(2´01´´ / 473 Kb) – Mientras el presidente de Brasil, Lula, reitera la meta de crecimiento de la economía en 5%, empresas brasileñas invierten mucho más en el exterior que en el país. Por primera vez, en 2006, se registró una diferencia de cerca de R$ 4 mil millones entre las dos remesas. Un ejemplo […]
(2´01´´ / 473 Kb) – Mientras el presidente de Brasil, Lula, reitera la meta de crecimiento de la economía en 5%, empresas brasileñas invierten mucho más en el exterior que en el país. Por primera vez, en 2006, se registró una diferencia de cerca de R$ 4 mil millones entre las dos remesas. Un ejemplo es la empresa federal de explotación mineral Compañía Vale do Rio Doce (CVRD), que fue vendida para sectores privados en 1997 por R$ 3,3 mil millones, cuando su valor se estimaba en R$ 100 mil millones.
Para el economista e investigador del Instituto de Pesquisa Económica Aplicada (Ipea), Guilherme Delgado, las empresas que fueron privatizadas, juntamente con las estatales, deberían cumplir un rol de incentivar las condiciones de desarrollo.
«La empresa privada no invierte, no tiene la mínima responsabilidad pública, porque sabe que va a capturar en todo el mundo entero lucros donde sea más interesante. Cuando uno pierde el control de decisión de esos conglomerados que fueron privatizados, uno pierde también la capacidad de decisión del rumbo del desarrollo. Cuando la Vale fue privatizada el país abdicó de cualquier papel activo de este sistema en la generación de infraestructura y elementos básicos para el desarrollo. El sector privado nunca cumplió con ese papel en Brasil y continúa sin cumplir».
Delgado afirma también que el modelo de privatización no contribuye con el crecimiento del país. La Vale do Rio Doce mantiene operaciones en 11 países de Asia, África, Europa y las Américas. Las exportaciones de la compañía fueron de alrededor de US$ 9 mil millones en 2006, aumentando 37% en relación al año anterior.