio, […] nuestros derechos, respeten a nuestros antepasados. Llevamos resistiendo 519 años. Estamos aquí para luchar y vamos a seguir luchando». Sí, los hermanos mayores seguirán defendiendo la Pachamama y atacando la estulticia/ignorancia de sus hermanitos menores, tan arrogantes y soberbios como Messias Bolsonazi, mesías Varito (15). Sobre quienes se demanda todo el peso de la ley que, en el caso de Milošević, fue arbitrario e ilegal. Como son hoy los gobernantes, los medios masivos y la justicia: corruptos. Los mismos que reviven el exterminio de indígenas, como ya hicieran los gringos con 100 millones; queman, aposta, bosques, selvas y acaban la mayor reserva biodiversa de la Tierra. El epígrafe no es gratuito: hay una verdad demostrable, la de jueces, abogados, políticos; otra, perceptible, la de poetas, escritores, artistas. La inteligencia escoge/falla y actúa. He aquí un canto por la libertad en la Tierra, una plegari/a/tea por la Amazonía y sus tribus. Para el resto del mundo, las cinco aes de Héctor Abad G.: Agua/Aire/Alimento/Albergue/Amor.

Notas















Bolsonazi fue bautizado Messias por un pastor: Varito, por él mismo.

* (Bogotá, Colombia, 1957) Padre de Santiago & Valentina. Escritor, periodista, crítico literario, de cine y jazz, catedrático, conferencista, corrector de estilo, traductor y, por encima de todo, lector. Colaborador de El Magazín de EE, desde 2012, y columnista, desde 2018. Corresponsal de revista Matérika, Costa Rica. Su libro Ocho minutos y otros cuentos, Colección 50 libros de Cuento Colombiano Contemporáneo, fue lanzado en la XXX FILBO (Pijao, 2017). Mención de Honor por Martin Luther King: Todo cambio personal/interior hace progresar al mundo, en el XV Premio Int. de Ensayo Pensar a Contracorriente, La Habana, Cuba (2018). Invitado por UFES, Vitória, Brasil, al I Congreso Int. Literatura y Revolución – Los espectros de Marx y el realismo estético (6-7/dic/2018). Autor, traductor y coautor, con Luis E. Soares, en Rebelión. E-mail: lucasmusar@yahoo. 

 

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